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Los cuatro amigos tenían rodeado al pequeño niño, el cumpleañero

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Los cuatro amigos tenían rodeado al pequeño niño, el cumpleañero. Obviamente, estos adolescentes le molestaban todos los días, y el día de su cumpleaños no iba a ser menos. Era algo de lo que evan ya se había mentalizado.

El ya mencionado lloraba, escuchando las risas de los amigos de su hermano mayor, o insultos que le decían, pero para él no eran nada como otras veces.

Wow, tú hermano es un verdadero bebé, ¿o no?—. Decía el chico de la máscara de Bonnie, según lo que frederick dijo, él era mark. Las risas se apoderaban de la mente de evan, y, como no de sus pensamientos.

Es molesto. — Dijo simon, el chico de rulos que llevaba la máscara de chica. No se podía ver su expresión por la máscara, pero evan estaba seguro de que estaba tan amargado como la primera vez que lo vio hace un año en 1982.

¿¡Porque no lo ayudamos a que vea a fredbear mas cerca?! ¡A el le encantará!—. Dijo frederick, quien se había vuelto un cabron al paso del tiempo, y evan pensó que sería quien le ayudaría de los tres matones  pero estaba equivocado.

¡No, porfavor no!—. Rogaba él llorando desconsoladamente, sintiéndose desprotegido, sin su hermana, sin su hermano. No reconocía a Michael. ¿Que había hecho el mal para que lo tratase así?
¿Nacer?
El tan solo pensar cansaba a evan, él deseaba descansar, deseaba descansar pero no de la vida, si no del sufrimiento que vivía con aquella familia.

Vamos chicos, vamos a darle a este pequeño hombrecito su gran regalo de cumpleaños—. Dijo Mark entre risas junto con Simon. — ¡Quiere verlo más de cerca!—. Contestaba Michael.

Lo agarraron entre ellos, por mucho forcejeo que el pequeñajo hiciera, no era nada comparado  a la fuerza de cuatro adolescentes, lloraba y lloraba esperando que viniese algún milagro que lo sacase de los brazos de aquellos chicos, rogaba a gritos que no, que lo soltasen, pero los chicos solo se reían aún más notando lo mucho que el menor lloraba, disfrutaban su sufrimiento, disfrutaban de sus lágrimas y de sus gritos, de eso era lo que se alimentaban, eran como monstruos. Eran como aquellos bichos en los corredores que el tanto miedo tenía, su hermano se había vuelto una de esas pesadillas que ya ni siquiera quería ver. ¿Porque debía sentir ese miedo hacia su hermano? Él también quería tener 17 y tomar su venganza. Aunque el no quería ser ni como su hermano, ni cómo sus amigos. Él quería ser un mejor ejemplo, quería ser lo que ellos no pudieron. Pero.. tal palo, tal astilla. Lamentablemente eso no iba a ser posible.

¡PAREN! NO! ¡NO, NO QUIERO IR!—. Decía metiendo patadas al aire, esperando que alguna le diese en la cara a alguno de los chicos.
Mientras que estos solo le llevaban la contraria.

—. ¡Ya escuchaste al hombrecito, dice que quiere acercarse aún más!—. Dijo simon mientras lo acercaban más al escenario.

Oigan chicos, creo que el hombrecito quiere darle un gran beso a fredbear... EN TRES, DOS, UNO.. — dijeron todos juntos riendose por las reacciones y expresiones que tenia el lloron.

Pero eso para evan no era nada gracioso, estaban al borde del escenario, se encontraba delante de fredbear, delante de su pesadilla, él lo miraba fijamente mientras se movía para los lados reproduciendo una supuesta "relajante" melodía con un micrófono en su mano derecha y saludando con su mano derecha, pero evan sabía que en el fondo de aquellos ojos habían maldad, lo más profundo de la maldad, el infierno se encontraba allí dentro, y parecía que las puertas se abrían ante evan.

Escuchaba las risas de los adolescentes que le estresaban aún más, veía la boca de fredbear abrirse y cerrarse con total claridad, los dientes rectangulares que tenia pero que podían morderte y arrancarte la mano, realmente no quería ver eso de cerca. Realmente quería irse y no regresar jamas, en un abrir y cerrar de ojos vio como su cabeza estaba dentro de la boca de fredbear.

Comenzó a desesperarse, con la respiración agitada y el corazón a mil por hora comenzó a intentar abrir la mandíbula de fredbear con sus dos pequeñas manos para así poder librarse, y le daba patadas al aire mientras gritaba por ayuda y miraba de reojo a su hermano con furia y odio, le había quitado toda su infancia, la cual sólo podría vivir una vez. Pero aún así, por mucho odio que él sintiese, las lagrimas le seguían saliendo, no pararía de llorar jamás, le pego patadas al traje de fredbear pero como era de esperar no obtuvo resultados

Las risas de su hermano y sus amigos se apoderaban del lugar, siendo lo único que resonaba en la mente de evan, hacían eco, y quería dejar de escucharlas, comenzó a gritar como un loco y hacia toda la fuerza posible en sus pequeños brazos para poder abrir la mandíbula de fredbear y poder escapar de aquel lugar, odiaba con toda su alma su cumpleaños. Si, sin duda, lo odiaba.
—. ¡ÓIGANLO, ÓIGANLO COMO LLORA! ¡ES UN BEBE! ¡ES UN BEBE!—. Escuchaba el niño, ya ni siquiera sabía quién lo decía, el solo quería escaparse de allí y no ver nunca más a su hermano, que era quien había provocado todo esto.

—. ¡MICHAEL, BÁJAME, MICHAEL BÁJAME! PORFAVOR BASTA, BASTA! ¡NO QUIERO ESTAR AQUÍ! ¡MICHAEL BÁJAME, TENGO MUCHO MIEDO! ¡MICHAEL!—. El pequeño no podía parar de mencionar el nombre de su hermano rogándole ayuda, el adolescente incluso comenzaba a sentirse mal pero no era motivo para parar de reír. Pero las palabras de evan no eran broma, tenia mucho miedo, estaba más asustado que en las noches al encontrarse solo, por mucha fuerza que hacía no lograba quitarse de ahí y solo esperaba que su hermano le pidiese perdón de una vez por todas por haber arruinado su infancia, y le salvase del incidente que estuviese a punto de ocurrir. — ¡MICHAEL NO ESTOY BROMEANDO, BÁJAME PORFAVOR, AYUDA! — decía el niño, con la respiración agitada que se le hacía difícil respirar, ya ni siquiera le salían las lagrimas porque no tenia la fuerza suficiente.

Pero más se asustó cuando de repente dejó de oír la risa de su hermano y sus amigos que cambiaron por gritos, se asusto aun más cuando escucho un crujido, y lo único que pudo ver fue a Michael sostenerlo en brazos mientras este lloraba.
— No siento mi cabeza, Michael.. mi cabeza duele, ¿que está pasando? ¿Porque mi cabeza duele tanto?..

El niño sentía mucho miedo al sentir un líquido cálido gotear de su cabeza por la parte derecha, ¿que era? ¿Sangre? No quería ni saberlo.

Se aferró a su hermano y agarró a este de la camiseta, mientras veía su máscara salpicada de sangre y este mirandole la cabeza, mientras que sus amigos salían corriendo por la puerta pidiendo auxilio y gritando desconsoladamente, diendo su último llanto dijo unas palabras. — Michael, ayudame.. necesito ayuda.. —

Ya esta, ya esta, ellos van a por ayuda, tranquilo, Evan tranquilo. Todo va a pasar, relájate, cierra los ojos. PORFAVOR, no hagas caso a tu cabeza.. — decía michael mientras las lágrimas corrían por sus mejillas como el mar. Evan lo miró por unos segundos.
—. ¿Quien es el lloron ahora...? — dijo evan en un susurro, con una sonrisa antes de cerrar sus ojos por completo. —

TRASTORNADO || Evan afton (FNAF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora