No sabéis el lío que llevaba en mi cabeza. Me iba a ir a Madrid con mi padre y tenia que dejar en el pueblo a todos mis amigos, mi novio, toda mi vida. Cuando las cosas me empezaban a ir bien cogen y me rompen en mil pedazos. Amaba a Leo, si, lo amaba, como iba a decirle que me iba a vivir a Madrid? Y Anna que? Como voy a dejarla aquí estando con ese cerdo que en cualquier momento si se despista la deja embarazada? Me pase la noche llorando, viendo fotos y viendo la mierda de vida que me esperaba, lo peor? Que ya era mi cumpleaños y yo, estaba hundida y sin ganas de nada. Pensé que lo mejor era no decir nada hasta que acabara la fiesta que Leo me estaba organizando para no alterar a nadie, y yo, fingiría que todo iba bien. Llore y llore durante horas, mis ojos estaban rojos, yo chillaba en silencio ya que ese es el peor grito que puedes hacer de dolor y mi madre lloraba también tras mi puerta. Para ella tampoco era fácil decirme adiós y verme tan al abismo le costaba más. Y así pase las primeras horas de mi cumpleaños, llorando hasta quedarme dormida.
Algo hizo que me despertara, yo estaba muerta, me dormí muy tarde pero una luz cegadora entro en mi habitación obligándome a despertarme. Era mi madre, la cual había levantado mi persiana y me había traído el desayuno a la cama.
Como la quería, me había preparado un baso de zumo de naranja con mi cafe de la mañana y me preparo un gofre porque sabe que me encantan pero no como para adelgazar ya que lo que engordan esos deliciosos diablos no es ni normal.
- Buenos días mi princesita. Te he preparado esto para que empieces bien tu día especial ya que ayer no te lo puse muy fácil.
- Se que no es culpa tuya, y tranquila no te guardo ningún rencor pero tienes que entender que no me ha sentado bien.
- Lo siento mucho pero nuestra situación económica es critica y esta es la única solución.
- Lo se mama, te quiero.
- Y yo a ti hija y ha venido alguien a visitarte.
En ese mismo instante mi madre salió de mi habitación y por la puerta apareció Leo con un ramo enorme y precioso de rosas que me dejo sin habla.
- Hola mi amor, feliz cumpleaños.
- Dios Leo, como puedes ser así?
Se acerco a mi y nos besamos como hacíamos siempre para saludarnos.
- Me acabo de levantar, voy sin pintar, peinar y vestir, estoy horrible y tu vienes.
Se quedo mirándome fijamente sin decir palabra.
-Leo no me mires, estoy horrorosa.
Me tape la cara mientras me reía.
- Te amo tanto Adele que es que te miro y te vuelvo a mirar y solo veo que belleza, eres tan perfecta.
Casi me pongo a llorar de nuevo de pensar que me tendría que separar de él, creo que no voy a ser capaz de ello, le quiero demasiado.
-Bueno mi amor, te dejo tranquila pero ten.
Leo saco una bolsa, la abrí y habia un vestido precioso blanco con estampado super elegante y a la vez sencillo.
- Pasaré a por ti a las 8 estate preparada, porque te iba a decir guapa pero eso lo estas siempre.
- No me puedo creer que este pasando esto.
- Hoy es tu día y voy ha hacer que sea el mejor de tu vida.
Me dio un beso y se fue. Me quede traspuesta, en shock, el movil no paraba de sonar porque la gente me mandaba felicitaciones pero yo solo podía que pensar en Leo y en lo que pasaría con nosotros, por lo menos se que uno de nuestros últimos días juntos sería memorable.Me probé el vestido que Leo me había traído y me estaba perfecto, parecía una princesa, era un vestido precioso que me favorecía mucho la verdad sin animo de ser prepotente. Había acertado por completo y las rosas eran demasiado. Un ramo con 20 rosas rojas preciosas, era el chico perfecto pero apareció en el momento equivocado, mi madre a la media hora de irse el subió a mi habitación y no con muy buenas noticias.
- Adele, ven siéntate.
- Dime, que pasa?
- Tu padre...vendrá a por ti en tres días, quiere que pases con él el verano para que te acostumbres y no empieces el curso muy perdida.
- Tres días!? Estáis locos? No podéis hacerme esto.
- Adele, princesa, no podemos hacer nada, no puedo hacer nada. Te crees que a mi me gusta separarme de ti?
- Pero es que no puedo irme, no quiero.
Empece a llorar mucho y mi madre conmigo, me abrazo y lloramos las dos juntas sentadas en mi cama.Todo en mi vida se desvanecía poco a poco.

ESTÁS LEYENDO
La vida de una chica cualquiera
RomancePues si, soy la típica chica que nunca le pasa nada interesante, pero de repente mi vida empieza a cambiar cuando me muedo de un pueblo a la gran ciudad, al centro, a Madrid. Me empiezo a plantear quien soy, que quiero y que pinto yo en esta socieda...