3. El libro

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"Dices que tienes corazón, y sólo lo dices porque sientes sus latidos. Eso no es corazón...; es una máquina, que, al compás que se mueve hace ruido."
-Bécquer

(...)

Cuando Barnaby cerró la puerta, sabía que apenas entrase nuevamente a la habitación, Wally no estaría feliz como su sonrisa lo demostraba.La idea lo desánimo de inmediato.
Así que solo se quedó parado unos cuantos segundos ahí, como tratando de recordar o de pensar que sería lo que le diría ahora. Por un momento sintió como algo parecido a la emoción que le recorría el cuerpo cuando estaba a punto de dar un espectáculo, pero poco a poco se fue transformando en algo que lo puso irremediablemente nervioso y su estómago empezó a gruñirle con repentinas ganas.
Con la excusa de buscar algo con lo que relajarse, sacó del bolsillo de su colorida camisa, su encendedor y su típica pipa que siempre llevaba consigo, acto seguido la preparó y prendió con la rapidez que la experiencia le daba y finalmente empezó a fumar. Apenas lo inhaló, la nicotina le produjo una sensación de placer casi instantáneo. Se le había hecho costumbre, se sentía muy bien.

Entonces recuperó la compostura y camino hasta donde se encontraba Wally, quien yacía en pijama aún, se había levantado y miraba por una ventana con una manzana ya casi terminada en la mano.

-Espero que puedas disculparme por lo de hace un rato, no tenía idea de que fuesen a venir, ni mucho menos que Home los dejaría entrar- se excusó sentándose en una de las esquinas de la cama- pero me sorprendió lo bien que lo tomaste, aunque noté que estabas algo incómodo...

Wally bajó la mirada. En realidad sentía que se retorcía en medio de su propia hipocresía, tenía tantas ganas de (...)

Pero entró en razón luego de ver aquella pequeña flor de origami color amarillo que había dejado por ahí sin más. Entonces la imagen del cartero se le vino nuevamente a la cabeza, específicamente el momento en el que esté le preguntó si estaba bien y lo miraba atento, pero sobre todo preocupado. El recuerdo fue tan fugaz pero extrañamente efectivo, púes lo tranquilizó de repente sintiendo la seguridad de cierta atención que había recibido en ese entonces por parte de Eddie. Definitivamente había captado algo en él y eso alimentaba con creces su ego, ignorando completamente el porqué.

-Me tomó por sorpresa nada más- dijo el peliazul abriendo la susodicha ventana con el fin de que el olor a tabaco se dispersará mejor al igual que el suave humo que se esparcía en el aire- Pero, ¿No les contaste todo, verdad?

-No, para nada- respondió, a lo que Wally dió el último 'mordisco' a su manzana dejando solo el corazón de esta misma y arrojándola a un tacho de basura pequeño que tenía cerca-Se hubieran vuelto locos, creo que no te hubiesen dejado en paz mínimo una semana.

-Si, tienes razón-se sentó a su lado, apoyando su cabeza en el hombro de Barnaby- Pero aún no me dan ganas de pintar...

-Te traje algunos colores más, por si te animas... aunque sigo sin entender porque te preocupa tanto eso- señaló su perruno amigo, sacando elegantemente la pipa de su boca y exhalando una bocanada de humo- Pensarlo solo te hace sentir triste y creo que es la razón del porqué te comportas tan raro.

"Raro..." Resonó en su mente.

-¿Crees que soy raro?- preguntó con un tono apenado, separándose un poco y señalándose a si mismo.

Para poder responder acertivamente a este tipo de preguntas, Barnaby debía de darse la tarea de mirar a Wally directamente a los ojos para así poder leer estos y así encontrar la manera de entender mejor al contrario, pues este, al carecer de diversidad de expresiones- teniendo aparente y únicamente la felicidad- no tenía la mejor comunicación y a veces terminaban en malentendidos.
La consideraba la técnica 'infalible', una que no era ningún secreto para los demás en la mayoría de casos.

Solo es un mal momento (WallyxEddie¿)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora