El viaje

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Eran las seis de la tarde, y Monty había pasado por mi hacía unos minutos, por lo cual ya estabamos directo a el destino final, a cinco horas de mi ciudad, La Universidad

La primera hora se me hizo un poco larga.

- Jenny, ¿Que harás ahora sin mi? - Me preguntó Monty.

- Pues...  hacer todo lo que estuve haciendo cuando tú no estabas conmigo: estudiar, salir a correr, y ver mis realitis, no se me ocurre nada mejor. 

- Tú si que sabes que quieres...

- ¿ Y tú, que planeas hacer?

- Honestamente, jugar baloncesto, eso es lo único que tengo en mi mente en este momento.

Se le notaba nervioso todavía, así que decidí preguntar.

- Monty ...

- ¿Si?

- ¿Estas bien?

Me miró, medio confundido.

- Si, ¿por?

- Es que te noto medio nervioso, como si quisieras decirme algo y no pudieras.

Noté como se le tensaban los hombros.

- Son los nervios del partido próximo - Me dijo - El entrenador quiere que ganemos este.

Obviamente, no era eso, pero fingí no darme cuenta.

- Seguro que lo harán.

Luego de eso, dormí por todo el viaje, de manera de que cuando desperté estabamos a pocas cuadras de la residencia.

- Llegamos - Dijo Monty.

Seguía tenso. Y no podía irme sin que me diga lo que quería decirme.

- Ya, dímelo. - Inquirí.

- ¿Qué?

- Dime que te esta preocupando, porque está claro que no es el próximo partido ni todo lo que eso implique.

Okey, quizá soné mas ruda de lo que debería, pero funcionó.

- Tienes razón - Me respondió

- Entonces, dímelo.

- Quería... - Tomó aire - hacerte una propuesta.

¿Una...  propuesta? No es por bajarle puntos, pero sus propuestas nunca eran buenas.

- ¿Cuál propuesta?

- ¿Podemos tener...  - Le estaba costando más de lo que admitiría - una relación abierta?


                                                                              -FIN-



Ella sabe que quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora