El tren de las seis | Jeonglix os

Prólogo

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ㅤㅤㅤ Vivimos en un mundo pequeño, en poblaciones cada vez más numerosas y concentradas. Hay al menos diez familias viviendo sobre mi cabeza y otras veinte debajo de mis pies. Hay cinco personas viviendo a diez metros a la redonda, comen y duermen, ríen y lloran, tienen momentos de intimidad; no sé quienes son. Físicamente nos separan las paredes de hormigón, nos contienen y limitan nuestro espacio, también el alcance de nuestra presencia. No vernos hace que seamos menos conscientes del otro, nos queda la escucha. Sabemos que el otro está ahí por los sonidos que las atraviesan; pero al acostumbrarnos esos sonidos «dejan de sonar», los ruidos que producimos se funden anulándose entre sí, a pesar de que seguimos escuchando, es como si no lo hiciéramos.

ㅤㅤㅤ El mundo está sin estar. Vivo y camino entre espectros, presencias fantasmales y yo soy una de ellas; nos hacemos mutuamente.

ㅤㅤㅤ Mi nombre es Yang Jeongin, soy coreano, tengo veintidós años y estudio musicología en la universidad. Soy el segundo hijo de tres, el menor de mi grupo de amigos; ese soy yo.
ㅤㅤㅤ Al igual que muchos me levanto, visto y desayuno todas las mañanas, salgo de casa y tomo el tren de las seis para ir a estudiar, ni siquiera lo pienso, mis actos son mecánicos. En mi camino reconozco algunas caras y figuras, sé que hay gente viajando conmigo desde hace más de diez años, los he visto crecer, envejecer; antes no me lo cuestionaba, hoy me resulta curioso.
ㅤㅤㅤ Algo en estos últimos días me sacó de mi burbuja, lo sé porque veo más. Mi vista y oído siguen siendo los mismos, mi rutina no cambió, solo estoy prestando más atención.

ㅤㅤㅤ Hoy crucé miradas con un chico, supe por sus ojos que me reconoció; yo también pude reconocerlo.

Él siempre estuvo ahí, en el tren de las seis.