Día 2: Desvelo

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Con tan sólo un par de horas desde el amanecer, Inosuke llegaba a la finca mariposa. Recientemente había sido nombrado como Pilar de la bestia, era la primera vez en dos semanas que regresaba a la finca y también tendría su primera noche sin tener que ir a cazar demonios.

A lo lejos vio a Aoi, se alegró de ser la primera en ver después de mucho tiempo. Aceleró su paso ¿Cuáles serían las primeras palabras que le diría ahora que era Pilar?

Todavía le faltaban unos metros para llegar a la entrada cuando observó que alguien se le había adelantado. No sabía quién era, se veía como un hombre cualquiera que vería en la ciudad.

Aoi le sonreía, Inosuke creyó que solamente él era capaz de hacerla sonreír, no era malo que ahora fuese más feliz junto a otras personas, no obstante, de alguna manera, se sentía irritado.

Vio que aquel hombre le daba una especie de tela, se despidió y caminó hacia donde él estaba

— ¡Buenos días! Últimamente hace mucho frío en las mañanas ¿Verdad?— Le dijo el hombre, Inosuke le respondió con una especie de gruñido, no sabía cómo responder a eso

— ¡Inosuke-san! Me alegro de que estés sin heridas graves— Lo recibió Aoi. Sintió que escuchar su voz era lo que necesitaba en ese momento.

— Los demonios cada vez son más débiles. También es porque me hago cada vez más fuerte ¡Por eso me convertí en Pilar!

— Es verdad. Muchas felicidades por tu nombramiento— Le dio algunos aplausos mientras le sonreía, él no pudo evitar sonreír también— Como regalo, te preparé algunos de los platillos que te gustan. No será mucho pero es mi manera de celebrarlo— Parecía que a Inosuke le brillaban los ojos de la emoción

— ¡Gracias Aoi!— ¡Sí se acordó de que me nombraron Pilar!

Entraron a la finca y desayunaron junto a las niñas quienes cada vez estaban más grandes.

— Me tengo que ir— Aoi se levantó de su asiento rápidamente, como si hubiera olvidado algo

— Pero no terminaste tu desayuno— Le dijo Inosuke aún con el bocado sin pasar

— Yo te lo aguardo Aoi-san—

— ¡Gracias Naho! Lo terminaré después— Él parecía algo decaído, quería tener aunque sea un momento con ella, incluso aunque estuvieran las niñas presentes— Ah por cierto Inosuke-san, ve a bañarte cuando termines o espera a que sea más tarde, últimamente hace mucho frío en las mañanas ¿No es así?— Inosuke se quedó congelado. Eran exactamente las mismas palabras que le había dicho el sujeto hace unos minutos, sumado a que Aoi llevaba la tela que le acababa de dar como si quisiera esconderla. Tenía que descubrir quién era ese tipo.

Aoi se fue e Inosuke se quedó desayunando con las chicas.

— Oigan ¿Quién es el hombre que le vino a dejar una tela a Aoi?— Las niñas intercambiaron miradas las cuales Inosuke notó.

— ¿Un hombre que vende telas? Nunca he visto a alguien así aquí— respondió Sumi

— Sí, estaba hablando con Aoi en la entrada y le dio la tela. El tipo era como de este tamaño— Les indicó con la mano — y unas gafas así— hizo unos círculos con los dedos— y tenía una expresión así — moldeó su cara para hacerla parecer forzadamente feliz

Las niñas casi escupen la comida por la extraña descripción de Inosuke de ese hombre.

— Supongo que hay varios hombres así en la actualidad, pudo ser un vecino y ya— Dijo Kiyo quien terminaba su comida— No le des muchas vueltas al asunto

InoAoi week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora