|Al día siguiente|
*Narra Harvey*
-cuando desperté pude apreciar los deslumbrantes rayos de sol que ingresaban por las ventanas, todo lo que sucedió la noche anterior se coló en mi cabeza provocándome una sonrisa descarada. Giré la vista topandome con la presencia de la persona más importante de mi vida, pretendía acariciar su preciosa piel cuando se levantó de golpe. Su pecho subía y bajaba con frenesí mientras sus orbes revelaban midriasis. -Tranquilo, ¿qué sucede?. -cuestioné preocupado, intenté acercarme a el pero se apartó de mi cercanía.
-Yo -buscaba entablar las palabras correctas. -Harvey -dirigió la mirada a su cuerpo desnudo, cubriendo se lo mejor que pudo con las sábanas. -¿Qué hicimos?. -cuestionó con un tono bajo.
-suspiré en respuesta. -Tranquilizate, no hicimos nada malo. -negó un par de veces desviando la mirada.
-Harvey, no estuvo bien. -titubeó. -Tengo que irme -. ¿Y a dónde se supone que irás exactamente?, tú me buscaste en mi apartamento a sabiendas de lo que sentía por ti y ahora -, ¡Te busqué porque necesitaba a mi amigo, Harvey!. -se levantó de la cama para tomar sus prendas, vistiendose lo más rápido que podía con acciones algo torpes.
-Mike, espera. -pretendía tomarlo del brazo pero lo apartó abruptamente.
-Te veré en la oficina. -anunció con un tono demandante para salir por la puerta, revolví mis cabellos con exasperación, todo estaba yendo espectacular y por ese maldito compromiso todo se fue a la borda de un momento a otro. Dirigí la vista a mi celular que reposaba sobre un buró cuando este comenzó a sonar.
-Donna. -solté arisco.
-Harvey, pasan de las díez y media, nunca llegas tan tarde; Jessica está furiosa.
-Estoy en camino. -colgué casi de inmediato arrojando el celular a la cama para entrar al cuarto de baño, dando un último vistazo a las sábanas que fueron testigos de algo maravilloso que terminó mal.
Me apresuré a duchar para dirigirme lo antes posible a la firma.
[...]
*Narra Mike*
-tras llegar a mi antiguo apartamento asegurándome de no encontrar a Rachel en ningún sitio, me dispuse a ducharme. Los recuerdos me eran borrosos y un poco distorsionados, pero no tanto como para culpar a Harvey. Entiendo ambas posturas; estaba frágil y dolido la noche de ayer, anhelaba un cariño como ese después de todo, y el... después de la forma tan sincera en la que se acercó conmigo no puedo asegurar que mienta, o que tan siquiera esté confundido. Solté un suspiro ahogado para cerrar la llave evitando que el agua saliera, me dispuse a vestirme apenas salí de la ducha para dirigirme hasta la oficina.
Hoy será incómodo.
[...]
-visualicé el edificio segundos antes de ingresar con la cabeza hecha un lío, ¿cómo se supone que mire a Harvey a la cara después de lo que sucedió anoche?. -Mike -paré en seco arrepintiendo me de inmediato, pretendía irme cuando me tomó del brazo. -, tenemos que hablar, no podemos dejar que todo termine así, por favor. -aparté mi mano con algo de fuerza importandome poco sus mejillas húmedas por el llanto.
-No tengo nada que decirte. -avancé hasta el ascensor con la intención de irme, pero lo que no esperaba que hiciera; era que ingresara conmigo.
-Solo escúchame, por favor -. ¿Escucharte?, pude escucharte en cualquier momento y decidiste quedarte callada. Maldición, ¡le contaste a Donna antes que a mi!. -revolví mis cabellos con desesperación.
-No significó nada -formuló entrecortada. -. ¿Nada? -la fulminé con la mirada. -, mírame bien y dime que así fue. -sus labios temblaron violentos mientras su mirada divagaba por mi rostro. -. ¡Dímelo!. -cerró los ojos con pesadez, su cuerpo temblaba con levedad por el repentino exalto. Guardé silencio un par de segundos cuando el elevador se detuvo. -Terminamos. -me tomó del saco para besarme, mientras mi cuerpo chocaba con la pared del lugar, casi de inmediato las puertas del ascensor se abrieron; mostrando a Harvey frente a estas con una expresión atónita.
-la aparte para pasar de largo dejándolos allí. Pretendía dirigirme a mi oficina cuando visualicé a Donna acercarse a mí. -Mike -. Ahórrate lo. -respondí solemne, di media vuelta con la intención de dirigirme al elevador de nueva cuenta, y, de no ser por Harvey lo habría logrado.
Fue un error venir.
*Narra Harvey*
-lo tomé del antebrazo cuando planeaba irse, sentí sus movimientos bruscos en busca de soltarse de mi agarre. -Ahora no, Donna. -pasé de largo hasta mi oficina, metiendo a Mike dentro para ponerme frente a la puerta después de cerrarla. -¿Qué demonios te sucede?.
-caminó un par de veces dentro de la oficina. -Todo en mi vida se está derrumbando, Harvey. ¡No sé que demonios hacer!. -me dió la espalda.
-¿Y por eso besaste a Rachel?. -su atención volvió a mi cuando me miró atónito.
-¿Qué?. -cuestionó estupefacto.
-me acerqué hasta él, observando su respiración aumentar. -Los ví en el ascensor Mike, ¿ya lo olvidaste?. -cuestioné mientras mi molestia sobrepasaba la confusión que había experimentado.
-Eso no fue lo que pasó -. ¿Entonces que fue?. -negó en repetidas ocasiones. -Nada de esto tiene sentido. -planeaba irse antes de que lo empujara hasta la barra en la que los balones autografiados permanecían acomodados. Me miró perplejo. -¿Piensas regresar con ella?, ¿es eso?. -desvió la mirada mientras mordía su labio inferior. -No tienes derecho a ponerte así cuando ni siquiera somos nada. -esa fue la gota que derramó el vaso, antes de que pudiera reaccionar mi puño impactó contra su mejilla izquierda, volteando su rostro. -¡¿Cómo puedes decir eso después de haber tenido sexo conmigo?!. -cuestioné más que ofendido, dolido, estoy dispuesto a suplicar por su amor y no pienso permitir que regrese al lado de esa mujer solo porque está confundido.
-¿Qué ustedes qué?. -ambos dirigimos la mirada a la puerta, en dónde Jessica nos miraba inconforme.
*Narra Mike*
-Es una conversación privada. -justificó solemne.
-¿Es por eso que llegaron tarde?, no me opongo a una relación laboral, pero si cuando esta interfiera directamente con el trabajo.
-Harvey -mencioné su nombre con un tono débil, la mejilla me dolía, la taquicardia era impresionante junto con la alteración desequilibrada de mi ventilación y mi vista se hacía más borrosa conforme pasaban los segundos. -, Mike, ¿estás bien?. -cuestionó con un tono alarmado, ni siquiera quería visualizar su rostro después de todo lo que había pasado, lo hice a un lado con las casi nulas fuerzas que tenía, cuando milagrosamente logré salir de su oficina, todo me daba vueltas y se puso peor cuando el reflejo nauseoso se apoderó de mis sentidos. Cubrí mi boca mientras intentaba llegar al sanitario.
-¡Mike!. -exclamó para correr detrás de mí, abrió la puerta del baño dejándome pasar primero a uno de los cubículos. La sensación era sofocante, no conseguía calmarme incluso después de haber vomitado.
-Sal de aquí. -ordené con la voz quebradiza, segundos después el sonido de la puerta siendo cerrada me dió un poco de calma.
Me dirigí hasta el lavabo para enjuagar mi boca y manos, divisando mi lastimado rostro por la confrontación anterior.
-sentí mi cuerpo temblar cuando mis labios también lo hicieron, era desgarrador visualizar mi reflejo totalmente roto. Acudí con el para refugiarme del dolor, no lo culpo por lo que pasó la noche anterior, pero no tuvo porque reaccionar así. ¡No regresaré con Rachel, no importa que!.
Tomé aire para hacer un par de ejercicios de respiración, notando una buena mejoría en mi estado de salud después de varios minutos. Quizás yo provoqué su estado de humor al decirle eso después de lo que sucedió; estoy consciente de que nada podrá ser igual, pero eso no cambia el hecho de lo mucho que lo voy a extrañar como amigo. Mucho menos cambia el que me haya golpeado después de tener ideas erróneas.
Creo, que después de todo no podremos compartir un trabajo.
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Continuará...
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"Irreversible"
FanfictionDesde que Mike vino días atrás a mencionar me su pronto matrimonio con Rachel, mi cabeza ha sido un maldito laberinto revoltoso. Dejé salir un suspiro lleno de frustración, Donna tenía razón; soy un desastre sin Mike. [...] -No voy a irme sin sabe...