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Ambos chicos tomaban su simple desayuno mientras hablaban sobre cualquier tema. Uno de los que más recalcaban eran preguntas para conocerse un poco mejor, ya que apenas y sabían sus nombres, y solo era por el tema de la fiesta de Quackity.

Durante esa pequeña conversación, Luzu aprendió un par de cosas sobre Alex: que los patos son los animales favoritos del azabache, su color favorito es el azul, que él es adoptado y que tiene un hermano menor llamado Titi, pero casi nunca está en la casa por sus irresponsables padres y se queda con sus tíos.

Quackity también aprendió de Luzu que su color favorito es el rojo, que es un año mayor que él, y que hace tiempo un chico de su escuela le había robado el puesto de presidente de la clase, a pesar de saber que el castaño realmente quería este puesto.

Fue un rato bastante agradable de socializar mientras tomaban sus respectivos platos de cereal, hasta que una nueva discusión en el cuarto de los padres de Quackity inició. El pelinegro solo suspira molesto.

Qué fastidio... Siento que tengas que escuchar a mi familia disfuncional.

Luzu ríe un poco ante lo avergonzado que luce Quackity por el tema de que sus padres no se llevan para nada bien.

Descuida, no voy a juzgarte, no es tu culpa. Además, creo ya debería irme a mi propia casa.

Quackity se sonroja un poco al darse cuenta que había estado entreteniendo a Luzu, y él posiblemente tendría cosas que hacer y que haberse ido desde hace rato.

Oh, seguro. Oye, ¿te importa si te acompaño? No tengo ganas de quedarme a escuchar a esos weyes peleando.

Claro, si quieres — El castaño se levanta de la mesa, toma su plato vacío y lo lleva al fregadero para lavarlo. Quackity no hace ningún ademán de detenerlo, ser amable y ofrecerse a lavar los platos él. En realidad, él deja su plato para que Luzu pueda lavarlo también, no tiene ganas de hacerlo por su cuenta.

Y... ¿vives lejos de aquí? — Habla el chico azabache, tratando de hacer conversación con el de orbes rubíes mientras este termina de lavar los platos sucios.

Un poco, tal vez a una hora de aquí más o menos.

Quackity hace un pequeño ruido de queja, no quiere caminar tanto desde tan pronto, pero lo prefiere a quedarse a escuchar a los adultos pelear sobre cualquier estupidez sin sentido. Si no pueden llevarse bien, ¿para qué se casaron en primer lugar?

Ya pues ni modo, te acompaño mi Lusu.

Se pronuncia "Luzu", Quacks — Luzu lo corrige con una pequeña risa, marcando la z con su característico acento español. El castaño sólo gira la cabeza lo suficiente para ver a Quackity un segundo, para luego proseguir con su labor de limpiar los platos que ambos habían utilizado para desayunar.

Entendido Lusu — el azabache ríe y se estira en su silla, justo entonces se da cuenta de que aún se encuentra en pijama —. Verga, pero creo que no te puedo acompañar así vestido. Aguantame tantito en lo que me pongo algo más presentable, ¿va?

Vale, yo aquí te espero — Luzu termina de lavar los platos, los seca con una servilleta y los guarda donde vio a Quackity sacarlos más temprano.

El chico más bajo corre hasta su cuarto, se lava la cara, se peina un poco y después de un rato sale vestido con su característico atuendo de sudadera azul, gorrito y pantalón negro.

¡Listo! 'Ora si te puedo acompañar mi Lusu.

Vamonos entonces Quacks — Luzu se levanta de la mesa, donde se había vuelto a sentar mientras esperaba a que Quackity estuviera listo. Ambos caminan hasta la puerta, donde antes de salir el pelinegro se asegura de llevar sus llaves esta vez, así no tendrá que esperar bajo la lluvia a que su madre decida abrirle la puerta como sucedió la noche anterior.

Mi sexy chambelán  |  𝙇 𝙪 𝙘 𝙠 𝙞 𝙩 𝙮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora