XXXIX: SeokJin.

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❝En el mundo del dolor, solo existimos quienes se encuentran heridos del alma y nuestras manos conectan entre si para nunca dejarnos ir

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❝En el mundo del dolor, solo existimos quienes se encuentran heridos del alma y nuestras manos conectan entre si para nunca dejarnos ir.❞

Las ropas oscuras cubren todo su cuerpo, un abrigo oscuro y largo, pantalones cargo del mismo color como sus botas altas, y finalmente un jersey de cuello alto oscuro como también pegado al torso por debajo del abrigo, pero se ocultaba con la última prenda mencionada.

El rubio se extendió por la cama como un gatito y se estiró mientras observaba con una chispa de deseo en sus ojos como Jeongguk se colocaba frente al espejo de su habitación, para comprobar que tan desapercibido podía pasar ante los ojos de los diablo al convertirse en uno de ellos por esta ocasión para salvar a SeokJin.

—Una bolsa de basura era mejor. — Dijo entre dientes el azabache mientras se observaba de arriba a abajo en el espejo.

—No puedo creer que Junseo te preste sus ropas, tiene que ser un sueño que no deseo despertar. — Jimin soltó una risilla divertido cuando sus ojos captaron el rostro levemente molesto del carnicero observando a través del reflejo.

—Mejor no despertar.. no quiero que me veas un segundo mas vestido de esta forma. 

El ángel se coloco de pie, luego dio unos pasos hacia su mesa de luz, abrió el cajón y con su mirada busco dentro hasta encontrar un brazalete de perlas brillantes. Tan brillante y bonito, hecho por el mismo en un pequeño tiempo libre en la noche anterior mientras pensaba en el carnicero. Solo se aproximó al este último antes de hablar hacia él para llamar su atención y asombro de recibir un regalo como este.

Jeongguk se volteo hacia Jimin, sus ojos bajaron desde su rostro hasta sus pequeñas manos que sostienen el brazalete, esperando que lo tome como un regalo que no pudo negar. Una sonrisa tímida se dibujo en el rostro del carnicero antes de tomar aquel brazalete reluciente y colocarlo con suavidad en su muñeca ante los ojos azules. El dueño de esos ojos, sonrió al ver lo bien que el brazalete rodeaba a la perfección su muñeca y se lucia muy bien. 

—Te queda muy bien para ser solo un brazalete. —Elogió el angel con un poco de timidez y coqueteo en su tono de voz.

—Gracias, ahora lo llevaré siempre y te recordare con esto.

El azabache le guiño un ojo ante su halago, aunque solo fuera un accesorio de perlas, Jimin siempre buscaba la oportunidad para halagarlo aunque nunca tuvo la oportunidad antes, pero ahora era la primera vez que lo hacía. Su sonrojo en sus mejillas no faltaron cuando ese guiño de ojo del carnicero lo puso nervioso y aun mas tímido.

—¿Alguna vez.. te dije que eres muy lindo, Jeongguk? —Aunque se sentía un poco nervioso y tímido, por otra parte no tenía vergüenza en halagar al azabache mientras lo observa a los ojos grises.

CARNAGE 愛 KOOKMIN / GGUKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora