Casada con mi jefa - Freenbecky [Adaptación]

Capítulo 07

Una vez dieron las 3 me retiré de la empresa, logré dar los últimos retoques a mi diseño y mandé a pedir los materiales para crearlo en mi oficina. Me despedí de mis compañeros y fui con Poom a traer a mi hija a la guardería. Sun se sorprendió al verme tan temprano.

— ¿Freen? ¿Qué haces aquí tan temprano? —me dijo nada más verme.

— Hoy tenemos un compromiso y he venido a recoger antes a mi hija.

— Me alegro, Sofía se pondrá muy contenta —me dijo mientras se daba la vuelta para traer a mi pequeña.

Una vez sus ojos se posaron en mí, empezó a moverse en manos de Sun de forma agitada, me apresuré a tomarla y la abracé a mi pecho con cariño. ¡Amo tenerla así!

Sun me entregó la pañalera y salí con mi hija hacia el auto. Debo admitir que a pesar de que no me acostumbro a tener un chofer, me gusta saber que podre ir junto a mi pequeña todo el camino.

Una vez en el departamento, Poom me ayudó con la caja del vestido ya que no podía subir todo, sola.

Lo despedí y le busqué la ropa a Sofía y nos bañé. Debíamos de vernos guapas para la cena.

Cambié a Sofía con un vestidito morado pastel, unas medias blancas con calcetines y sus zapatitos.

Por suerte mientras la cambiaba se quedó dormida así que aproveche para cambiarme, creo que nunca me había esmerado tanto como hoy en mi aspecto, me perfumé, coloqué mi ropa interior y me maquillé lo mejor posible.

Al final me coloqué el vestido y claro, me quedaba perfecto, busqué entre mis zapatos y me coloqué unas plataformas no muy altas color blanco con tiras delgadas.

La verdad, me veía muy bien, coloque mi cabello en una cola alta ya estaba lista.

Desperté a mi hija, sino ella no me dejaría dormir en la noche, estábamos jugando cuando escucho unos golpes en la puerta.

Al abrir la puerta, me quedé sin aliento. Rebecca llevaba un traje oscuro que se ajustaba perfectamente a su figura, complementado por una blusa blanca de seda con un delicado cuello. No pude evitar sentirme cautivada por su apariencia. ¿Cómo podía lucir tan deslumbrante con esa ropa? Apuesto a que, si yo intentara algo similar, me vería ridícula. Traté de sacudirme esos pensamientos y desvié la mirada para evitar el impacto de su presencia.

—¿Lista? —preguntó Rebecca con una sonrisa.

— Está bien —tomé mi bolso y la pañalera de Sofía, pero Becky me la quitó para que yo llevara a mi hija.

— ¿Llevas todo lo que necesitas?

— Sí, ahí está todo.

Una vez en la limusina nos dirigimos hacia la cena. Me sentía un poco nerviosa por conocer a los Armstrong. Solo esperaba que a mi jefa no se le ocurriera besarme frente a su familia, no me sentía preparada para poder fingir aún más, esa noche.

— Toma antes que lo olvide —Dijo Becky, sacándome de mis pensamientos. Me entregó una caja pequeña, la abrí esperando un anillo grande, pero me quedé sin palabra.

Era un anillo hermoso, era de oro blanco sencillo, pero se notaba que era fino, poseía dos tiras delgadas trenzándose hasta un pequeño diamante.

— Esto es... hermoso -le dije

— Encontré un punto medio entre nuestros gustos. No fue fácil, pero sabía que te gustaría.

— Yo...gracias, Becky. Toma —Le entregué la caja— pónmelo.

— ¿Para qué quieres que te lo ponga? —me preguntó extrañada por mi petición.

— Posiblemente sea la única vez que me case, así que lo único que quiero es que sea mi prometida la que me coloque el anillo, así que ponlo —le dije sonriendo y extendiendo mi mano emocionada— no me moveré hasta que lo coloques.