Ha pasado una semana desde que Baekhyun fue a ver a Chanyeol. No había vuelto a hablar con Sehun respecto al estado de salud del más alto y solo recibía mensajes preguntando cómo estaban él y los niños.
Sinceramente no podía evitar seguir llorando en las noches por el mayor y esperaba algún día poder sanar su corazón roto, sin sentirse mal al recordar al hombre que le había dado dos preciosos hijos.
Eran pasadas las once de la mañana, cuando el timbre se escuchó en todos los rincones de la casa de la familia Byun, haciéndole fruncir el ceño al joven padre, preguntándose quién podría estar del otro lado de la puerta.
Sus padres era un hecho obvio de que no era porque tenían sus propias llaves, sus vecinos viven a kilómetros porque los campos extensos de sus cultivos los separaban los unos a los otros. Tampoco podrían ser Junmyeon y Sehun ya que no le habían avisado que iban a ir de visitas, a menos que quieran darle una sorpresa.
El sonido del timbre volvió a sonar y Baekhyun se apresuró a terminar de cambiar a Aeri en la sala, quién había quedado somnolienta luego del desayuno y el baño, mientras que Eun estaba teniendo su siesta de la mañana en la cuna móvil a un par de metros de dónde estaban ellos.
Con la pequeña niña en brazos y apoyada sobre su cadera, pequeños bracitos envueltos a su cuello y una cabecita sobre su hombro, Baekhyun se dirigió hacia la puerta.
El ya molesto ruido a oídos del joven padre se escuchó nuevamente y cuando estaba cerca, gritó suavemente: «un momento», esperando quién se que esté del otro lado lo escuchara y no apretara más el botón para que no pudiera despertar a su bebé.
Baekhyun finalmente abrió la puerta con una pequeña sonrisa cansada sobre su rostro, que se borró completamente al reconocer una de las dos personas frente a él. Inconscientemente, abrazó con fuerza a su hija.
— Hola, Baekhyun. — La mujer que conoció una semana atrás en el hospital lo saludó. — No sé si me recuerdas, yo soy Yura y este de aquí es mi esposo, Changsub.
El menor asintió y se lamió los labios nervioso. ¿Qué estaban haciendo allí?
— Uhm, creo que está equivocada, yo soy Jae- — La voz de Baekhyun se escuchaba temblorosa y antes de que terminara de hablar, fue interrumpido por la mujer.
— Está bien, no tienes que fingir más, Sehun me lo ha contado todo. — Ella lo miró notando la sorpresa en su rostro y luego dirigió su vista a la pequeña niña que estaba en sus brazos, sus ojos brillando de reconocimiento al notar algunos rasgos parecidos al de su hijo Chanyeol.
Baekhyun sacudió su cabeza. Sehun debió decirle lo que hizo. ¿Qué pasaba ahora si querían llevarse a Aeri y Eun? Dio un paso hacia atrás cuando vio el par de ojos puestos fijos en su niña.
— No se los van a llevar. — El pequeño escupió, sus ojos llenándose de lágrimas ante la posibilidad de perder a sus hijos. Sabía que la familia de Chanyeol tenía poder, pero eso no iba a impedir que peleé por la custodia contra ellos.
La pareja se sorprendió por el exabrupto del joven.
— No, tranquilo, no hemos venido a llevarnos a nadie. — El hombre mayor habló por primera vez desde que llegaron y su tono fue demasiado amable, haciendo que Baekhyun bajara un poco la guardia.
— ¿No? — El pequeño preguntó en voz baja, mirándolos todavía con desconfianza. La mujer negó con su cabeza. — ¿En-entonces qué hacen aquí? Ya le he dicho a Sehun que no quiero volver a ver a Chanyeol, solo quiero vivir con mis hijos en paz.
— No hemos venido por él. — Yura respondió tajante y luego le dio una sonrisa suave. — Vinimos hasta aquí por ti y los niños.
Baekhyun parpadeó e inclinó su cabeza confundido.
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Strawberry smell.
FanfictionBaekhyun después de cuatro años entendió finalmente que todas las promesas que salían de la boca de Chanyeol jamás se cumplirían.