XI

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Noeul fue tras él, atrapándolo justo cuando entraba en el ascensor. También llegó al ascensor antes de que las puertas se cerraran.

-¿Por qué te vas?- el exigió, mirándolo acaloradamente. -Estás actuando como un idiota. Estábamos teniendo una conversación. No hay razón para que me abandones.

Levantó las cejas de nuevo. -La conversación no iba a ninguna parte. Entiendo que te sientas incómodo al verme cuando estabas con tu novio el sábado por la noche. Es perfectamente natural. Y no tienes por qué sentirte culpable por interrumpir mis servicios.

-Él no es mi novio-, espetó el menor, comenzando con la más irrelevante de sus objeciones. -Y nada de eso es el punto. No estás actuando como tú mismo. Eso es todo lo que quería.

-Noeul, estás asumiendo demasiado-. Él no lo estaba mirando ahora. Había presionado el botón de la planta baja y miraba cómo se encendían los números cuando el ascensor comenzó a descender. Su voz todavía era fría y controlada, pero su mandíbula y hombros se habían tensado. -Nunca hemos tenido una relación personal.

-¡No estoy diciendo eso!- Su voz era fuerte, y deseó que él simplemente se enojara, mostrara alguna emoción real en lugar de la máscara impersonal que se puso. -Sé que es profesional. Pero pensé que... trabajábamos bien juntos. Y te dije que no quería fingir nada, así que pensé que estabas... básicamente estabas siendo tú mismo cuando hablábamos.

-Piensas demasiado.- Sus ojos nunca dejaron los números iluminados, pero notó que su mano estaba apretada alrededor del asa de su maletín.

-Deja de decir eso-, espetó el menor.

El hotel fue construido en los años cuarenta, y el ascensor era uno de los antiguos con un grueso riel de latón que atravesaba el centro de las paredes y una parada de emergencia que no requería llave. Con miedo de que el ascensor llegara al final antes de que pudieran terminar esta conversación, Noeul apretó el botón de parada de emergencia y se sintió aliviado cuando no sonó la alarma.

-No estoy inventando esto. No me estoy imaginando cosas. Sé cómo actúas normalmente conmigo, y sé que no es así ahora ¿Qué demonios te pasa? ¿Te ofendí de alguna manera?

-No me ofendiste-. Llegó a la parada de emergencia, pero el se plantó frente al mayor para evitar que encendiera el ascensor de nuevo.

-Bueno, entonces ¿por qué estás actuando como si estuvieras enojado?- exigió.

-No estoy enojado- su expresión aún estaba controlada, pero un pequeño músculo estaba temblando a un lado de su mandíbula y su voz sonaba un poco impaciente. -Noeul, ¿puedes quitarte del camino?

-No.- Empezaba a entender ahora, estaba enojado.

Esta frialdad debe ser una especie de tapadera instintiva para enmascarar sus verdaderos sentimientos. Sin embargo, no tenía idea de por qué él estaba enojado, y la idea realmente lo molestaba. -Si te ofendí de alguna manera, me gustaría saber cómo. Nunca quise. Siempre he intentado... ser amable.

Finalmente, lo miró a los ojos de nuevo. -Noeul, no tienes que ser amable. Me pagas por mis servicios.

Noeul casi gruñó de indignación. -¿Qué demonios significa eso? Por supuesto, tengo que ser amable. Eres un ser humano, ¿no? ¿Qué diablos te hizo tu padre para hacerte pensar que no mereces ser tratado con dignidad y humanidad?

Realmente no había tenido la intención de expresar esa última pregunta. Sus sentimientos volátiles y su confusión sacaron lo peor de él. Pero lo había expresado. Casi se lo escupe en la cara.
Finalmente rompió el control de hierro que Boss había estado usando para controlar sus sentimientos.

Escorted [Adaptación BossNoeul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora