Día 1: Sexo opuesto (OS)

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Se acerca el baile de graduación. Verónica quiere ir con Fanisha, pero ella va a ir con Mariano. ¿O no?

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Suspiró por décima vez en la tarde viendo a la azabache con una expresión de completo fastidio.

—¿Es en serio que por esa mamada no vas a invitar a Fanisha al baile de graduación, Vero? —dejó su mano quieta al ver la mirada de la chica.

Había aprendido por las malas que no era buena idea moverte cuando la mayor estaba usando tus uñas para practicar alguno de los nuevos diseños que había visto en pinterest; la chica solía ser muy perfeccionista y él no iba a ser el que arruinara su trabajo, gracias.

—Ya te dije que Mariano la invitó primero, yo misma los vi en la plaza —inhaló profundo, concentrándose en hacer el diseño correcto y apretando el dedo del chico para que se quedara quieto.— Y antes de que lo digas —interrumpió pues ya podía imaginar su respuesta, la cual iba a ser exactamente la misma que las primeras 9 veces que se lo contó— si, estoy segura de que la estaba invitando al baile, ¿por qué otra razón Mariano le daría un ramo de flores y un ramillete si no fuera para pedirle ir al baile juntos?

—Y dale con eso, ellos terminaron hace mucho Vero, Mariano está intentando algo con Charlotte y estoy bastante seguro de que Fanisha también quiere ir al baile contigo, eh visto como sus ojitos brillan cuando te ve —animó a su amiga.

Sabía que la azabache había tenido un crush con la rubia desde que la vio entrar al salón el primer día de clases hace ya 4 años y él, como el mejor amigo que era, se aseguró de hacer coincidir a las chicas, pues sabia que su amiga había tenido malas experiencias en el amor antes y seguro necesitaría un empujoncito para acercarse.

Lástima que todo su esfuerzo fue en vano cuando se enteraron de que Fanisha era la novia de Mariano, uno de los amigos de Roier.

Desde entonces ambas se habían mantenido como amigas, pero Verónica parecía haber puesto una especie de barrera entre ellas para no dejar a la ojiesmeralda adentrarse tanto en su vida.

Como si tuviera miedo de salir daña de nuevo si la dejaba entrar.

Pero Roier estaba dispuesto a arreglar eso, no iba a dejar que su amiga siguiera sufriendo por culpa de sus exparejas, suficiente daño le habían hecho ya.

—Ya tomé mi decisión Roier —contestó con calma, su voz sonando casi resignada. — Voy a ir al baile sola y si Spreen sigue teniendo dos pies izquierdos puedo bailar contigo un rato.

—Pero Vero... —susurró bajando la mirada a sus uñas que ahora tenían una capa de esmalte café y un diseño de ramitas negras. Decidió dejar el tema de momento, ya encontraría la forma de hacer que esas dos hablaran como se debe.— ¿Al menos me mostrarás el vestido que escogiste?

La chica sonrió al ver que su amigo al fin había dejado el tema antes de contestar.

—Claro que te lo mostraré, el día del baile —soltó una carcajada al ver la cara de Roier.

—¡Verooo! Ándale no seas así, siempre me haces lo mismo —se acostó en el piso y puso una mano sobre su frente, tal vez estaba dramatizando un poco, pero al menos había alegrado a su amiga.

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Faltaba una semana para el baile cuando se encontró con Fanisha y Mariano hablando afuera de la escuela.

—I hope she likes it —escuchó decir nerviosa a la chica. A pesar de tener 4 años ahí y dominar el español aún se le escapaban frases en su idioma natal cuando de vez en cuando.

—¡Ey Mariana! ¿Cómo estás wey? —saludó a su amigo con ese apodo tan simple, pero efectivo a la hora de molestarlo. —Fanisha, escuché que vas a ir con este pendejo al baile, ¿es cierto? Porque si no yo te puedo conseguir a alguien mil veces mejor eh —señaló con el pulgar a su amigo mientras le sonreía a la chica.

—Oh no, no voy a ir con él, Mariana es un pendejo —le guiñó un ojo por su pequeña broma, ni uno de los presentes olvidaba que cuando la rubia empezó a aprender español esa fue la primera frase que le enseñaron.

—¡Ey que sigo aquí culeros! —se quejó antes de soltar una pequeña risa resignado. —¿De donde sacaste tu que voy a ir con Fanny pinche chismoso? Invité a Charlie hace unos días y ella dijo que si —sonrió embobado al recordar a su cita y, esperaba, futura novia.

—That's true —confirmó Fanisha.— Me pidió ayuda para escoger las flores y todo —se sonrojó un poco al recordar lo que llevaba tiempo queriendo preguntarle al amante de Spiderman. —Umm Roier, tu... ¿sabes si Vero ya tiene pareja para el baile?

—Nah, aun nadie la ha invitado —mintió, la verdad es que su amiga era bastante popular en la escuela y muchos chicos la habían invitado estos días, pero todos recibieron una negativa pues la azabache se negaba a ir con alguien que no fuera la chica que tenía en frente.— ¿Por qué? ¿Al fin vas a animarte a invitarla? —movió sus cejas de forma burlona.

El castaño sabía que ambas chicas se gustaban, pero le habían hecho prometer que no se lo diría a la contraria; eso a veces le estresaba, pero nunca desaprovechaba la oportunidad para molestarlas un poco.

—Yes —dijo, sorprendiendo un poco al chico por la seguridad con que lo decía.—Voy ir al baile con Vero y para eso necesito tu ayuda.

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—¡Roier! ¿Cómo estás chaval? —apenas escuchó el saludó de su amigo con todo el ruido de la música. —¿Oye has visto a Verónica? Lanita tuvo un pequeño problema con su maquillaje y quería ver  si nos podía ayudar a arreglarlo, pero no la encuentro por ningún lado.

—¡Hombre Luzu! Hasta que te dejas ver —le dio un abrazo rápido antes de sonreírle. —No debe tardar en llegar, dijo que estaría aquí a las 8 y ya sabes lo puntual que es siempre —Se despidió del castaño prometiéndole que le avisaría cuando llegara su amiga.

Después de bailar un rato con su novio (ni él sabía como consiguió que Spreen aceptara bailar una canción) por fin pudo ver a su amiga llegar al baile.

Verónica traía puesto un vestido morado largo con escote de corazón y unas mangas semitransparentes que dejaban al descubierto sus hombros. Llevaba puesto un conjunto de un collar y aretes de cristal morados con algunos diamantes del mismo color, pero lo que más destacaba en la chica era su enorme sonrisa y el brillo en sus ojos mientras veía a su cita.

Del brazo de la chica venía Fanisha con un vestido strapple color beige con adornos dorados, una abertura en la falda y mangas de adorno hechas con tul.

—¡Vivan las novias! —gritó abrazando a ambas chicas.— Si que se tomaron su tiempo, empezaba a creer que iba a perder la apuesta con Maxo.

—Como niño chiquito deberas —rió sonrojada la azabache mientras negaba.

—Se ven hermosas señoritas —observó a la recién formada pareja.

Cuando la rubia le dijo que tenía un regalo para pedirle a Vero que fueran juntas al baile no esperaba que dicho regalo fuera un collar y aretes a juego; sabía que podía parecer exagerado para otra persona, pero conocía a su mejor amiga y sabía que sería el regalo perfecto para ella.

Sin duda haber pasado todo lo que restaba de la semana con Vero contándole una y otra vez como Fanisha había llegado a su casa con el collar y un ramo de rosas blancas y tulipanes morados para pedirle una cita e ir juntas al baile había valido completamente la pena.

Fooligetta WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora