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Dedicado a Cristhiel y a lxs de el grupo porque sin ellos no habría logrado escribir de nuevo.
Los amo un montón missamores<3.
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Axel Howlad:

Un beso.

Solo eso necesito mi corazón para empezar a latir desenfrenadamente. Solo eso necesitaron las mariposas que guardaba en mi estómago para aletear de forma alegre.

Con tal solo un estúpido beso.

Suspiré. Apenas había entrado al salón y Janeth ya se había dado cuenta de lo rojo que estaba.

Y por la sorpresa que ví en su cara, deduje que se había imaginado lo que pasó.

Me prepare mentalmente para todas sus preguntas, la mire con los ojos entrecerrados y me hizo una seña para que me sentará a su lado. Le hice caso, cuando me senté lo primero que hizo fue escanearme con los ojos.

— ¿Rai?.

Asentí.

— ¿Si que?.

— Si es la razón por la que estoy como que un tomate — murmuré — O peor que uno.

— ¿Qué hizo?.

Desvíe la mirada y sentí que mis mejillas volvieron a arder ante el recuerdo de sus labios sobre los míos.

— Me...me besó — Respondí casi en un susurro.

Janeth ahogo un grito de emoción y me abrazo — De nuevo, me estrujó las tetas en la cara — sabía que se iba a poner así. Casi todos los días de mi vida me repetía que Rai y yo estábamos destinados a estar juntos.

Cuando logré separarla de mi y dar un respiro porque me había quedado sin oxígeno con ese abrazo. Note que la profesora de sociales había entrado, si estaba de buen humor pues se había ido a la mierda. Odiaba las clases con esa señora, era tan malhumorada que le pegaba su mal humor a todos.

(***)

Era la hora de el almuerzo.

Janeth y Alejandro se estaban besuqueando como siempre, de hecho llegué a creer que se estaban metiendo mano.

Rai solo estaba sentado a mi lado mientras comía.

Y yo. Yo solo los observaba mientras recordaba lo que pasó antes de entrar a clases.

Digan que no pude superarlo y todo pero es que, lo que me dijo me hacía volver a ese momento cada cinco segundos.

— Axilu — Ugh ese apodo — No has tocado tu comida, ¿Estás bien?

«Creo que si, o tal vez no?»

Asentí y me gire para verlo. Tenía el cabello desordenado, puse una mueca por eso y lleve mis manos hacia el para peinarlo.

— Si, estoy bien, solo no tengo hambre — Conteste mientras acomodaba su cabello en forma de librito como siempre lo llevaba.

Mi Nuevo Amor [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora