Capítulo 12: 🥀El Juicio🥀

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Aurora corría por el sendero que la guiaba al lugar donde estaban todas reunidas para el juicio

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Aurora corría por el sendero que la guiaba al lugar donde estaban todas reunidas para el juicio. La llegada tarde no era una de sus virtudes, ya que siempre prefirió ser puntual.

El bullicio se escuchaba en toda la zona hasta que esta llegó, pues todas hicieron silencio al notar su llegada. Al cada dríade hallarse en sus lugares, con Dalia en el centro ya que esta era la víctima de tal atroz accidente, Aurora se sentó a la derecha como testigo. Todas los habitantes esperaban el comienzo del juicio, la expectación dominó el lugar con la entrada de las tres Juezas y la Reina Suprema. Los pasos de estas eran firmes así como su pose. Las cuatro se detuvieron al frente de todas las dríades, en lo alto de una montaña cubierta de enredaderas.

La reina Kimberly dió un paso adelante.

-¡QUERIDAS HERMANAS! Hoy nos hallamos aquí reunidas, ante mí y nuestras Juezas, para dar a conocer el desafortunado accidente que le sucedió a nuestra querida guerrera Dalia, aunque asumo que ya os habéis enterado -la voz de la reina se oía por todo el lugar -Mas en esta tarde, también revelaremos lo que nuestro pueblo hará para una mejor protección al bosque y sus habitantes.

La Reina Suprema retrocedió y retomó su lugar, le cedió entonces la palabra a la Jueza Menor. Las florecillas y hojas que a esta le cubrían el cuerpo cual especie de vestido, se movieron al compás de su andar. Con pasos que apenas dejaban marca sobre el césped, casi como si tal presencia flotara, se aproximó a la víctima.

-Primero que todo, hermana mía, ¿podrías decirme cuál era tu tarea asignada, cuándo notaste la presencia de aquel humano que se adentró en nuestro bosque?

-Por supuesto, responderé a su pregunta, mi señora.

De espalda a todas sus hermanas y con la mirada sobre a las superiores, Dalia soltó un leve suspiró. Preocupada, miró por un momento a la amiga que se encontraba a su lado.

-Solo hacía mis tareas como cada noche, antes de ir a descansar. Confirmaba que nadie se encontrase cerca de los límites de Gryde como dicta la Ley. Entonces, ví objetos brillantes de color dorado que se movían. Al acercarme noté la presencia de aquel humano, mi Señora.

Inclinó la cabeza, dando a entender que tales palabras eran ciertas y luego, miró con firmeza a sus mayores. Estas tenían miradas inexpresivas, que no cambiaron en la absoluto ni cuando la Jueza Menor retomó la interrogación.

-En vez de pedir ayuda preferiste enfrentarle sola, creo que es algo muy digno de una guerrera. No obstante, ¿lograste saber el motivo de la llegada del humano al bosque?

Los iris amatistas de la Jueza fulguraron unos instantes, Dalia soportó el peso de estos y no dudó en responder.

-Como Guerrera, yo misma me considero valiente por lo que no ví necesario pedir ayuda. Como protectora del Bosque Gryde lo volvería a hacer, mi señora. Es mi tarea cuidar y proteger tanto al bosque como a los habitantes. Respecto al objetivo del humano, le pregunté mas este nunca fue capaz de darme una respuesta. En su mirada noté enojo, furia e incluso venganza.

(Saga) Legado De Sangre I: Fuerza De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora