Capítulo 7: Disparate.

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Capítulo 7: Disparate.

【Adelaide Rousseblack】

Reflexionando me doy cuenta de que en estos días todo ha sido muy complicado, la vida ilícita de esta ciudad no para, no se detiene, solo sigue y se reformula y hasta se ramifica. Pero en eso estamos trabajando y creando tecnología para combatirla, tengo una reputación que mantener y llevar al Grupo de Trabajo de Prevención de Crimen Moderno a la cúspide del éxito.

Voy caminando por el pasillo que da a la puerta de la oficina de la unidad, siento que vienen corriendo de frente a mí los agentes de la cuarta división, me pasan a los lados y los veo muy agitados. Sin reparo los miro sobre mi hombro. «Que pudiera estar pasando si en esa división todo es tan insípido».

Entro a la oficina y cada uno está en su lugar de trabajo, carraspeo para que noten mi presencia, ya que se encuentran sumergido en las PC que se encuentra enfrente de ellos. Voy caminando a mi despacho que queda algo lejos y me detiene Valeria.

—¡Detective Rousseblack!, han llamado de la gerencia contra el delito para que echemos una mano a la tercera división en el festival de autos clásicos de gaza, es importante porque va a hacer acto de presencia el príncipe de Dubai. — Me comenta Valeria, exaltado por todo el revuelo y ya me puedo dar cuenta por qué corrían desordenadamente los de la tercera división.

Alzo mi voz para que todos me observen en realidad —¿Quién de ustedes pueden ir a prestar el apoyo que nos están solicitando? — Interrogo a viva voz mirando a todo aquel que levante la mano o me devuelva la mirada, sin embargo, nadie dice nada.

Me paseo en los cubículos donde están sentados los agentes de mi unidad y observo al agente Bell Pino, muy entretenido en una página web de citas virtuales, me le coloco al lado con mi expresión muy seria para que él mismo denote su falta de diligencia en el trabajo.

—Agente Bell Pino, es usted el primer postulado por mi persona en ir a prestar apoyo a los dignos integrantes de la tercera división. — Voltea y se da cuenta de que me encuentro a su lado, no se había percatado de mi presencia. Él flaquea, se pone como un papel en blanco de lo pálido sin buena presión arterial.

—Disculpe detective Rousseblack, en ningún momento yo me he postulado. — Me corrige haciéndose el desentendido. Más yo no estoy aquí para juegos, yo estoy aquí para dar órdenes, por lo que convierto mi expresión seria a la más fría.

—Es que usted no entendió, usted no se postuló porque lo hice yo, es más, es una orden. — Afirmo con seguridad elevando un poco mi mentón empleando autoridad, sin entender que él está aconteciendo a estas personas, el jefe de esta unidad soy yo. No me gusta que no me tomen en serio, me fastidia tal falta de respeto. No lo tolero.

—De acuerdo jefe, ya me pongo a la orden. — Así es que me gusta que estén prestos a seguir órdenes, como si eso no es lo primero que le enseñan a uno en la academia de policía, lo primordial es seguir órdenes y no cuestionarlas. Todo esto para evitar enredos que después no se puedan desenredar.

— Valeria, tú también ven conmigo, hay que trasladarse de inmediato a la exposición de autos que comienza ahora mismo y tenemos que tener todo bajo control. — Siempre pienso en la reputación en no quedar mal, que los delincuentes no se salgan con las suyas en ningún momento y en ninguna circunstancia.

Nos disponemos a tomar algunas cosas primordiales de nuestras oficinas, nuestras armas, en mi caso mi chaqueta y mi teléfono y nos encaminamos a tomar el ascensor para bajar a planta baja.

Presiono el botón y se abren las puertas, entramos y él presiona el botón correspondiente y llegamos a la recepción del edificio, saliendo de este encontrándonos con algunos de los agentes de la tercera división.

Te quiero pero soy feliz sin ti ll Detective RousseblackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora