capitulo 6

723 52 16
                                    

Capítulo 6

Fue una noche tranquila la que encontró a Subaru y Theresia Natsuki, relajándose en la sublimidad de la naturaleza, una sola manta envuelta alrededor de sus formas abrazadas mientras observaban las estrellas desde las orillas del río Tigracy. Habían pasado tres semanas maravillosamente gloriosas en su luna de miel, cada una de las cuales pasó en la dicha marital que era la compañía del otro.

Los días fueron pasados ​​con amor inocente: tomados de la mano, palmaditas en la cabeza, picnics y besos, y cada ocasión hacía cada vez más difícil aceptar la eventual partida del pequeño paraíso que experimentaban. Durante las largas noches, los deseos más carnales se expresaban, donde el físico comunicaba la santidad de su amor, sin palabras y repetidamente.

En una palabra, serendipia, de eso se trataba, y las cosas solo iban a mejorar, especialmente con la pequeña sorpresa en el camino. Si Theresia tenía alguna duda antes acerca de estar embarazada, entonces se habían ido en este punto. Ahora estaba completamente segura de que estaba embarazada, todas las pruebas provenían no solo de la frecuencia de sus momentos íntimos, sino también de la falta de un cierto ciclo mensual femenino.

En nueve meses, su hijo vendría a este mundo, y hoy era el día en que le diría a Subaru. La Diosa de la Espada estaba encantada de decírselo, sabiendo muy bien que su deseo más profundo era formar una familia con ella, ser padre del mayor regalo que el mundo podía dar.

Este sueño se estaba haciendo realidad, y pronto lo aprendería.

Al igual que el camino de su esposo hacia la propuesta, su determinación se fortaleció en el momento en que se despertó, encontrándose en los brazos de su amado, una de sus manos acariciando suavemente sus mechones rojos, apartando el rubí de la vista de sus ojos, mechón por mechón hasta que sus ojos azules podían contemplar los de él.

Al igual que con todas sus acciones con respecto a ella, eran de naturaleza tan dulce y pura, un recordatorio constante del alma gentil de la que se enamoró. Subaru siempre hacía algo por ella, ya fueran gestos elaborados como pedirle que se casara con él en un campo de flores o cosas simples como su toque reconfortante.

Y luego estaba su sonrisa. Cada mañana, esa misma expresión sincera la saludaba, pareciendo comprenderla y asegurarle con sus promesas que ella era todo lo que él deseaba ver cada día. Era un testamento duradero de su importancia para él, el hecho de que pudiera sonreír después de todo lo que había soportado.

Todo por ella, su ángel rojo, su Diosa de la Espada, su Theresia.

Ella lo amaba.

Ella lo amaba, tanto, tanto, y ahora, era el momento.

Con un último respiro, apartó los ojos de las estrellas, moviendo su cuerpo para que ella yaciera encima de él, la cara de Subaru se acercó a la de ella en un beso inmediato, disipando rápidamente cualquier nerviosismo persistente acerca de compartir las noticias y haciéndola resolver todas las dudas más fuerte. Cuando se separaron, su cabeza se posó en su hombro, una sonrisa tímida decoraba sus rasgos iluminados por la luz de la luna mientras sus brazos acariciaban la parte baja de su espalda.

Así, ella comenzó.

"Subaru…"

"¿Sí, Theresia-tan?"

"¿Qué ves para nuestro futuro?"

Sus ojos se abrieron como platos, inevitablemente sorprendido por su repentina pregunta.

"Bueno... espero que no en un apartamento, para empezar", se rió entre dientes, separando una de sus manos de su espalda para pasar brevemente por su cabello, antes de volver a posarse sobre ella, "pero con toda seriedad, felicidad contigo. Eso es todo. Eso es todo lo que quiero."

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 13 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Subaru y Theresia (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora