I. Sueños lúcidos

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Mis ojos intentaron enfocar en la oscuridad de la habitación, intente mover mi brazo pero este permaneció en el mismo sitio, negándose totalmente a seguir las órdenes que mi cerebro enviaba, solo podía mover los ojos, era como una parálisis pero e...

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Mis ojos intentaron enfocar en la oscuridad de la habitación, intente mover mi brazo pero este permaneció en el mismo sitio, negándose totalmente a seguir las órdenes que mi cerebro enviaba, solo podía mover los ojos, era como una parálisis pero en mi propio sueño, analice el lugar donde me encontraba, que se trataba de un dormitorio normal que posiblemente compartiría una pareja debido a la cama de matrimonio y los diversos marcos de fotos con una joven pareja en ellos, una guapa rubia acompañada de un chico con mirada de cachorrito y pelo castaño.

Capte el movimiento de la puerta abriéndose dejando entrar al chico de grandes ojos castaños de las fotos, este suspiro, y ajeno a mi invisible presencia en la esquina, dejó caer su bolsa a la cama antes de tirarse sobre esta, bocarriba y con los ojos cerrados, un silencio, y un pequeño susurro me hicieron mirar hacia el techo, una mueca de horror se formó en mi cara cuando vi a la rubia clavada allí arriba con el vientre ensangrentado.
Un grito rompió el silencio, supe que no era mío al volver a mirar al desconocido, un destello salió del cuerpo inerte de la desconocida y las llamas comenzaron a lamer el techo junto con las paredes, de repente otro sujeto entró en escena arrastrando al chico de las fotos hacia fuera de la calurosa habitación al grito de:

–¡Sam! ¡Vamos, Sam!

Y mientras el fuego consumía todo a su alrededor, el último detalle que tuve fue la cara de horror absoluto de “Sam”.

Me desperté de un salto, con el pelo pegándose a mi frente y con la camisa pegada a mi espalda también sudada, me senté en el borde de mi cama despues de patear las mantas y mandarlas al suelo, agarre el despertador viendo que era bien entrada la madrugada de modo que decidí levantarme para dirigirme al baño a lavarme la cara para volver a dormirme.
Arrastré mis pies descalzos por el suelo, entré al baño dignandome a mirar mi rostro en el espejo, estaba cubierta de una sutil capa de sudor además de que estaba más pálida de lo normal, supuse que estaba así por el sueño, o mejor dicho pesadilla. Abrí el grifo y haciendo un cuenco con las manos las llene de agua que empecé a echarme en la cara para intentar ignorar el mal rato que estaba pasando, me miré nuevamente al espejo, las ojeras se marcaban debajo de mis ojos en un color oscuro, y la  coleta que recogía mi pelo, o lo que quedaba de ella, estaba deshecha casi en su totalidad.

No era raro que tuviera ese tipo de sueños, estaba bastante acostumbrado, lo bueno es que eran solo eso, simples sueños que a veces me atormentaban.  Me limpié la cara con una toalla, dándome una última mirada al espejo, ¿cuánto tiempo hacía que no dormía bien?  Mi cuerpo estaba cansado de despertar entre horas debido a sueños y pesadillas, incluso a veces pensaba que eran reales, demasiado vívidas para ser producto de mi imaginación.  Regresé a mi habitación antes de caer sobre la cama, cerré los ojos y dejé que los brazos de Morfeo me rodearan para caer en una profunda oscuridad.

Highway Dreams [Supernatural] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora