Capítulo 2: La nueva doncella.

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El pasado.

—¡Hermana!

Amélie gritó llamando la atención de su hermana y hacerla dejar el libro que estaba leyendo. Cruzó sus piernas sobre el césped, levantó aún más el mentón para ver a su hermana acercarse con la elegancia y sencillez que la caracterizaba. Ella puso los ojos en blanco al ver como se sentaba a su lado. Esa tarde, su hermana, Amélie, llevaba un vestido de color celeste y el cabello recogido en pequeñas trenzas hacia atrás.

—Nuestro padre me ha contado tu desafortunado suceso con la princesa Rhaenyra. Ahora eres su nueva doncella.

Ella se mordió la lengua enojada. —Tienes que dejar de meterte en los asuntos que no te incumben. Terminaré lastimándote un día de estos. —Advirtió.

Amélie la miró con los ojos bien abiertos, y luego se burló. —Estaré atenta a cualquier anomalía de tu parte. En cambio tú, debes estar preocupada por convivir con la mimada princesa.

Una sonrisa amenazaba con escaparse de los labios de la Hightower, pero se negó a hacerlo aún cuando los latidos de su corazón golpeaban en sus oídos.

Ella suspiró dejando caer la cabeza hacia atras. —Los Dioses parecen haberme abandonado. ¿Crees que será realmente divertido convivir con Rhaenyra?

—Pareces demasiado preocupada por lo que ocurrirá con la princesa. Me temo, hermana, que sí, solo no lo conviertas en algo más. —Ella sonrió al ver su expresión de espanto.

Que alguien tomara a la primogénita de Otto Hightower pues ahora deseaba abalanzarse encima de su hermana hasta mandarla al otro mundo.

Era realmente una mocosa entrometida, aunque odiaba que fuera todo lo que ella no era, llegaba a encontrar su presencia agradable y además, se mofaba cuando se obligaba a ser toda una Lady perfecta. Amélie era más joven que ella, joven y brillante, llena de elegancia y altanería, llena de ambición como su padre.

—Me inclinó más por las morenas, hermana —soltó con una sonrisa arrogante. Amélie le lanzó un codazo negando lentamente, sabía bien de las preferencias de su hermana mayor.

Amélie se relajó y cruzó sus piernas, tomó el libro en el que antes su hermana estaba entretenida y puso toda su atención en el. Alicent la observó por escasos momentos antes de arrancar la primera y alcanzable flor que encontró. Estaba tan perdida en aquello que dejó por un momento el tema al aire.

—Entonces, ¿no te ha llamado ni por un poquito la atención?

Alicent rodó los ojos junto a un suspiro cansado. Amélie arqueó una ceja, esperando una respuesta.

—Mierda —jadeó—. Es una chica insoportable además de mimada, jamás podría llegar a interesarme en lo absoluto.

—Tienes un punto a tu favor. Casi todas las doncellas le temen, además, eres insoportable y muy varonil como para que ella se fije en ti.

Alicent sonrió mostrando los dientes.

—Olvidé decirte —comenzó—, Nuestro padre está organizando un baile de máscaras que, aparentemente, viene al caso por celebración de la Reina Aemma, y esta vez no podrás quedarte encerrada en tu habitación siendo una persona asocial. De seguro la princesa te hará usar vestidos en lugar de estos horrorosos atuendos.

Una Hightower enamorada de una Targaryen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora