Mamá me había avisado al entrar a la casa: Los Villanueva venían con nosotros a Nueva York.
Nueva York… la vista que había tenido cada vez que lo veía en las películas, que lo describían en los libros, que lo veía en fotografías. Todo, supe en el momento que me dijo mamá, se vería distinto enfrente de mis ojos. No sabía si sentirme feliz o no. Normalmente me gustaban los viajes de trabajo de mamá solo con ella y Emma, nadie más. Era más fácil y beneficioso de esa manera: siempre me compraban todo lo que quería.
No sabía cómo sentirme en esta situación.
Entré a mi habitación y, por alguna razón, sonreí. Caminé hacia mi cama, me acosté, y me quedé viendo el techo por lo que pareció ser por horas. Nunca antes había logrado hacer eso: siempre vivía en un apuro, siempre pensando en tener que hacer algo mas, usar mi tiempo, y no malgastarlo mirando un techo de color blanco.
-¿Sigues despierta?- me sobresalté en mi cama al escuchar la voz de Lucas. Primero escaneé mi habitación, no encontrando a nadie, supe que hablaba desde su habitación. Me puse de pie y caminé hacia mi ventana. Recorrí las cortinas y abrí la ventana, encontrándome con el rostro de Lucas.
-No- le contesté, sonriendo-, estoy dormida.
-Claro, noto su cara somnolienta- seguía vistiendo la misma ropa que había usado para la fiesta. no pude evitar preguntarme si había hecho lo mismo que yo había hecho: quedarse viendo al techo. Las estrellas iluminaban ligeramente su rostro, pero su contraste se difuminaba un poco por la luz de su habitación, y el efecto contra luz.
-Sigues usando palabras extrañas para hablar. Tratas de impresionarme, yo lo sé- sabia que él no lo hacía. Una parte de mi lo deseaba, otra parte de mi decía que si había posibilidades de que eso fuera cierto, eran solo posibilidades creadas en mi mente.
-Que tu no conozcas las palabras que uso es algo distinto, Jessica.
-Tratas de impresionarme, yo lo sé, yo lo sé. No puedes negarlo.
-Sí, sí, lo que digas- puso los ojos en blanco-. Tú fuiste quien me invitó a la fiesta, lo que dice que tu intentabas impresionarme a mí.
-Me ofendes- llevé mi mano a mi pecho, ofendida-. Tú fuiste quien me llamó hace tres minutos.
-Llamarte no significa que trato de impresionarte.
-Lo que sea- hice un ademan de desafecto-. ¿para que me llamaste?
-¿Ya te enteraste sobre lo de mañana? ¿Sobre que vamos a Nueva York con ustedes por el trabajo de mamá?- mi corazón comenzó a galopar dentro de mi pecho, rápidamente, por alguna razón desconocida.
-Sí, ya me enteré- intenté sonreír, pero todo lo que obtuve fue una mueca. No pude evitar preguntarme que iba a suceder ahí. Si Lucas me diría porque había aparecido en mi sueño, porque había hablado con su mamá sobre mí, si la verdad saldría, porque sabía que había algo enterrado profundamente.
-Será divertido.
-Sí, muy divertido…- mi voz sonó forzada.
Lucas elevó una ceja, notando mi noto.
-Yo…
-¡Jessica, ve a dormir si no quieres que te comience a regañar por llegar después de tiempo!- escuché a mamá gritar desde su habitación.
-¡Voy!- grité de vuelta sintiendo la ruptura del momento. Me volví hacia Lucas con un suspiro-. Supongo que buenas noches, Lucas.
-Buenas noches, Jessica.- dijo. Nos quedamos mirando por otros largos segundos, o tal vez fueron minutos. Fue algo incomodo.
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Santiamén.
Ciencia FicciónYo solo era una adolescente humana normal, con seguridad a la vida y al futuro; segura de lo que quería; con un pasado olvidado, un corazón roto, y amistades ahogadas, hasta que descubrí que no era humana, y toda mi vida cambió. Pero Pero ¿que vid...