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Luego de mucho caminar, un Quackity cansado y sin celular ni cartera finalmente llegó a casa de sus tíos.

Como si fuese dueño del lugar y sin pedir permiso, el pelinegro abrió la puerta principal y se adentró en búsqueda de su hermano menor.

No tardó en encontrase con su tío Lolito, parado en medio de la sala. Casi parecía que estaba aguardando la llegada de su sobrino.

Eh, Quackity. ¿Cómo estás, chico?

Bien, gracias — Quackity se obligó a responder educadamente. La verdad es que su tío nunca le ha agradado del todo, no le da buena espina — ¿Y Mangel?

Quizá vagando por ahí. Ya lo conoces, se desaparece un tiempo y vuelve cuando le da la gana — Lolito rodó los ojos con ligera molestia — ¿Necesitabas algo?

Vengo por Titi.

Está dormido en la recámara — El de cabellos naranjas contestó y comenzó a caminar en dirección a la habitación nombrada junto a Quackity, a pesar de que sabe que el pelinegro conoce el camino hasta ahí.

En la cama, el pequeño niño yacía dormido plácidamente en medio de la cama, después de un largo día de corretear de aquí a allá y hacer travesuras como acostumbra.

Míralo, parece un angelito — Lolito suspiró soñadoramente mientras veía a su sobrino menor dormido en su cama. Quackity no pudo evitar hacer una mueca de disgusto.

Si, muy lindo, pero ya nos vamos — Quackity se apresuró a la cama y tomó al niño durmiente en sus brazos, tratando de no despertarlo.

¿No quieres quedarte a comer? — Peguntó Lolito, haciéndose a un lado en la puerta cuando su sobrino cruzó a través de ella con prisa.

No, gracias. Mi jefa ya nos está esperando en la casa — Con paso apresurado, Quackity avanzó fuera de la casa, ni siquiera molestándose en despedirse.

No es como que le interesa ser cordial con ese hombre, de todos modos. No le gusta la manera en que a veces mira a su hermano.

Ese cabrón le llega a hacer algo a Titi y le parto su madre... — El chico murmuró entre dientes, mientras se apresuraba a volver a su casa y al mismo tiempo se aseguraba de no despertar a Titi, tanto como para dejarlo descansar como para mantenerlo lejos de meterse en problemas. O mejor dicho, para mantenerlo lejos de ser la causa de los problemas.

Al cabo de un buen rato, Quackity y Titi finalmente llegaron a su casa

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Al cabo de un buen rato, Quackity y Titi finalmente llegaron a su casa. Quackity dejó en el suelo a su hermano, quien al contacto con el frío concreto de la banqueta se despertó y lloriqueó levemente.

Ni llores, mejor agradece que te dejé dormir todo el camino. Tengo los brazos bien cansados de estarte cargando — Quackity lo regaño molesto, buscando las llaves en su bolsillo para poder abrir. Titi le sacó la lengua como respuesta, Quackity le dio un zape por grosero.

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⏰ Última actualización: May 07 ⏰

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Mi sexy chambelán  |  𝙇 𝙪 𝙘 𝙠 𝙞 𝙩 𝙮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora