Cartas de Sangre

Preocupaciones y una confesión.

—Kath, ven –la voz de mi madre me separa de Axel, asiento y camino hacia ella, giro –No te vayas

—No lo haré

Llego con mi madre, está más tranquila.

—Tú padre y yo debemos irnos

— ¿Qué? ¿A. Adonde? ¿Después de esto?

—Es asunto del trabajo, conferencia y me invitaron para el comité, comienzo a trabajar, no puedo negarme

—Madre, acaban de asesinar a 2 personas enfrente de tú hija menor ¿y se irán? –me desespero

—No es nuestra decisión, es trabajo, Miranda no miro nada, solos sintió que la jalaron, quiso ayudar a su amiga, pero al ver sangre corrió

Me rindo

— ¿Cuánto?

—Al menos 3 días

— ¿Lo sabe?

—Tu papá está hablando con ella –me explica— dile a las chicas que se queden estos días,

—Eso le pidió usted que n... —entiendo el mensaje— ¿Se van ya?

—Sí, nos iremos a un hotel donde están todos.

Muerdo mis labios, maldita sea, veo a mi padre salir de la casa, tranquilo

—Mira lo tomó bien, está tranquila –eso relaja notoriamente a mi madre y a mi

—De acuerdo –accedo— les diré a las chicas ¿pueden hablarles a sus padres?

Mi madre besa mi frente y se van, entran a la casa. Me acerco a mis amigas quienes, a pesar de estar tensas, están platicando con Axel.

— ¿Sucede algo, linda?

—Mis padres tienen trabajo, se deben ir, ¿podrán quedarse conmigo estos días?

—Claro –asegura Sue –

—Por supuesto –responde Criss

Mi madre llega de repente.

—Hablé con sus padres, todo está bien, quieren que vayan por ropa

—Yo puedo llevarlas –menciona Axel

En ese momento recuerdo que no lo he presentado

—Mamá, él es Axel, el chico del que les hable

—Un placer señora –Axel estira la mano con esa sonrisa cálida

—Un placer –mi madre le sonríe

— ¿Puedes llevarnos, Axel? –pregunta Criss

—Claro, niña –él sonríe

—Iré con ellas en lo que ustedes hacen maleta, ¿Miranda?

—Está casi dormida, le di un té, cuidado, por favor –mi madre mira a Axel— te las encargo

—Claro que sí, no se preocupe –él sonríe para tranquilizarla

Mi madre asiente y se aleja, giro para mirar a mis amigas y a Axel, un escalofrío me recorre el cuerpo, debería decirles lo de la carta ¿o no?, suspiro.

Cuando regreso en sí, los demás me están mirando raro, les regreso la mirada.

— ¿Lista?

Asiento.

—Vamos, ¿Cuánto días? –pregunta Sue

—3 –responde Criss, antes que yo

— ¿6 cambios y pijama?