Capitulo 1: Werewolf Hill

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Correr por el bosque es el mejor éxtasis que alguien de mi especie puede experimentar, la conexión con el bosque y tú cuerpo es único, es liberador correr a toda velocidad, sentir el aire fresco acariciar tu pelaje, sentir la tierra en tus patas, escuchar el sonido los animales, ser tu mismo.

Corrí lo más rápido que pude con mis cuatro patas hasta que observé a lo lejos mi hogar, el templo de mármol blanco de Werewolf Hill, el hogar de mis antepasados y de muchos estudiantes que no tienen a dónde ir en las vacaciones.

Mirá, te cuento un poco, hace muchos siglos atrás existió un poderoso mago de sangre pura llamado Malaki Dark, mi antepasado. Él fue atacado por un hombre lobo en su juventud y desde ese momento, sin importar lo tan talentoso que era en el arte de magia y pociones, fue rechazado por la sociedad del mundo mágico y por su propia familia.

Malaki pudo hacer terribles cosas con si talento, pero tenía gran corazón bondadoso y pacífico que decidió dejar todo atrás y empezar un nuevo inicio en otro país; fue entonces dónde llegó a Grecia y a lo alto y oculto del Monte Olimpo fundó su propia escuela para magos licántropos lejos de la sociedad y la nombró como ahora la conocemos: La Academia Werewolf Hill, solo para magos hombres lobos.

Al llegar a las faldas del templo volví a mi forma humana y cogí mi varita atada a mi pantorrilla para atraer una bata y colocarmela encima. Subí las escaleras corriendo hasta llegar al centro donde te encontrabas una estatua de un gran lobo y a los alrededores estaban las cabañas de arquitectura griega dónde se quedaban los estudiantes.

Algunos de ellos me saludaban y daban los buenos días mientras corría.

—Tus madres te matarán—comentó una voz conocida a mis espaldas una vez que había entrado al templo.

—Lo sé, lo sé—me volteé a verla pero sin dejar de caminar—. Siempre se enojan si no desayuno con ellas pero...

—Andabas por el bosque correteando ardillas, ¿No?

Miré a Eleonor con reproche mientras ella reía.

—Me gustan los paseos matutinos—aclaré.

—Cierto—asintió aún con burla.

—Ademas, descubrí una laguna no muy lejos del acantilado—la miré—. Podríamos ir a bañarnos, ¿Te parece?

—¿Nosotros dos? ¿S-solos?

—Ehm... S-sí— sonreí nervioso ante su mirada radiante y me aclare la garganta—. O p-podríamos ir con los chicos cuando lleguen.

—Sí, bueno... Sí, seria mejor—terminó admitiendo después de pensarlo por unos segundos.

—Genial—una sonrisa nerviosa salió de ambos y decidimos abrir las grandes puertas que teníamos enfrente y entrar.

El templo era enorme, era como un castillo de arquitectura griega; con decir que contaba con más de 15 salas de estudio, habitación para los profesores, un gran comedor para los estudiantes y maestros, cocinas, todo esto solo en la ala derecha; en el ala izquierda solamente estaba mi casa por así decirlo, la casa donde han vivido los directores de la Academia, o sea solo antepasados de la familia Dark.

Al entrar junto a Eleonor nos encontramos con una gran sala y corrimos hasta llegar al siguiente salon del comedor, dónde ya se encontraban mis madres comiendo en la mesa.

Oh, oh...

—Buenos días ustedes dos—dijo mamá con seriedad, mientras tomaba de su taza de café y ponía sus intensos ojos azules sobre mi.

—Vengan a desayunar, niños—dijo mami más calmada que mamá, con su típica sonrisa cálida en labios.

—Buenos días, tías—Eleonor les sonrió agradecida a mis madres y se fue a sentar a su lugar en la mesa.

A Eleonor la conozco desde que tengo memoria, su padre era amigo de mamá y el junto a su esposa fueron asesinados por hombres lobos salvajes, dejando a Eleonor huérfana y con medio gen licántropo al ser rasguñada. Mamá y mami la acogieron y desde entonces nos han criado como hermanos...

—Buenos días—salude y camine hacia ambas para dejar un beso en sus mejillas y recibir un de su parte—. Lamento la demora, salí a dar un paseo matutino.

—Descuida, tesoro. Solo trata de no tardar la próxima vez—dijo mami y asentí mientras me iba a sentar a mi lugar y empezar a comer.

—¿Adónde fuiste hoy?—preguntó mamá.

—Descubrí una laguna no tan lejos del acantilado, eso le venía comentando a Eleonor—conteste y miré rápido a mamá —. Y puedes estar tranquila, no fui más allá de lo acordado. Me mantuve en la reserva.

—Que bien, cariño—me sonrió mamá y de reojo puede ver cómo mami le tomaba la mano sobre la mesa.

Las dos se sonrieron y yo sonreí bajo.

Sabía perfectamente porqué, sobre todo mamá, se preocupaban por mi que no saliera más allá de la reserva. Me sabía su historia pieza por pieza, hasta me la contaban antes de dormir cuando era más chico.

Dándoles un poco de contexto, mis Madres son Kalea Dark y Alysson Dark, soltera Hunters. Ellas dos se conocieron cuando eran jóvenes en las calles de la ciudad de Roma, mamá siendo mujer lobo, se imprimió de Mami y ella quedó enamorada de mamá al instante. Las dos se enamoraron pero, había un pequeño detalle que les impedía estar juntas.

Ese pequeño detalle es que la familia de mami eran, nada más y nada menos que cazadores de Hombres lobos... Ya se podrán imaginar el gran lío al que se metieron.

A pesar de muchas complicaciones, lograron terminar juntas, pero manteniendo la maldición que mi querido abuelo me dejó. El viejo murió jurando que su primogénito iba a ser asesinado por cazadores al cumplir la mayoría de edad. Esto les aterrorizó a mi madres, por ello siempre me han sobreprotegido y no me permiten salir de los terrenos de Werewolf Hill.

—¿Están listos para empezar su sexto año?—preguntó mami con entusiasmo.

—Estoy mas que listo—contesté y sonreí de lado—. Por fin tengo la edad suficiente para meterme a las luchas de lobos.

—No sé tú, pero yo me meteré a tiró de arco—comentó Eleonor.

—Me parece muy sensato escoger arquería—dijo mi madre pelirroja con orgullo.

—Lo dices porque tú das esa clase, mi amor—bromeó mamá divertida recibiendo una cara de reproche de su esposa—. Era broma, querida—mamá sonrió nerviosa y me miró en busca de liberarse de la mirada de mami—. Ten cuidado con meterte a esa clase, pueden ser un poco... Violentas.

—Lo mismo me dijiste cuando me metí a las carreras de caballos alados y soy el mejor en eso. Estoy seguro que seré el mejor en las luchas de lobos— admití egocéntrico, recibiendo una sonrisa de lado por parte de mamá.

El desayuno continúo entre charlas entre los cuatro y después de ahí Eleonor y yo pasamos la tarde en los patios del templo, ella practicando arquería y yo apoyándola mientas comía las galletas recién horneadas de mami.

Eleonor era una niña hermosa, antes la miraba como un hermano mayor a pesar que tenemos la misma edad pero, ahora ella había cambiado y... Cada vez que la miraba me quedaba embobado observando su rubio cabello lacio, cuando estaba cerca de mi me ponía nervioso y cuando la miraba a los ojos Avellaneda, esos bellos ojos Avellaneda. Yo...

—¡Las carrozas llegaron!

El grito de unos de los estudiantes me saco de mi trance y lo último que ví fue la mano de Eleonor tomándome de mi camisa para ir a correr dónde venían las carrozas en dónde venian los demás estudiantes de la academia, entre ellos nuestros amigos.

Todas las carrozas aterrizaron en en fila y junto con Eleonor corrimos a recibir a nuestros amigos, quienes a vernos, corrieron a encontrarnos.

Eran Caspian, Nathaniel y Joanna.

Eleonor y Joanna se abrazaron después de no verse durante el verano  y yo me arroje hacia mi amigo pelinegro y pelirrojo.

Un nuevo año escolar nos esperaba y con ello una aventura por vivir.

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Werewolf (H. Granger)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora