CARNAGE II: Desastre III.

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❝No me dejes solo, no dejes que me vaya y abrázame una noche mas

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❝No me dejes solo, no dejes que me vaya y abrázame una noche mas.❞


Alucinaciones.

¿Qué mierda le pasa a su mente ahora?

De repente es un caos entre la realidad de lo imaginario. Tiene suerte por ahora, ya que aún puede saber que no es real pero quién sabe si puede seguir siendo así hasta el final. Nadie puede asegurarle que su cordura no se pierda completamente, más de lo que perdió en años anteriores.

Después de cerrar sus ojos y tranquilo de que su ángel duerme, el suelo se vió interrumpido de manera confusa y si intentaba regresar al sueño, alguien no se lo permitía. Puede oír como alguien lo llama entre risas fuera de su sueño y no se quedaría fingiendo dormir para que esa voz que intenta llamar su atención se vaya. No había forma de que se fuera, cada vez que intentaba dormir una vez más sin abrir sus ojos, su nombre vuelve a ser llamado una vez más.

Jeongguk.

No sabe quién es, nuevamente lo vuelve a llamar y está vez si decide abrir sus ojos. Buscando con la mirada al intruso que se atreve a llamar por su nombre, interrumpiendo su sueño, no encuentra a nadie en la habitación que no sea a él mismo recostado con el bailarín dormido a su lado. No hasta que oye cómo vuelve a llamarlo esa voz que se oía distorsionada pero que toma claridad siendo su.. propia voz.

Jeongguk.

Sus ojos grises se mueven del rostro dormido del rubio y observan otros ojos grises como los suyos que brillan en la oscuridad del rincón de la habitación, a lado de la ventana donde se sentaba el sacerdote antes, y la iluminación de la luna aún entraba por la ventana y no iluminaba demasiado el rostro del intruso sentado.

El intruso de ojos grises como los suyos, se encontraba sentado en la silla con sus piernas abiertas mientas que con sus manos jugaba con una especie de cuchillo de carnicero, especialmente para cortar buenos trozos de carne. El filo de la hoja del cuchillo brilla en la luz de la luna y ante los ojos de Jeongguk.

-Yo-

-Soy yo.. Jeongguk. - Habló el intruso mientras su sonrisa de lado apenas se ve por la iluminación natural.

En esta habitación, ahora existen dos carniceros, en diferentes lugares y en diferentes posiciones. Lo común de ambos es que poseen la misma voz, el mismo color de ojos y quién sabe si también el mismo cuerpo. Jeongguk negó intentando no reír de nervios cuando alguien sentado a lado de la ventana le dice que se llama como él. No entraría en detalles, él jamás tuvo un hermano gemelo, si es así, tuvieron que haber sido dos bebés abandonados en las puertas de la iglesia esa noche.

-No eres real, otra vez estoy mal de la mente. - Susurró el carnicero mientras se removía del lado del ángel dormido y se colocaba de pie para vestirse rápido.

CARNAGE 愛 KOOKMIN / GGUKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora