Más muertos a la lista.

1.5K 123 15
                                    

Axel me abraza fuerte, Sue se une al abrazo por el lado derecho, ambos me tratan de calmar, pero no puedo, ese bastardo acabó con mi familia, y la mitad de la suya, mató a 3 personas inocentes, amigas de mi hermana y mi mejor amiga.

Lo acabaré.

Dejo de llorar y muerdo mi labio inferior.

— Iré a afuera, ustedes quédense — les digo

— No — me dice Axel

— No es pregunta, deben quedarse. — le respondo brutamente

— Kath, no nos quedaremos — me responde Sue

— Maldita sea, los puede matar — le digo molesta

— Y también a ti — me regaña Axel

— Pero yo ya no tengo a nadie, lo mataré y si él me mata a mí, estaré con mi familia. Ustedes tienen su familia completa — les explico desesperándome

— Nos tienes a nosotros — me dice Sue con la voz débil

La miro, el brillo en sus ojos está casi apagado, giro y me veo en un espejo pequeño, mi cabello rojo despeinado resalta mi pálida piel, casi translucida, ojos rojos, con el maquillaje corrido, las mejillas rojas por el llanto.

— Iremos juntos, podemos ayudarte — me dice Axel y su mirada se profundiza — O...moriremos juntos.

Suspiro, afirmo con la cabeza, temblando por dentro.

Caminamos buscando la salida, llegamos a las escaleras, con cuidado bajamos, el rechinido en cada paso me destroza los nervios, me aferro a la mano de Axel y tomo el brazo de Sue. Llegamos al primer pio, desierto y tétrico, caminamos a la puerta que dice "SALIDA" sobre ella en letras rojas cubiertas de polvo.

Salimos.

El aire helado del mes nos golpea, ya no tengo la chaqueta de mi padre, y la blusa hace que el aire me tenga a sus pies, está helando al grado de poder ver el aliento.

El fuego sigue ardiendo, caminamos en esa dirección, con cuidado de no hacer ruido alguno pero no es posible, las ramas sacas hacen ruido al pisarla, mi botas negras están llenas de tierra y mi pantalón tiene mancha de tierra.

Nos acercamos, logro distinguir a Jack arrogando cosas al fuego, el cual ya está bastante alto, hay un palo muy alto separado del fuego, ahí veo a...

¡MIRANDA!.

Está llorando llena de pánico. Amarrada con una cuerda por todo el cuerpo el cual cuelga a unos 6 pies de altura.

El corazón se acelera, caminamos hasta escondernos detrás de un arbusto.

Maldito cliché.

Jack abre una bolsa negra y coloca las manos en la cintura, puedo ver que es un hombre fuerte, músculos marcados.

Él comienza a reírse.

— Kath, que gusto que estés aquí — grita y se gira al arbusto donde estamos escondidos.

Me paralizo.

— No salgan — susurro lo más bajo que puedo

Axel besa mi frente y Sue soba mi hombro, me levanto y salgo del arbusto

— Hermana — grita Mirando entre llanto

Corro en dirección a ella, le toco la cara, tiene sangre en el labio inferior.

La sangre me hierve.

— Todo va a estar bien, te sacaré de aquí — le digo acariciando su cara.

Cartas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora