"I'll follow you anywhere"- Gwevin

Siendo sinceros

Le estaba costando mantener los ojos abiertos. Sentía la suavidad de las sábanas contra su piel y la pequeña luz encendida en la mesita de noche no le ayudaba a no quedarse dormido. Su vista en enfocó a su izquierda, mirando a la joven pelirroja que estaba sentada en la cama, agarrándose la sábana a la altura del pecho para ocultar un poco su desnudez, pero dejando a la vista su espalda mientras abrazaba sus rodillas. Pasó su mano por la suavidad de su piel e inspiró profundamente. Siendo sinceros, apenas estaba prestando atención a lo que decía su novia.

-Entonces... ¿Ya has terminado de sacar todas tus cosas de las cajas?- preguntó mientras miraba alrededor de la habitación del osmosiano. El adjetivo desordenado se quedaba bastante corto al estado de aquel lugar.

Gwen Tennyson una adolescente de 16 años, estudiante del instituto privado de Bellwood había conseguido llamar la atención de la liga Ivy, el selecto grupo de universidades, por sus excelentes calificaciones y su perfecto desempeño. Por ello, tras entrar en un programa de estudios avanzados, le dieron la oportunidad de ingresar en la universidad antes de tiempo. De todas las universidades, ella eligió la Universidad de Friedkin, teniendo que despedirse de sus padres e incluso de su primo Ben para estudiar allí. Kevin por su parte había estado bastante en contra de mantener una relación a distancia y, sin mucho pensar, decidió ir con ella.

Había pasado únicamente una semana, desde que Gwen, o mejor dicho Gwendolyn, había comenzado las clases, las cuales, aun siendo agotadoras, la emocionaban muchísimo.

Kevin por su parte, había solicitado empleo en varios sitios, en especial, en varios talleres y estaba a la espera de que le llamasen para trabajar en alguno de esos sitios.

-Casi. Aún tengo varias cajas sin abrir.- murmuró antes de bostezar.

-Deberías ordenar un poco el sitio. Es bastante pequeño y si tienes todas tus cosas esparcidas, será peor.

La anodita escuchó algo como una afirmación, pero no le dio demasiada importancia. Miró a su alrededor con curiosidad. Ciertamente, el sitio era bastante pequeño y viejo, y con todas las cosas de su novio tiradas por el lugar, le daban un aspecto más descuidado. Pero, a pesar de eso, le gustaba mucho ese sitio.

Aunque viviese en el campus de manera oficial, los fines de semana los pasaría allí con él. Le gustaba pensar que era casi como si viviesen juntos. Sus ojos verdes se pasearon por el lugar, deteniéndose en la mesita de noche, junto a la pequeña lamparita, Kevin tenía las llaves de su coche, su teléfono móvil, algunas tuercas y tornillos que ella se preguntó qué hacía ahí, pero hubo algo que llamó su atención...

-¿Y esto?- se giró con el objeto en su mano mirando a su pareja que abrió uno de sus ojos para ver qué era lo que le enseñaba.

-Ah, eso.- tras haber visto el candado que solía usar él de niño como collar en su mano, volvió a cerrar los ojos.- Lo encontré mientras empaquetaba las cosas y simplemente lo guardé.

La pelirroja lo miró entre sus manos, se le hacía muy nostálgico ver ese objeto. Le recordaba al momento en el que conoció a Kevin cuando era un pequeño delincuente e incluso su enemigo.

-¿Te lo vas a quedar?

-Mmmm... No lo sé. Le tengo cierto cariño. Era de una bicicleta, lo primero que robé.

A Gwen no le gustaba demasiado oírle hablar de sus hurtos pasados, pero entendía el significado que aquel objeto debía tener. Había estado cierto tiempo de pareja con el osmosiano y ciertamente no le agradaba del todo su amor por el dinero. Sin embargo, lo había llegado a entender. Después de todo, Kevin vivió en la calle sin tener nada de dinero. Robando y sobreviviendo, sin saber siquiera si al día siguiente podría comer algo. Ella había tenido la suerte de vivir una vida de lujos si la comparaba con su novio, entendía que él le daba otro tipo de interés al dinero. Además, de que desde muy niño se vio obligado a tomar cosas que no eran suyas para poder subsistir.