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Melody

No se cómo sentirme el día de hoy, no sé si estoy asustada, emocionada, ansiosa, feliz, nerviosa o atemorizada. Todos los sentimientos están evadiendo mi cuerpo y alma, no sabía si todo esto iba a salir bien y las consecuencias que tendrá, pero algo dentro de mi dice que sea valiente y enfrente todos esos miedos. Hoy mi vida cambiará, hoy será el inicio de una nueva Melody y estoy ansiosa de como que todo será para mejor. No sé cuánto tiempo me tome en acostumbrarme en ser una Baby, el comportamiento, los castigos, los regalos y premios serán cosas muy nuevas y convivir con un hombre mayor y que este haga todo por mantenerme feliz, serán cosas muy extrañas para mí, solo espero sentirme cómoda ante eso.

En estos meses he investigado todo sobre este tema, he practicado sola, he imaginado ciertas cosas con mi futuro Daddy y convivir un poco con Samantha y su Daddy Dorian quienes me han ayudado mucho. Pero sé que no todos los Daddys son como Dorian, todos son diferentes ya sea en personalidad y la disciplina que le guste. Dorian es el Daddy que siempre está dispuesto a consentir a su Baby y cumplirle cualquier absurdo capricho que ella tenga, pero cuando tiene que castigar creo que es alguien muy diferente. Una vez lo vi molesto con Samantha, esta le había gritado por llamada solo porque él no podía irla a buscar e iba a mandar a su chofer a recogerla, no duro ni diez minutos que el llego hecho una furia, la agarro fuerte del brazo, me dio un beso en la frente como despedida y se la llevo sin decir ni una palabra, al día siguiente Samantha caminaba raro y me contó que la había azotado ya que quebró una de las reglas que tienen.

En esta clase de relaciones hay reglas que los Babys deben de seguir al pie de la letra, respetándolas y si llegan quebrantarlas entonces recibirán un cierto castigo, esto puede ser cualquier cosa. Por lo que he leído hay varios castigos aparte de dar nalgadas, existe algunos como ponerte en la esquina mirando a la pared, sin bocadillos deliciosos, nada de besos o mimos, horas en la habitación, nada de televisión o tecnología, no hablar, sin permisos para salir, no regalos, el típico que es las nalgadas y leí uno que decía "no tendrás orgasmos". Nunca en mi vida he tenido un orgasmo, escuche y leí que es algo muy placentero para nuestro cuerpo, me gustaría experimentar uno y creo que es una tortura no permitirte tenerlo. Es un castigo que no quiero tener.

Solo espero que al llegar al evento pueda conocer al Daddy ideal, que me apoye, proteja y nunca me haga daño. Eso es lo que quiero, tener a una persona que me cuide, no importa si hay un contrato de por medio, pero que sea bueno conmigo todo está bien. El evento empezaría dentro de treinta minutos, por lo que me informaron que alguien vendrá por mí y me llevara al sitio donde se hará el evento, aún no he recibido ningún aviso de que llegaron por mi así que me mantengo mirándome al espejo.

Hace más de una hora que estoy lista, los nervios están a mil así que quise arreglarme lo antes posible para que no se hiciera tarde. Hace unos días compre un vestido, es corto, con mangas largas y un escote de corazón, lo mejor es que es azul eléctrico y resalta mucho con mis ojos grises. Es el vestido más caro que he comprado en mi vida, tuve que ahorrar mucho y hacer horas extras en mis trabajos para poder comprarlo. Los tacones que traigo puesto fueron un regalo de Samantha y su Daddy, son de tacón pequeño ya que no soy experta en caminar con estas clases de zapatos. De maquillaje solo tengo un sutil lipgloss de brillos, no tengo más maquillaje en mi rostro porque tengo que llevar todo el tiempo un antifaz blanco, por lo tanto, no era necesario tanto maquillaje. Mi cabello está recogido en una coleta alta y con dos mechones de cabello cayendo a los lados de mis mejillas. De accesorio tengo unas simples argollas y el anillo de mi padre que está en mi pulgar derecho, me quedaba grande pero no importaba siempre tengo que llevarlo conmigo.

Mi celular suena y en la pantalla está la simple oración "Ya el chofer espera por usted".

Respiro hondo, me dio una última mirada al espejo y coloco el antifaz para así salir de mi departamento. Tuve suerte que no había nadie a los alrededores, pude ser precavida para que el vigilante no me mire raro por la cosa en mi rostro y rápidamente me acerque al auto donde un hombre sostiene la puerta para que entrara. El transcurso fue rápido y silencioso, podía escuchar mi respiración y los latidos de mi corazón, estoy nerviosa, muy nerviosa y solo quería que todo saliera bien esta noche.

Mis Dos DaddysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora