● Prefiero Un Té ● Pt.2

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El sonido persistente de su teléfono hace que sus ojos comiencen a abrirse lentamente. Los mantiene entrecerrados para darse tiempo de asimilar que se está despertando y para no escuchar más el molesto sonido, lo desactiva con el dedo índice y luego se coloca boca arriba. Antes de levantarse necesita entrar nuevamente al mundo real, así que se sienta en la cama apoyando su espalda en el cabecero y sin querer queda perplejo con una pelusa de su edredón.

Su concentración en estos momentos con esa pelusa es inmensa, aunque poco a poco esa atención se desvanece cuando su mente siente que ya ha sido suficiente, así que por fin reacciona y decide levantarse de la cama. Muy pocas veces duerme con pantalones y camisa de pijama, le resulta más cómodo dormir en ropa interior y hoy es un día de esos, no soporta que las prendas se le peguen al cuerpo.

Posar los pies en el frío suelo por las mañanas extrañamente le resulta reconfortante aunque le den escalofríos, normalmente a otras personas les desagrada. Antes de hacer nada más, se dirige al servicio para hacer lo de todas las mañanas. Una vez entra, hace sus necesidades, eso que es reconfortante a su parecer y cuando termina de hacer los trámites, se lava las manos con agua y jabón, luego cepilla sus dientes y sale de allí.

Cuando se aproxima a su armario para coger algo de ropa, se percata de que Bobby está acostado en su peludita dona. Verle tan tranquilo le resulta tierno y obviamente no puede no acariciarlo, así que sonriendo como un estúpido se agacha y le proporciona algunas caricias, hablando como si estuviese tratando con un bebé consiguiendo que mueva su cola felizmente en respuesta.

Al termina la sesión de cariñitos, vuelve a ponerse en pie y finaliza su recorrido para llegar al armario. Coge una camisa blanca y unos pantalones vaqueros negros, calzoncillos limpios y un par de calcetines. Ahí mismo se deshace de sus antiguos paños menores y se coloca los nuevos, luego sus pantalones y por último el calzado. Antes de acostarse, todas las noches se da una ducha, teniendo en cuenta que su anti-transpirante es muy efectivo y aromatizado, considera que solo debe perfumarse, así que hecho esto, se pone su camisa y luego se dirige a la cocina para desayunar algo.

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Mientras disfruta de la leche desnatada con cereales, piensa en como hace dos días su vida ha cambiado. El lunes un hombre totalmente extraño llegó al local pidiendo un té y de cierta forma, ese mismo hombre había dado indicios de que le interesaba algo de él. Ese mismo día dijo que ayer se pasaría por el local, pero no lo hizo, y aunque no quiera eso le está atormentado. No saber qué habrá pasado le hace sentirse ansioso. ¿Tal vez no quiere saber nada de él por lo maleducado que fue al decirle aquellas cosas? No lo sabe...

Lo único que sabe es que son las once y venite y que cuando termine de desayunar debe sacar a su querido perro. Aunque tenga sus ocho años, aún sigue como un roble, cada día sale a pasear con él dos horas. Eso es solo los Miercoles y Viernes, aunque todos los días laborables lo lleva al parque canino que está cerca de aquí, dejando así que juegue con sus amiguitos y luego van juntos a pasear por alguna calle para finalizar. Tarda todo ese tiempo en un mismo paseo porque los días que trabaja de tarde no tiene la suficiente energía como para salir a las doce de la noche, a demás de que para su mascota sería horrible el frío que hace en ese momento.

Una vez termina su bol, lo deja a un lado y continúa con su sándwich mixto a la plancha, le encanta como le quedan, sobretodo por la pequeña capa de mantequilla que le pone antes de ponerlos al fuego, queda crujiente pero jugoso. Con cada bocado el queso deja un hilillo fundido, comer es lo mejor que puede hacer en la vida. John admite que tiene mentalidad de gordo en un cuerpo atlético, bueno, ese exceso de proteínas nunca están de más para el músculo.

Cuando lo acaba, bebe un poco de agua, se levanta de la silla de su sala/comedor y busca sus zapatillas consiguiéndolas bajo la cama, después de eso recoge la correa junto con la pechera para colocársela a Bobby. En ese instante su amiguito se levanta de su dona al escuchar el sonido del metal y sale corriendo hasta donde él está, feliz por su momento favorito del día.

¿Te Encariñaste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora