A la mañana siguiente Zeus y yo amanecimos como lo hicimos en el hotel. Zeus parecía una estufa eléctrica, porque desprendía mucho calor, esto podía ser útil en invierno, pero ahora que estábamos a principios de primavera resultaba algo incomodo, por esa razón, antes de acostarnos, Zeus puso el aire acondicionado.
En esta ocasión había persianas, asique no sabia que hora era, de hecho fue Zeus quien me despertó. Desde el beso en el pasillo, parecía no tener excusa para besarme, haciéndolo en cada momento y en cada lugar. Ahora mismo hacia círculos en mi espalda, por debajo de la camiseta, intercalándolos con suaves besos por el cuello. Jamás imagine que un despertar pudiera ser así, agradable.
Rodé hacia mi lado derecho para tirar a Zeus de regreso a la cama y quedarme tumbada sobre su pecho, el pecho de Zeus vibro acorde con su risa, baja y profunda.
- Gatita hay que despertarse tenemos que ir a la ciudad- dijo en bajos susurros
- ¿para que leches hay que ir a la ciudad si puede saberse?- dije todavía mas dormida que despierta.
- Todavía no te he enseñado el pueblo, y como aun faltan varias cosas por acabar en la casa nos escaquearemos.
Zeus se levantó y abrió la persiana dejando que el sol entrara por la ventana, yo me removí inquieta intentando taparme con la almohada. Zeus se reía de mi situación, al ver que no me iba a levantar me empezó a hacer cosquillas. Yo me removí por toda la cama hasta que me caí por un lateral de la cama. Desde el suelo mire enfadada a Zeus que estaba tirado en la cama carcajeándose. Me metí en el baño enfadada a ducharme mientras terminaba de despertar.
*****
Media hora después bajábamos a desayunar al comedor, cuando estábamos llegando Zareb apareció como de la nada y continuo andando a nuestro lado sin decir una sola palabra.
Zeus me miro y me paso un brazo por los hombros.
- ¿As dormido bien Zareb?- le pregunté
pero como siempre Zareb no contesto. Zeus pasó una mano por mis hombros intentando darme animo, yo simplemente me encogí de hombros sin saber muy bien qué decir.
Cuando llegamos al salón pensé que Zareb probablemente se apartaría de nosotros para comer solo pero no fue así sino no que se sentó a nuestro lado siempre callado sin decir nada pero atento a todo lo que pasamos.
Las personas nos miraban sorprendidos, yo me volví a sentar enfrente de Zulema, la mujer que me había hablado en la primera comida. Zulema me miraba sorprendida, yo solo pude reaccionar bajando la cabeza y sonrojándome y comiendo una ínfima cantidad de comida de la que comía e resto de la manada.
Cuando acabamos de comer Zeus y yo nos levantamos de la mesa, casi a la par que el resto de la manada. Los niños empezaban las clases con los humanos, asique seguían el ismo horario que ellos.
- Maya, Zareb también empieza el colegio, ¿por qué no vas con el y le ayudas a alistarse para ir al colegio?- me dijo Zeus
- Si, claro- dije mirando a Zeus, a continuación mire a Zareb – Vamos a vestirte y a preparar tu mochila cariño.
Me fui con Zareb a que se cambiara de ropa y acabase de preparar la mochila. Le ayude a elegir ropa, cuando acabamos cogimos la mochila y nos encaminamos a la puerta principal.
Allí había muchos niños, pero no todos iban a ir al mismo colegio, porque sino llamarían mucho la atención.
Sin girarme, supe el momento exacto en el que Zeus entro en la habitación de la entrada, era como si mi sangre supiese exactamente donde se encuentra, era una sensación muy extraña, pero no por ello desagradable. El destacaba sobre todas las personas de la habitación, haciendo que la atención fuera destinada a el.
- Maya, Zareb ¿estáis listos para irnos?- pregunto Zeus
- Si, ya estamos listos.
Los tres salimos afuera y nos montamos en n descapotable negro, bastante ostentoso. Era increíble la cantidad de coches que tenia la manada, casi había un coche por persona de la manada, y todos los coches eran de todos.
Zeus y yo nos montamos en la parte de adelante y Zareb se subió en la parte de atrás. Antes de arrancar comprobé que Zareb se había abrochado el cinturón, entonces arrancamos.
El viaje hasta el colegio fue corto y en silencio, un silencio cómodo y relajante. Aparcamos enfrente del colegio y bajamos del coche. Zeus y yo acompañamos a Zareb a recepción, saludamos a la profesora y le contamos la condición de silencio de Zareb. Después de dejar a Zareb en buenas manos nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad.
La ciudad era medianamente grande, tenia un centro comercial varias cafeterías, otro tanto de restaurantes, y un par de hoteles. Yo quería ir a comprar un juguete para regalárselo a Zareb, sabia lo duro que era ser un niño solitario, yo lo había sido, apenas tenia amigos, pero por lómenos tenía a mis padres.
Zeus complacido con mi decisión condujo asta el centro comercial, que aparentaba ser mas grande de lo que se veía por fuera. Dentro entramos en la única tienda de juguetes que había, que por cierto era bastante grande. Pasamos casi una hora completa intentando averiguar cual seria el mejor regalo para Zareb, a mi me gustaban los playmobil de policía, pero Zeus refería la nave espacial de legos. Como éramos incapaces de decidirnos, Zeus dijo que nos llevaríamos los dos. Asique tras el veredicto final fuimos a la caja a pagar.
- yo quiero pagar Zeus- dije cuando vi como sacaba la cartera de su bolsillo
- Pero pertenece a mi manada, debo se yo quien pague
la cajera en ese momento nos miraba con una cara que no dejaba duda a lo que pensaba, y muy educadamente nos dijo
- estos regalos son para niños, no para una manada de lobos
Estaba claro que la pobre no entendía a que nos referíamos, el conocimiento de los Kapa solo estaba destinado a una pequeña porción de humanos que trabajaba en el gobierno, como la escuela a la que yo asistía antes de conocer a Zeus.
- No se preocupe, el solo bromeaba- le dije para aclarar las cosas
La dependienta se relajó cuando vio que no éramos un para de locos que habían llegado a revolucionar la tienda. Zeus finalmente me dejo pagar a medias con el, alegando de que el también quería preocuparse por Zareb, eso no hizo mas que ponerme contenta.
A continuación pasamos por una librería, quería comprarle un par de cuentos mas a Zareb, supuse que todos los que tenia ya se los había leído muchas veces. Después Zeus y yo fuimos a dar una vuelta por la ciudad y llegamos a un parque donde nos sentamos a ver pasar a las personas mientras hablábamos de cosas sin sentido.
Zeus me pregunto acerca de las cosas que me gustaba hacer y yo le conté acerca de mi doble carrera de matemáticas y física, y las ganas que tenia de volver a derrocarle mas tiempo del que le puede dedicar en lo que estuve en el instituto de los Kapa
- Me gustaría darte una sorpresa cuando lleguemos a casa- me dijo Zeus
- ¿otra sorpresa?- le pregunte un poco, solo un poco asustada-¿eres consciente de la cantidad de sorpresas que he recibido en estos últimos días?
Ante este comentario Zeus soltó una carcajada, la cual yo no supe interpretar, ¿acaso lo que yo había dicho era tan gracioso? ¿o Zeus se estaba riendo de mi? Al ver que no le entendía me aclaro las cosas
- Tranquila gatita, será una sorpresa agradable, nada de mas sustos en lo que queda de día prometido
Sin darnos cuenta la hora de ir a busca a Zareb había llegado volando, Zeus y yo nos dirigimos a buscar el coche para después encontrarnos con Zareb a la entrada del colegio.
Tenia muchas ganas de darle lo que habíamos comprado para el mientras estaba en el colegio, esperaba que le gustase. Mientras la sorpresa que Zeus me prometió se iba convirtiendo en un lejano recuerdo, internándose en lo más profundo de mi cerebro...
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Los Kapa (I)
FantastikMaya es una chica normal, o tan normal como puede ser una persona. Ella cree, como cualquier humano, que son los humanos los únicos seres del planeta, hasta que es reclutada por el Instituto. Allí le enseñan sobre el resto de criaturas que conviven...