Nuevos problemas

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-¡Director Fury, algunos agentes localizaron a unos francotiradores del equipo de Magneto siguiendo a un camión de gasolina por la ciudad! -le dijo preocupado un agente de los que habían sobrevivido al ataque.
-¿Es una persecución? -preguntó Fury
-No, lo siguen discretamente, señor.
-Llamen al Capitán América. Solo a el. Qué no vaya nadie mas. Y que sea discreto.

-Prepárense para disparar -les dijo el conductor a los francotiradores que iban en la parte de atrás de la camioneta.
-No lo creo -les dijo Steve, mientras los sorprendía y los golpeaba con su escudo. -Sigues tu -le avisó al conductor con una sonrisa.
El conductor no dijo nada y solamente abrió la puerta y saltó de la camioneta sin frenar. La camioneta iba a gran velocidad, sin chofer, y por las calles de Nueva York, llenas de civiles.
-Oh, mier... -el ruido de unos balazos hizo que se callara.
Steve saltó de la camioneta con una pirueta y cayó de pie. Volteó y corrió persiguiendo a la camioneta. Cuando la alcanzó, se puso enfrente de ella y con el escudo la golpeó fuertemente, haciendo que se detuviera.
Después corrió hacia el chofer y trató de quitarle la pistola, pero ya era tarde. La bala iba a alcanzar al camión. ¡Iba a explotar!
Steve gritó para que todos se refugiaran en sus autos o en la calle o donde sea. Pero vio a un niño pequeño de cinco años que se había tropezado y estaba en el suelo, cerca de donde el estaba. El Capitán corrió hacia el y puso el escudo frente al niño, en la dirección en donde estaba el camión, y el se posicionó atrás del chico, protegiéndolo. La explosión llegó, pero todos estaban a salvo, incluidos el y el niño. Como el escudo estaba un poco clavado en el asfalto, el impacto no llegó ni al niño ni a el. Steve se levantó y vio que la mayoría estaba a salvo, solo había pocos heridos. Las ventanas de los locales estaban rotas y había un puesto de periódicos incendiándose. El Capitán volteó hacia el chofer que había disparado y se acercó a él.
-Más te vale que hayas disfrutado esto, porque será el último acto de maldad que hagas -después le estrelló el escudo en la cara, dejándolo inconsciente y tirado en medio de la calle. Luego ayudó al niño a volver con su madre, la cual estaba muy agradecida, al igual que el niño.
-Usted es un héroe, Capitán. Muchas gracias por salvarlo -le dijo la mujer.
-No hay de que. Es mi trabajo. Siempre estaré ahí.
-Cuando sea grande voy a ser como tu -le dijo el chico, ilusionado y emocionado.

Vengadores... ¡Unidos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora