8. ¿Sweet Revenge?

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DRACO

No he podido evitar fijarme en la manera en la que Lupin salió del gran comedor parecía que estaba llorando. Sigo removiendo la comida en el plato, cuando siento la extraña necesidad de salir tras ella para saber que es lo que le pasa, supongo que el estúpido de Weasley tiene algo que ver, lo que me hace tener aun más ganas de vengarme de él.

-Voy arriba chicos.

Me levanto sin mirar a nadie y me dirijo hacia la puerta del comedor cuando escucho mi nombre en la mesa de Gryffindor.

-Que la consuele su amigo Malfoy.- Es la voz de Weasley .

Aprieto la mandíbula intentando no girarme y montar un nuevo escándalo, bastante me llega ya con que todo el mundo se dedique a murmurar cuando paso por su lado, hablando del color intenso de mi ojo morado, sigo mi camino cuando Granger pasa como un tornado por mi lado en dirección a las escaleras, llama a Elena en varias ocasiones, pero esta no se gira ni un segundo. Supongo que esta es la señal que estaba buscando para no ir tras ella ¿Que demonios te pasa Draco? Deja de buscarla y céntrate en la venganza contra los Weasley.

-¿Ibas a alguna parte?

Noto el susurro de Pansy tras de mi y acto seguido sus brazos rodeando mi cintura.

-Podemos ir juntos.

Suspiro y voy a decirle que se marche, pero no lo hago, la he despreciado suficiente estos días y volver a mi esporádica relación con ella probablemente haga que recobre un poco la normalidad.

-Vamos.- La cojo de la mano y me pongo rumbo a nuestra sala común.
Me dirijo a mi habitación sin soltarla y hago un rápido movimiento con la varita para cerrar la puerta y que desde fuera no puedan abrirla, no falta mucho para que suban  todos de la cena y no quiero que nos molesten.
-¿Que es lo que te pasa últimamente Draco?
Pansy susurra en mi oído y acto seguido se tira a besarme con una necesidad que incluso me hace sentirme incómodo. Pero necesito volver a la normalidad así que simplemente dejo que ella lleve el ritmo. Me empuja hacia la cama y ella se pone encima de mi, intento concentrarme en ella y en lo que estamos haciendo, pero no puedo dejar de pensar en como ella se ha ido del comedor, en mi cabeza se repite una y otra vez el cuidado con el que hoy me ha curado las heridas. Me doy un golpe mentalmente para alejar esos pensamientos y centrarme en Pansy, al fin y al cabo eso es lo que tiene que ser, pensar en alguien como Pansy y dejar de darle vueltas a lo que haga Lupin o deje de hacer.
Cuando mi mente vuelve de su viaje y se centra en el aquí y ahora que está teniendo lugar en mi habitación, me doy cuenta de que Pansy ya se ha quitado la camisa y está en proceso de hacer lo mismo con su falda. Me mira y sonríe antes de volver tirarse a mis labios, intento responderle con las mismas ganas, pero Elena aparece de nuevo en mi cabeza, la manera en la que le temblaba la voz cuando me hablaba del estúpido Fred intentando no romperse y ponerse a llorar delante de mi. Separo a Pansy de un empujón un poco más brusco de lo que pretendía y me levanto de la cama.
-¿Draco puedes dejar de jugar conmigo?- Me mira a los ojos y puedo sentir la rabia apoderándose de ella.- ¿Acaso tienes miedo de llegar más allá? Siempre que llegamos al mismo punto me apartas...
La miro pero no consigo decirle nada.
-¿Es por ella?- Me mira esperando a que yo sea capaz de decir algo.- Contéstame Draco, porque ya me está cansando el juego que te traes entre manos desde que esa maldita cría apareció en este colegio ¿Acaso sientes algo por ella?
-¿Estás mal de la cabeza?
-¿Habéis hecho algo hoy mientras estuvisteis solos?
-Vete de mi habitación.- Pansy abre la boca sorprendida y va a contraatacar, pero como sigamos con esta conversación creo que voy a colapsar.- Que te vayas Pansy.
Recojo su ropa del suelo y se la tiro, ella me mira de arriba abajo y se viste rápidamente.
-Quizá es que no eres tan hombre como le quieres dar a entender a la gente Draco, lo único que te importa es que te vean conmigo para que todo el colegio siga pensando que eres el machito alfa, sería una pena que se enteraran que eres igual de mojigato que la estúpida por la que babeas como un perro, si tu padre estuviese aquí se le caería la cara de vergüenza contigo.
-Lárgate Párkinson.-Le doy una patada al baúl que tengo al lado.- Y no vuelvas a nombrar a mi padre.

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