Secret Secret | hyunlix

CAPITULO XXIX | My Love Pt. 2 (Final)

Nota del autor: Este es el final, jaja, al fin.

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🔊✨

No escuchaba su voz por ninguna parte, me preocupé demasiado llamando por su nombre y volteando la cabeza de un lado a otro, hasta que al fin lo escucho: - Ya puedes abrir los ojos. - Los abro como dice, y veo algo asómbrate: una mesa decorada con luces y el "desayuno" preparado, un par de asientos decorado con pétalos, y con la música.. asómbrate. Hwang se acerca a mí, y me da su mano en forma de puño, era extraño, ese gesto lo hacía de pequeño cuando regalaba dulces a personas con problemas lo cual era semejante en mi caso actual.

- Ábrelo. - Pide, mostrando un rostro dulce.

Lo miro confundido y luego le echo un vistazo de nuevo al puño, ¿serán dulces como pensaba?

¿Qué pasa si no lo abro como el dice? La curiosidad me mataba, coloco mi palma encima de sus dedos largos, alargo mi cabeza mientras abro su mano; no había nada.

- No hay nada..

- Mira de nuevo, de seguro no lo ves.

¿Se estaba burlando de mí?

- Hwang, no hay nada. ¿Por qué insistes en que me fije de nuevo? - Mi cara se muestra desanimada.

- Te pido que comas conmigo.

Mi rostro se asombra, mi corazón se acelera locamente, y mis mejillas se enrojecen. Este hombre.. Agarro su mano aceptando su propuesta, y me lleva hasta la mesa tan bonita que estaba en medio del patio. De repente empieza a nevar, el momento era tan hermoso y vergonzoso. Hwang es muy adorable.

- Dame un segundo. Llevaré a Kkami adentro y te traeré un abrigo.. y tal vez un pantalón.

Sobresalto al mencionar "pantalón", había olvidado de que solo llevaba una camisa larga que tenía Hwang en su armario, oculto mi rostro tan sonrojado en la situación mientras Hwang se va directo donde Kkami y lo lleva cargando hacia dentro. De verdad este hombre hace y dice cosas que avergüenza a uno, sin embargo, es muy directo con sus sentimientos. Sonrío debajo de la barrera. Realmente me vuelve loco este chico descarado.

Al dejar las manos en la mesa, juego con los cubiertos mientras espero al mayor, aprecio la música que incluyó en el momento, se sentía como un dorama romántico de realeza, donde la chica y su futuro amado bailan.

La nieve blanca traslucía tan bella en el cielo nocturno. Me fije en la sombrilla que estaba unida a la mesa, de tal forma en evitar que cayera la nieve en la comida que tanto esfuerzo había hecho Hyunjin. De repente de fijarme en los detalles, la puerta se abre y sale Hwang con un abrigo puesto y otro abrigo que llevaba en el brazo mientras encaminaba.

- Lo lamento, pero.. no encontré un pantalón.. solo medias largas. - Las levanta, mostrando en que sí estaban largas. - Dale forma en que son pantalones, ¿sí?

- Bien.

Tomo las medias y me visto el abrigo de Hwang, él se sienta en la silla que le correspondía, mirándome tan atentamente y tan abobadamente, las mangas del abrigo me quedaban un poco grandes al igual que las medias; parecía a un niño con la ropa de su papá.

- Te ves tan adorable. - Habla con voz dulce.Volteo a verlo, y empiezo a sonreír aplaudiendo para complacer aún más al pelinegro, ríe como lo había planeado.

***

- ¿Te gusta la comida?

- Estaba deliciosa, te doy 9/10. - Agarro el vaso para luego darle un sorbo.

- ¿Por qué nueve?

- Nadie cocina mejor que yo, soy el mejor en mi facultad y nadie de Arquitectura me lo arrebatará, eso tenlo por seguro.

El mayor ríe.

Luego de comer la deliciosa comida que preparó Hwang, el se levanta y me da su mano, con una voz dulce y delicada dice:

- ¿Quieres bailar conmigo?

Lo miro y pienso dudosamente, pero no podía negarme a su pedido con la forma en que lo hizo, le doy mi mano y el jala suavemente hasta llevarme donde la nieve caía. Pone su mano en mi cintura y con la otra enlaza mis dedos. Empieza a bailar como si fuera un Bals, nuestros cuerpos se movían al ritmo de la música que escogió el mayor. El momento era tan sentimental, hace tiempo que no bailaba con alguien con tal pasión, por descuido, apoyo mi cabeza en el pecho de Hwang, este sobresalta y luego posa su cabeza con la mía.

Esto nunca lo había experimentado con alguien, un baile después de la comida; esto era tan cursi. El alto suelta una corta risita siendo algo vergonzoso para él, lo abrazo descaradamente. Sin embargo, no me importaba, sentía el momento tan preciado para él. - Qué ridículo eres, Hyunjin.. - Aclamo fijándome atentamente a Hwang, estaba tan avergonzado y sus pómulos estaban rojos, con cabeza rendida y riendo para no llorar.

Se va dando pasos en dirección a la mesa, dejándome tirado y riéndome de su vergüenza. Hace unos movimientos con sus brazos: estaba encontrando un objeto entre la mesa.

Se endereza y voltea firmemente, sin mostrar ninguna inseguridad encamina a mí y vuelve a hacer el mismo gesto de antes. - ¿Esta vez habrá algo, no? - Digo teniendo la mano en posición para abrir su puño.

- Compruébalo tú mismo.

Hago una mueca, pero de igual forma la abro su puño teniendo una curiosidad por saber que tenía en su palma. Al abrirla, noto dos círculos de material plástico.

- ¿Qué.. significa esto?

- Desde que te vi me diste una sonrisa.. me hiciste sentir bien y, cada vez que logro fijarme en ti, mi cuerpo está pacífico y alegre. - Declara Hyunjin mientras juega con sus pies en el césped. - Sin embargo, cuando vi que estabas con alguien me sentí.. débil, intenté no volver acercarme a ti pero no pude impedirlo..

- Deja de ser empalagoso y ve al punto. - Digo ya ansioso.

Hwang suelta una risa silencioso.

- ¿Te gustaría ser mi novio, Félix?

- ¡AL FIN!

Ambos sonreímos, finalmente pudo conquistarme y decirlo en un momento tan precioso, la nieve seguía cayendo y se desvanecía en la ropa. - Sí, sí quiero ser tu novio, Hwang Hyunjin. - El pelinegro agarra mi mano y pone las argollas decorando el nudillo que da el dedo anular. Hwang me besa inocentemente los labios, y luego choca su cabeza con la mía; reía de alegría.

- Ya eres mi novio. - Susurra.

- Ya somos novios. - Digo sosteniendo una sonrisa cálida. - ¡Tengo el novio más cursi del mundo entero!

Nuevamente ríe Hwang.

- ¡Y yo al más adorable!

Me agarra de la cintura y me alza con todas sus fuerzas, haciéndome dar vueltas en el aire. La mañana se veía llegar y tal vez acabe el día, pero jamás olvidaré aquel momento tan maravilloso de mi vida.