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residencia ha

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residencia ha.

el ambiente de la gran habitación de la hija menor de lord ha seung-woo, ha soo-young, era totalmente asfixiante. el oxígeno era cálido al entrar y al salir. hacía calor, muy diferente a los dos grados de temperatura que había en el aire de la madrugada, afuera.

jungeun le dió una calada a pipa en su mano. han pasado cinco días es lo que piensa, con su mirada puesta en ningún punto fijo, no ha respondido tan pronto como dijo volvió a decirse mentalmente.

por otro lado, las demás personas de la habitación tenían cierta intriga de la hija de lord kim, pues normalmente estaría con alguna de las kisaeng* (mujeres dedicadas al entretenimiento y, en pocas ocasiones, la prostitución, en corea), realizándole una felación, o directamente follándose alguien de los presentes.
entonces, con bastante confianza, ha sooyoung se acercó al "príncipe". ha sooyoung pasó su lengua por la tela que cubría el detalle de kim jungeun, quien volteó a verla con una ceja ligeramente arqueada.

¿para qué aceptaste venir si no harás nada? ─inquirió, viéndola desde abajo con una sonrisa sarcástica.

jungeun soltó una risa nasal, ladeando su cabeza y mirando a la menor con diversión─ estuve esperando a que lo notaras ─se inclinó, de manera que su rostro quedó a centímetros de el de la castaña─... porque hoy no podría hacerlo con otra persona.

y entonces miró por encima del hombro de sooyoung, su mirada gatuna, rojiza en su íris, se podía definir como dos hojillas afiladas y listas para cortar por partes el cuerpo de quién se atreva a molestarla, y eso es lo que sucederá si no le hacen caso.
cómo si lord ha hubiera exclamado que todos se largaran de allí inmediatamente, todos se vistieron a gran velocidad y salieron de la habitación. jungeun sonrió con soberbia.

siempre tenía lo que quería.

"señor lee minho" habló la de cabellos grisáceos, a lo que el hombre inmeditamanete atendió con una reverencia, "¿qué ha sabido sobre la sastre?"

"nada, mí señor. desde el día en que le he entregado la carta, me han dicho que ha estado muy ocupada con sus trabajos pendientes."

qué tanto oficio debe tener una plebeya tan insignificante.

¿en qué pensabas tanto, jungeun? ─preguntó sooyoung una vez ambas estuvieron totalmente solas, aún recostada en sus brazos y piernas en el suelo─ de verdad, nunca te había visto tan distraída.

jungeun rió sin ganas─ no creo que te convenga saber ─tomó la cabellera castaña de la más pequeña, pegando su rostro al bulto creciente en sus pantalones─, entonces, mejor házme pensar en otra cosa.

𝙖𝙢𝙖𝙧 𝘢 𝘭𝘢 𝘱𝘳𝘪𝘯𝘤𝘦𝘴𝘢 || 𝗹𝗶𝗽𝘀𝗼𝘂𝗹 𝗔.𝗨 ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora