𝐡𝐞𝐚𝐥 𝐦𝐲 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭 ━━━━━━━━━━Lya, la hermana menor de la familia imperial del reino de occidente, tuvo una vida algo pesada por querer cuidar de más a su familia. ahora que su hermano mayor Henry asumió el trono le dio libertad de hacer con su...
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-que lugar tan bonito - Lya miraba a todos lados, ya estaba más tranquila después de haber comido y estirado las piernas caminando por el imperio. Ahora estaba tranquila observando los alrededores desde el balcón de su habitación, la brisa hacia que sus bellos cabellos rubios danzaran.
Era solo paz. Acompañada de un dulce olor a jazmín, por las flores adornando a su alrededor. -¡Lya!- Henry abrió la puerta de golpe, entrando y asesinando de forma violenta y cruel la paz.
-¡iia! ¡Henry tonto! ¡¿que te pasa?!- la pobre muchacha sintió como su corazón se paraba del susto.
-necesito que me ates esto en la pata- me mostró una nota mientras caminaba hasta ella. La jalo y cerró las puertas del balcón.
-¿para quien?- tomó el pedazo de papel y lo leyó. Cuando alzó la mirada un ave dorada la veía con impaciencia. -que molesto eres- con una sonrisa extendió el antebrazo.
Una vez la nota estaba bien amarrada abrió de nuevo las puertas del balcón y lo ayudó a emprender vuelo, movió su brazo como despedida mientras veía al ave dorado irse.
Se recargo en el barandal con una sonrisa ladeada. -¡Mi señora!- alguien tocaba la puerta. El muchacho de cabello azul estaba algo desesperado. Cuando le abrió la puerta el muchacho entró despotricando sin parar hacia el príncipe de occidente. -¡es tan necio! ¡no sé qué voy a hacer con él! ¡dijo que vendría con usted, ¿sabe en donde está?!- finalmente después de dar vueltas por el lugar, lleno de histeria le preguntó.
-hablando de roma- Lya giró su mirada hacia la ventana, en dónde el ave aterrizó.
Acompañada de una explosión de humo dejando ver al príncipe rubio recargandose en el filo del barandal. El muchacho mantenía en su mano una mota de papel con una sonrisita. -parece que debo agudizar el ingenio para contactarla otra vez si quiero volver a verla, mi reina.- seguía riendo como tonto.
-¿Henry?- Lya llamó, cruzando sus brazos viéndolo con una ceja alzada.-¿de quien es esa nota?- se acercó a él arrebatandole la nota.
