2. Prefacio

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Apenas Wally despertó, sintió un conjunto de miradas sobre él y al estar completamente cubierto por sus sábanas, una sensación de ansiedad y alerta lo invadieron inevitablemente, como si supiera que al destaparse, vería ojos por todas partes observándolo -o juzgándolo-, y una gran oscuridad de fondo, como si fuese una pesadilla.
¿Acaso sentía miedo? Si, estaba aterrado, pero él jamás lo aceptaría frente a nadie.

Con lentitud abrió un lado con su mano, creando un pequeño hueco al exterior, topandose únicamente con el rostro de cierta vecina suya, dónde vio reflejada una sonrisa que lo hizo suspirar aliviado de cierta manera, pero rápidamente se empezaron a formar preguntas en su mente, así que se descubrió y se acomodó de tal manera que pudiera tener vista de toda su habitación.

Para su sorpresa, todas esas miradas que percibía resultaron ser las de todos sus vecinos, que se encontraban rodeando su cama justo ahora, como si se tratase de un enfermo terminal.

-¡Buenos días, Wally! -saludó Julie Joyful emocionada y llena de felicidad.

-Buenos días...- correspondió el peliazul con una notable y ligera voz grave.

Todos los demás parecían estar expectantes y atentos, como esperando que sucediese algo o decir algo, pero nada, la ambigüedad seguía en el aire.
Ya siendo más consciente de su alrededor, Wally pudo ubicar a cierto cartero con el que había estado el día anterior y cruzó miradas con él por un breve lapso de tiempo, notó que traía una bufanda puesta, una mano oculta detrás suyo y la otra entrelazada con la de Frank, que curiosamente a diferencia de los demás traía una expresion algo indiferente.

En ese momento se preguntó si Eddie había sido el causante de tan peculiar mañana, quizá pudo haberles dicho a los demás acerca de lo que pasó ayer y... De solo pensarlo, lo hizo sentir un poco triste. Al principio, no sabía si era porque eso significaría que habían traicionado su confianza, o si era porque había recordado la razón del porque se quedó en medio de la lluvia ese día. Pero el motivo al fin y al cabo había sido por esto último.
Entonces todo se volvió un poco gris en su interior y bajó la mirada, una mirada que dejó de tener brillo acompañada con el sin sentido de sonrisa que tenía siempre.

-¿Estás bien?- preguntó Eddie apenas notó la reacción de Wally luego de verlo. Imposible no sentir culpa, pero una no tenía un origen real que podría ocurrirsele en el momento.

-A ver, a ver, con permiso- y como si se tratará de un don, Barnaby apareció desde la pequeña sala de manera inesperada, con lo que parecían ser témperas de diferentes colores entre sus patas.
Wally alertado por la presencia de su mejor amigo levantó la cabeza, curioso, y notó que este dejó las temperas en una mesa y acto seguido se colocó justo en medio del cuarto para dar un anuncio.
- ¿Se puede saber que están haciendo aquí? Les dije que Wally estaba bien.

Con esas simples palabras, las sospechas de Wally que en principio se estaban dirigiendo hacía Eddie ahora apuntaban directamente a Barnaby como el posible delator. Confuso, pero sereno, simplemente decidió guardar sus comentarios para cuando estén completamente solos. Necesitaba una explicación.

-Si, pero nos preocupamos mucho, sonaba como algo serio- replicó la monstruo arcoíris de pelo rubio.

-Además no sé ve nada bien, parece que se hubiera resfriado...- decía preocupada Poppy, pensando lo peor- ¿Te estás abrigando, querido? No puedes confiarte de ninguna manera- dijo esto último dirigiéndose al peliazul, el cuál asintió como una mentira piadosa frente a la pregunta formulada.

-Seguramente no estás comiendo bien- intervino Howdy con sus primeros dos brazos cruzados y con los otros dos pares sostenía una pequeña cesta de manzanas, las cuales llamaron poderosamente la atención de Wally - Te traje tus favoritas, pero solo con la condición de que te mejores ¿Oíste?- volvió a asentir.

Solo es un mal momento (WallyxEddie¿)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora