Capítulo 1

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E'brish, Varage.

Hoy llueve... la lluvia era igual de intensa que el día anterior. Dentro de la lluvia se encontraba Víctor, un hombre sin apellido, un esclavo con disfraz; gabardina negra y sombrero de copa, guantes de cuero como todos los ricos de Varage, pero era igual de pobre como cualquiera de los esclavos de esa apestosa ciudad, ¿qué esclavo es diferente ahí?

Pasos largos y apresurados, lo seguían dos personas, pero no se podía permitir correr, de hacerlo se delataría y no quería eso, además de que la calle en donde caminaba, a pesar de la lluvia era muy concurrida, la gente se aplastaba, se empujaba y los borrachos lo dejaban sordo por sus risas. Víctor sigue hasta llegar a un callejón, ahí no había nadie más que un hombre de saco roto y muy sucio. Ahí este esclavo puede dar un respiro, levanta la cabeza para que el agua de lluvia le limpiara la cara. La sangre que había salpicado en él se iba de forma lenta, con sus manos apresuró el proceso y su vista se posó en el hombre al lado del basurero. Víctor saca con su mano derecha una moneda plateada y la deja rodar hasta que llega a chocar con el pie descalzo del vagabundo.

—Su saco, señor—dice con voz ronca, de forma lenta se saca la gabardina y la extiende al vagabundo que seguía viéndolo confundido. —Última oportunidad...

Al escuchar aquello, el vagabundo se apresura a quitarse su roto y sucio saco para entregárselo. Víctor lo toma y le arroja la gabardina, después de ponerse el saco se quita el sombrero y se lo pone al vagabundo.

—Gracias, hijo...

—Otra moneda y usted no me vio—dice mostrándole otra moneda en frente de él.

—Hecho—responde tomando de forma desesperada.

—Y le recomiendo irse, la lluvia dejó de ser amable desde hace dos horas—le sugiere retomando su camino. El vagabundo obedeció, se puso de pie y siguió el camino que Víctor le había marcado. El joven prometió refugio y comida, lo mejor para estos días de lluvia.

Esa gabardina negra volvió a la calle concurrida.

2

Víctor llegó a su destino, El Arcano... el casino de referencia en la zona norte de Varage, el mejor lugar para jugar y perder, eso decían algunos. Víctor estaba ahí por dos razones: Era el gerente y vivía ahí, este hombre no tenía hogar más que El Arcano, aunque nada de lo que estaba ahí era suyo... Ni su cama, ni su ropa, ni siquiera la comida, su sueldo era una miseria y el trabajo una tortura. Se suponía que al convertirse en gerente aumentaría su sueldo, pero lo que aumentaron fueron los problemas.

Estaba cansado, entró por la puerta trasera donde se encontró a una chica, esta lo ve con sus fríos ojos celeste y Víctor le regreso la mirada con sus ojos grises, esta no sonríe, en ocasiones se llegó a pensar que tenía los músculos de la cara congelados.

CÓDIGO DE SERPIENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora