𝐡𝐞𝐚𝐥 𝐦𝐲 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭 ━━━━━━━━━━Lya, la hermana menor de la familia imperial del reino de occidente, tuvo una vida algo pesada por querer cuidar de más a su familia. ahora que su hermano mayor Henry asumió el trono le dio libertad de hacer con su...
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El archiduque había partido a su nueva misión, motivando a todo al ejército de volver con sus familias.
—volvere pronto, amada mía. Espérame—
Lya tomaba de su té intentando relajarse mientras acomodaba todos esos papeles. Habían algunos problemas en cuanto a la última reunión de las casas nobles. Leo había peleado con el duque de Claude. Y terminaron echando a Leo de la reunión.Al día siguiente habría otra, ella debería asistir para cubrir los temas tocados y ofrecer una disculpa. Además, debía hacer una evaluación de personal y estar atenta a la fecha de pagos. No podía dejar que se le pasara nada.También, Leo tenía tres reuniones con tres comerciantes distintos, debía verlos y conversar sobre las ofertas que ellos tenían.
Sería una semana algo pesada.
—mi señora, ¿Desea que le traiga la comida a su oficina?—la dama le preguntó, la hora de comer estaba cerca y su señora no parecía tener ganas de despegarse de su escritorio.
—no... Lleva la comida al jardín, y por favor haz que el joven Oliver redacte una carta para mi. —se levantó y fue junto a sus damas a su habitación, se cambiaría el vestido por uno más sencillo. Comería y luego volvería a encerrarse en su oficina.
—como usted ordene, su alteza— hizo una reverencia mientras ella salía de la oficina.
Cuando salió a los jardínes de la finca fue a sentarse en una mesa baja en donde su comida estaba siendo servida. Era una mesa que estaba casi al nivel del suelo, por lo que no podía usar sillas normales, en su lugar grandes y cómodos cojines estaban puestos para que ella pasará el tiempo.
Los jardínes de la finca de El archiduque de Laurels eran hermosos, variados y llenos de vida. Ella misma se encargaba de esos jardínes con la ayuda de un amable anciano jardinero quien tenía por nombre Dorman. Era un hombre muy amable, apasionado de la jardinería.
—buenas tardes, señor Dorman. ¿Cómo ha estado su día?—se sentó en el cojín observando al hombre quien podaba una zona verde.
—muy buenas tardes archiduquesa, este día ha sido maravilloso, haré que todo se vea bien para calmar sus penas —le sonrió, hizo una reverencia y siguió con su trabajo.
El señor Dorman siempre sabía lo que a ella le atormentaba, sabía cómo animarla, siempre encontraba una nueva historia con que hacerla reír. Su padre no había estado muy presente en su infancia, y ahora su hermano Wharton tampoco. Así que el señor Dorman era una buena figura paterna.
Mientras terminaba de comer admirando el hermoso jardín entonces un alto y delgado joven de aspecto angelical se acercó. Era Oliver.
—buenas tardes archiduquesa, Diana me dijo que viniera a reportarme con usted. —hizo una reverencia y se sentó a un lado de ella cuando se le indicó.
