Little Witch Academia: Mi más grande fan

Capítulo 3: La aurora de verano

Úrsula se encontraba de camino al bote mientras una tormenta arreciaba. El agua salada golpeaba su rostro y la lluvia empapaba su ropa. Al mirar hacia atras, podía ver la silueta de la gran mole que tenía cautiva a quién momentos antes habría compartido intimidad y que acababa de abandonar sin desearlo, y eso hacía que se sintiera más triste todavía.

De repente, la imagen de Croix apareció en su mente. Pensó en cómo ella estaría lidiando con todo esto día con día, en si estaría nerviosa o asustada. Y se sintió impotente al no poder estar a su lado para consolarla.

La mirada de la francesa se tornó vacía mientras miraba al barco que la esperaba y zarpar hacia el horizonte. Se sentía sola, triste y desolada. La lluvia seguía cayendo implacablemente, y el viento soplaba con fuerza. Todo esto parecía reflejar su estado de ánimo y con ello su cabello tomo una coloración azúl, un azúl profundo como las aguas del lugar.

Mientras el bote se alejaba lentamente en medio de la tormenta, Úrsula se aferraba a la esperanza de que pronto podría volver a estar con la italiana y que ambas podrían superar juntos todas las dificultades que se les presentaran, volver a comenzar, ser solo ellas en algún dónde pueda Croix sentir paz y esperanza.
Pero las circunstancias hacían que ese sueño fuera irrisorio y lejano, casi como las palabras de un crédulo infante.

Úrsula regresa a la isla de inicio del pueblo de los pescadores, está se dirige a lo que parece ser una pequeña cafetería.
En su interior ella esta viendo a través de las sombrías ventanas mientras la lluvia golpea el cristal y el viento sopla con fuerza. Fuera, los botes de pesca se tambalean violentamente en el oleaje mientras las olas del mar chocan contra los muelles de madera.

Mientras espera a que la tormenta pase, la francesa se encuentra perdida en sus pensamientos, preocupada por Croix y por cómo podría ayudarla. Aparentemente absorta en su pensamientos, Úrsula se sienta en la pequeña mesa de la "cafetería", rodeada por el silbido del viento y el ruido de la lluvia.

La cafetería en sí tiene un ambiente sombrío, con suelos de madera toscamente puestas y desgastadas por el tiempo, las paredes estan descascarándose, las sillas y mesas son de madera y están desgastadas o astilladas. El murmullo de las personas en la cafetería es apenas audible, lo que le da a la "cafetería" una sensación de ser ajena a éste mundo.

Mientras espera a que pase la tormenta, Úrsula toma un sorbo de café, el cual tiene un sabor amargo que no le agrada mucho, atinando a dar una mueca de desagrado, sin embargo lo toma para calentar su cuerpo. La francesa se siente impotente, y existe una sensación de frustración y tristeza en el aire de su alrededor. Es un momento difícil para ella, pero sabe que no puede rendirse en su búsqueda de ayudar a su querida Croix.

En su camino de regreso Úrsula se regresó en un vehículo. Sentó en la parte de los asientos medios del vehículo, mientras su mirada se perdía en la belleza de los paisajes naturales de Inglaterra que se desplegaban a través de la ventana. La carretera aparentemente interminable se desplegaba ante ella, mientras que de una ventana semi abierta el viento soplaba a través de su cabello y ella suspiraba profundamente.

En su mente, la francesa no paraba de pensar en Croix, y se preguntaba una vez más si estaría bien mientras ella estaba fuera. A pesar de que se había ido por motivos de tiempo y trabajo, sentía una sensación de inquietud que la llevaba a pensar en ella constantemente.

Sin embargo, en su mente llego el pensamiento de sus alumnas, y el hecho de que ella no debía estar comportándose de manera extraña. Sabía que debía tratar de regresar a la normalidad para no preocupar a las jóvenes estudiantes que confiaban en ella, pero a veces era difícil mantener una actitud equilibrada en situaciones difíciles.

Mientras Úrsula seguía contemplando el paisaje que se extendía más allá de la ventana, comenzó a sentir una sensación de calma que se apoderaba de ella. Recordó las palabras que de su juventud habían brotado de su boca.
"Nunca lo olviden, creer es su magia"
Se tomó unos minutos para respirar profundamente y apreciar la belleza de la creación que se encontraba ante ella, así como recordar nostálgicamente sus mejores momentos.

Finalmente, con una sonrisa en sus labios, Úrsula decidió que volvería a centrarse en lo que era importante en su vida y poder tratar hacer las cosas bien.

Llegando finalmente a Luna Nova, Úrsula inhala y exhala profundamente, preparada para lo que pase.
Aunque en realidad no pareciera como si las cosas hubieran cambiado en lo absoluto, simplemente siguieron al lapso de los días.

Con tranquilidad, la francesa caminó a paso lento, quizás con la intención de disfrutar lo poco que le quedaba de tiempo antes de entregarse a la enseñanza una vez más.

Cruzando las puertas de Luna Nova, notó que efectivamente, las cosas seguían su curso natural.
Observaba cómo caminaban sus alumnas ya despreocupadas, esto debido a la finalización de sus exámenes, eso le generó una tranquilidad a la maestra Úrsula.

Suspirando, la francesa se dirigió hacia la oficina de la directora Holbrook, con el fin de reportar su presencia.
- Maestra Úrsula, ¿Qué tal le fue? -
Pregunta la directora con cierta curiosidad y preocupación.

- Supongo que bien, pero hace frío -
Responde secamente la francesa ante la pregunta de su jefa.

- ¿Cómo se encuentra Croix?-
Vuelve a preguntar la directora ya en un tono de preocupación.

Sin mediar mucho, Úrsula le responde.
- Intenta desesperadamente pedir una orden de libertad condicional, regala sus patentes para tratar de enmendar su error con el mundo.. -

La directora Holbrook al oír todo eso se quedó consternada, no dijo nada más y simplemente le dió el resto del día a la maestra Úrsula.
Está última agradecido y se retiró a su habitación.

Úrsula llegó a su habitación después de hacer su visita a la oficina de la directora. A pesar del largo viaje, no podía dejar de sentirse ajena al mundo que la rodeaba. Su habitación era la misma de siempre, con sus libros organizados en los anaqueles y la ventana que daba hacia el patio, pero todo parecía diferente.

La maestra caminó hacia su escritorio, donde dejó sus cosas y comenzó a revisar los trabajos de sus estudiantes que habían quedado pendientes al momento de salir. De repente, se detuvo en seco al ver su closet, aún a medio abrir y con su traje de espectáculo ahí, hecho bola. Se sorprendió de verlo aún ahí, como si el tiempo no se hubiera detenido.

Antes de que pudiera reflexionar más, Úrsula fue interrumpida por un ligero golpe en la puerta. Abrió y ahí estaba Akko, con una gran sonrisa en la cara.

- ¡Maestra! ¡Pasé mis exámenes! ¿Dónde está mi recompensa? -
Dijo Akko, entrando de golpe y con todos sus exámenes aprobados.

Úrsula se sintió incómoda ante la situación y más aún por no recordar la promesa, la recompensa no eran su preocupación en ese momento. Pero no quería desilusionar a su estudiante.
- Por supuesto, Akko. ¿Qué es lo que te gustaría? -

Akko saltó de emoción y comenzó a hablar de todas las cosas que quería. Úrsula hizo su mejor esfuerzo para prestar atención, pero estaba algo apática, debido a que la presencia de Akko la distraía de sus pensamientos.

- ¿Y bien, qué esperas maestra? ¿Cuándo planea darnos la recompensa?- Preguntó Akko con una sonrisa.

Úrsula sonriente le respondió - Mañana mismo. Hoy solo necesito un poco de tiempo para recuperarme del viaje -

Akko se despidió con una amplia sonrisa y la esperanza de sus ojos que se notaban hasta que salió de la habitación.

La maestra se sintió afortunada de que la interrupción acabara siendo una distracción. Con Akko ahí, el mundo parecía menos extraño, pero no sé sentía de humor.
Volteando una vez más a su closet pensó en lo que podría hacer, suponiendo que era algo que Akko le gustaría ver, pero que solo quedará entre ellas para evitar problemas.
La maestra Úrsula se había decidido a darle un "show privado" de Shiny Chariot.

La francesa se permitió tener un poco de esperanza y esa noche, cuando regresó a su cama, sintió que tal vez estaba haciendo algo raro, pero que al final se trataba de su más grande fan y alguien en quién confiar.