Capítulo 9: Encargo.

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Capítulo 9: Encargo.

【Ty Vichenzzo】

Tres días han pasado desde que el desembarque de la carga de trata de blancas, que para mí, buena suerte, nada más fue un cable cruzado de la pendeja de Ruth.

Sospecho que la droga que se fuma tanto le está causando efectos secundarios en su sistema nervioso, adquiriendo el descaro de embrollar los muelles que se encuentran en el puerto de la ciudad de New York.

Me alivia que fue solo eso y no lo que yo me suponía que posiblemente fuera un engaño de los malditos mafiosos que están en mi entorno, ya que me puedo cortar las bolas que me guindan de mi entrepierna.

Si todas esas personas no se encuentran a la espera de que yo me derrumbe para salir como vampiros a chupar toda mi sangre y desamparar mi cuerpo vacío, pues se van a quedar con las ganas, porque lo que presento ante ellos, está más firme que nunca.

Luego de prestarle atención al informante de Emilio, me recuerdo que ese hombre Droppy, presencio una cuestión en él que me captó mucho mi atención, no tengo ni idea que si puede ser su manera de conversar con seguridad.

O si verdaderamente es así de factible obtener información, por ello, ordene que lo siguieran, requiero atestiguar que no se trata de una movida de ninguno de los inútiles de mi grupo de la mafia.

Mientras me notificaron que lo observaron sentado en un cafetín con dos funcionarios de la policía de New York, me asombró de tal modo que en este instante me receló de Emilio porque fue él, la persona que me lo encomendó.

Cuando me establezco componiendo la desorganización fundada por Ruth con la llegada de la carga. Y batallando con el descontento del trozo de mierda de Jones, que desde hace un tiempo había formado una alteración por este arreglo. Les ordené a mis subordinados indagar de dónde se llegaron a conocer Droppy y Emilio.

—Castaño acércate unos minutos, gracias. — Cito a mi segundo responsable, después de Ruth en el mercadeo de las tratas de blancas y drogas. «Me asombro de mí mismo, que poseo distintos servicios, agencias y hasta una revista de hombres a mi poder».

Ya que no nada más comercializo a hembras, inclusive gastan enormes cantidades por los mejores hombres de la región, en las empresas asiáticas los caballeros occidentales tienen muy buena cotización porque tienen fama de ser exquisitos en la cama, bien por las asiáticas adineradas.

—Castaño debo de fijarte un trabajo muy significativo. — Al frente de mí, le empiezo haciendo un abre bocas, y él me observa con cara de desconfiado, después me entorpece.

—Sí, con mi persona diríjase al grano mi señor, acuérdese que soy una persona directa y a mí no me agrada irme por las ramas. — Declara su realidad, acordándome que aparte de ser una persona muy directa, es un individuo muy reservado que le cuesta dialogar con las personas, él es callado; solo me queda darle instrucciones, como soy un hombre con tal caché.

—Vas a salir ahora mismo hacia un cafetín que se denomina Maman, se encuentra en Broadway, en estos instantes se lleva a cabo una junta con unos implicados que son dos funcionarios de la policía de New York y un subordinado que le llaman El Droppy.— Le Giro el mandato mientras que él me responde. Él acerca sus manos y me ve tomando postura rígida.

—Sin embargo, mi señor Tyler, ese personaje Droppy, es el mismo reportero merodeador acreditado de Emilio. — Remedia con un tono imparcial haciéndome abrir los ojos de par en par.

—Y ¿Cómo sabes de eso?. — Le pregunto inquietado y me replegó de perturbaciones porque no tengo ni idea de que sí verdaderamente la investigación de lo que ocurre en torno. Bajo mi libreta de acotaciones para entregarle más cuidado a él.

Te quiero pero soy feliz sin ti ll Detective RousseblackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora