Capitulo 5. Con un pie en el altar

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Recorde las pastillas que habia recomendado el doctor, las pastillas para el imsonio, rápidamente fui a mi mesita de noche y las tome en mis manos y varios minutos después ingeri una cantidad que acabaria con mi vida o bueno eso pense.

Las mucamas habían llegado por mi, Lewis ya me esperaba en el altar, recuerdo aun su Sínica sonrisa que al acercarme se volvia más y mas grande. Cuando ya estoy a punto de poner un pie en el altar me desvaneci en una estela negra, pero rapidamente volví en sí.

El señor conejo había cobrado vida y se encontraba jaloneando mi vestido y señalando un reloj insinuando que ya era tarde. Logre sentarme , lo cual se me hizo dificil, mi cuerpo se sentía un poco liviano. El señor conejo emprendió en una carrera y yo decidi ignorar la boda y seguirle, me llevo por todo el jardin, hasta llegar al gran arbol que se encontraba en la mitad del inmenso jardín. Había algo inusual, vi como el señor conejo se adentraba a un agujero que estaba junto a el gran arbol, temiendo de perder al señor conejo meti la mano para encontrarlo pero en vez de conseguirlo senti como una gran fuerza me halaba hacia adentro.

Cai en ese inmeso vacio, donde al principio solo se veia la luz del orificio sobre la tierra, luego la arena ya no era arena, era un tapiz como si se tuviera una tabla de ajedrez en mano, y parecia como si comenzaran a lanzar cosas y más cosas en el hoyo como si no ubiese un final, primero callo un piano que tocaba sin pianista, luego el papel tapiz cambio a un color rosa en el cual se veian una variedad de dulce y comenzaron a caer conmigo frascos, una mesa que me volteo de cabeza e hizo que mi vestido se rasgara, senti caer por hora, hasta que mi cara se impacto contra el piso de una manera leve pero dolorosa. Supe que era el final del agujero.

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