Día 6: Borrachera

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Tal vez llevaba caminando unas dos horas sin poder parar. No era porque le gustara hacerlo, simplemente no sabía a dónde ir o qué hacer.

Se consideraba disciplinada en su trabajo, tal vez no era la mejor entre los demás trabajadores pero tenía ideas brillantes con las que contribuyó a la empresa que, ese día, le había dado la espalda. Al parecer el nuevo heredero de la empresa estaba contratando personas sin tanta experiencia para que no se quejaran de su salario. Aceptó el despido sólo porque el nuevo jefe no le agradaba.

No sabía que ese día iba a ser despedida, aunque tenía el presentimiento desde hace varios días de que algo iba a pasar. De haber sabido lo que pasaría no le hubiera dicho a “él” que pasara a recogerla después del trabajo. Entró a su auto, no pudo ni quejarse de lo que había pasado cuando el hombre comenzó con un discurso de recuerdos de los últimos meses que pasaron juntos y recordando todo lo malo en su relación. No necesitaba escuchar más. Salió del auto muy enojada. Lloró, intentó caminar rápido y él no fue a alcanzarla. El fin de otra relación.

Estaba hambrienta, decidió detenerse a comer en un lugar al azar. Había dos lugares enfrente de ella, uno de comida tradicional japonesa y otro de comida rápida. Lanzó una moneda como solía hacer su hermana hace años atrás.

Cara, ganó el de la comida tradicional— Se dijo a sí misma

Entró, movió y aceptó algunas cosas al azar en la pantalla, sólo quería comer y beber algo, le dio aceptar a todo lo que aparecía.

Tomó su recibo y se dirigió a la mesa apartada que había seleccionado. Una mesera le llevó su primer platillo. La mesa que había pedido estaba en una cabina lejos de las demás pero seguía escuchando el ruido de la gente que reía, gritaba y hablaba a lo lejos. Pensó en sí misma y en lo sola que se sentía y comenzó a llorar otra vez. Sintió sus ojos hinchados y levantó la mirada al sentir que alguien la observaba.

En el marco de la puerta se encontraban la mesera y otra chica.

— Disculpe que la interrumpamos— Dijo la mesera algo incómoda— Le traigo a la chica que contrató

— ¿Qué?— Aoi las vio con desagrado

— Está en todo lo que pidió al principio, puede verlo en su recibo. Aceptó contratar una de las acompañantes.— Leyó el papel y al terminar suspiró. Qué cara salió esta mujer

— Que se vaya ¿El pago ya se realizó, cierto? Entonces sólo fijamos que estuvo conmigo

— No se nos permite hacer eso— La chica observó la condición de Aoi, juzgó y sacó algunas conclusiones, tenía que convencerla— La dejaré con usted, será un mueble más pero este cuenta con la diferencia de que le servirá tragos ilimitados. Esta chica a diferencia de las demás, no puede hablar. Quéjese todo lo que quiera con ella, será lo mejor para usted.

— ¿De qué habla? — Aoi se sentía nerviosa.

— Cada una de nuestras acompañantes tiene una personalidad diferente, la que escogió no habla— Estaba apunto de reír por lo que escuchó. Había escuchado que ese tipo de cosas existían en Japón pero no lo esperaba en un lugar así.

Lo que uno hace por dinero… Pero un muy buen dinero. Tal vez también me dedique a esto… Necesitaría mucho dinero en operaciones para que me contraten, mejor no

— Está bien, que se quede—.La mesera dio un brinco alegremente.

— Su nombre es Inoko-chan. Si quiere que ella le responda algo, puede pedirle que se lo escriba en el pizarrón que lleva consigo. ¡Te portas bien Inoko!— Se burló su compañera Shinobu. Inoko no respondió nada pero Aoi pudo ver de lejos su rostro de perfil y no se veía nada contenta.

InoAoi week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora