𝐀𝐩𝐨𝐜𝐚𝐥𝐢𝐩𝐬𝐢𝐬 ┊ ❝Mis ojos siempre están sobre ti, eres el único ángel que deseo tocar.❞
El mundo se va convirtiendo en un desastre, zombies por doquier, calles abandonadas y sangre de otros manchando las ciudades, pero la verdad que estar...
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❝En una mano lleva su creencia en Dios mientras que en la otra lleva un hacha, Adivina quién soy.❞
—
La iluminación de su linterna se mueve hacia diferentes partes de dónde se encuentran. Ilumina las ramas de los árboles, detrás de los troncos de estos y luego en los arbustos pero no logra encontrar lo que provocó el sonido de una rama crujiente.
Sus ojos grises se mueve hacia el otro lado a su izquierda para observar nuevamente en las ramas de los árboles, detrás de los troncos y en los arbustos pero aún sigue sin observar nada. Hasta que uno de esos arbustos se mueve, sus ojos se mantienen enfocados en ese arbusto mientras su mano apreta la hacha con fuerza y sin miedo de tener que usarla con lo que sea que se encuentra allí.
Para su sorpresa, solo era un pequeño conejo saliendo de allí con unos cuantos saltos en busca de comida pero su curiosidad hizo que se encontrará con un humano molesto que lo asustó para que se alejara de allí a toda velocidad. Jeongguk solo tuvo que amenazar al pequeño animal con que lo asesinaría con solo elevar su hacha pero en realidad solo quería que este conejito saldría de allí en busca de su escondite cuando la noche no era segura ni para un animalito.
—Espero que al menos pueda sobrevivir por nosotros. — Susurró Jeon antes de voltearse hacia el otro lado para iluminar por última vez, solo para asegurarse de que pueden continuar de una vez. —Síganme...
Pero solo fueron unos pasos más cuando volvió a escuchar otro crujido venir un poco más cerca de donde se encontraban y el carnicero volteó hacia su mejor amigo para asegurarse de que se encuentra bien junto al bailarín asustado por la expresión de su rostro que lo delata.
—¿Has sido tú? —Pregunta en un tono bajo el azabache mientras ilumina la botas de su mejor amigo para confirmar que fue exactamente él y no otra cosa que su mente comienza a imaginar.
—No hay ramas de árboles en este camino.
—¿Crees que tengo ganas de jugar al detective, Kim? — Jeon frunce el ceño algo molesto pero su mejor amigo lo imita cuando se siente ofendido por ser culpado por algo que no ha hecho.
—Ya te he dicho que no hay ramas aquí.
—No me jo-
Y antes de continuar, jamás escuchó que algo se aproximaba a él con gran velocidad pero cuando Park lo escuchó fue demasiado tarde ya que uno de esos caminantes muertos acababa de salir de su escondite detrás de los árboles para abalanzarse sobre el carnicero, provocando que ambos logren caer al suelo.
Tae se alejó de Park con rapidez cuando vio como su amigo luchaba en el suelo por quitarse de encima a ese asqueroso zombie bañado en sangre intentando morder cualquier parte del cuerpo del azabache.
