1. El Regreso.

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Siento la humedad del campo bajo mi cuerpo e intento relajar todos mis músculos, cuento hasta cuatro e inhalo aire profundamente mientras la cuenta atrás se hace efectiva, repito la acción esta vez exhalando, se acerca el regreso a Hogwarts, mi primer año físico estudiando allí, me encantaría poder afirmar que no me siento nerviosa por ello, pero sinceramente, mentiría. Respiro de nuevo intentando tranquilizarme cuando de pronto siento algo encima de mi que me dificulta seguir respirando con normalidad, abro los ojos y ya no me encuentro en mi jardín.

Tardo unos instantes en procesar que estoy empapada en la cama de mi cuarto intentado poner en orden mis neuronas. Escucho una risa y como alguien se abalanza sobre mi. 

-Quedamos en que las bromas eran tan solo para los demás, me has empapado estúpido. 

-Es imposible despertarte de una manera normal pequeña marmota, ya lo he intentado y no ha habido manera, no has dejado elección a la maldad. -Fred me mira con esa cara de yo no fui, que spoiler: no es cierta el siempre fue.- Venga arriba ya están todos abajo desayunando, toca regresar al infierno. Me muero de ganas de llegar al colegio.

-Seguro que no para nada bueno. 

-Soy un Weasley no lo olvides.- Se levanta de encima de mi y me guiña un ojo.-Te esperamos abajo, no tardes, o Ron te dejará sin existencias de los Pixie Puffs . 

Fred desaparece por la puerta y yo me desperezo tranquilamente mientras me levanto para poder quitarme el pijama empapado, camino taciturna hacia la silla de madera de roble de mi escritorio donde he colocado lo que me voy a poner, al lado se encuentra mi baúl y el uniforme que tanto he ansiado llevar desde que tengo once años, pero una extraña sensación me invade de repente al ver tan cerca el irme a Hogwarts, estoy ansiosa, pero no puedo evitar sentir un poco de miedo por lo desconocido y por una parte aunque esto ha sido lo que he deseado desde hace cuatro años cuando mi carta llegó y mis padres decidieron que no era momento de acudir al colegio con todo lo que iba a desatarse, la otra parte de mi no cree que esté preparada, sé que no debería pasar nada malo, vamos todos sabéis como acabo la historia y que como de costumbre ha ganado el lado del bien. Pero me siento extraña, nunca me he separado tanto tiempo de mi madre y de James, aunque mi padre vaya a impartir de nuevo sus clases no quiero que todo el colegio vea que soy la niña mimada del sr Lupin y me tengan en el ojo de mira. Además seré la primera alumna de quinto en sentarme en el sombrero seleccionador  y sé todos los comentarios fuera de lugar que harán los estúpidos Slytherin. Os preguntareis que si todavía no me he sentado con el gran sombrero ¿Cómo sé que soy Gryffindor? No, no es porque tenga privilegios por ser Elena Lupin, digamos que se me da demasiado bien sin haberlo pretendido y aunque Hermione siga pensando que no es una ciencia cierta, el tema de la adivinación, a veces puedo conseguir ver cosas que no han sucedido todavía. Pero bueno si me quedo eternamente en esta habitación, nunca podre saber todo lo que me espera en la escuela por muy bien que se me de la adivinación.

Cuando estoy llegando al final de la escalera noto como alguien se abalanza sobre mi.

-Me moría de ganas de verte.-Hermione me abraza con fuerza.

Todos mis malos pensamientos se desvanecen con el abrazo de mi mejor amiga, Hermione cada verano después de pasar la mitad de las vacaciones con sus padres acudía a la madriguera para poder pasar tiempo con los chicos y poco a poco nuestra amistad fue creciendo, está muy bien hacer trastadas con los gemelos o pasar el rato con Harry y Ron, pero al final siempre necesitas a alguien que en ciertos temas tenga un poco más de sensibilidad que esos cabestros, lo que nos llevo a hacernos uña y carne, además de ser una pieza muy importante en poder llevar al día todo  lo que estudiaban a lo largo del año, ya que los muchachos, no querían saber nada de estudios ni teorías cuando el verano tocaba nuestras puertas y solo había que pensar en divertirse, pero una parte de mi anhelaba completamente el poder estudiar lo mismo que ellos, el saber que había pasado durante ese año en el colegio y Her era mi mejor aliada para ello. 

DESTINYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora