Capítulo 05

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Babe pasó dos días en La Costa con su hermana y los demás mientras AJ y JJ les enseñaban cómo utilizar sus poderes. También les enseñaron a algunos de los sin compañero otras cosas que ni siquiera deseaban pensar.

Pero nada de su recién descubierta libertad lo hacía feliz.

De hecho, mientras más tiempo permanecía ahí, más le dolía el corazón. Cada vez que miraba su mano marcada, pensaba en la pantera que había dejado atrás.

No. Pensaba en el hombre. Aquel que le había dado tanto.

—¿Cómo está Billy?

Se detuvo afuera de la puerta corrediza de vidrio que conducía a la habitación de JJ y AJ. Las dos panteras estaban solas y no estaba seguro de cuál era cual. Uno de ellos estaba descansando en un sillón reclinable azul, mientras que el otro parecía recién haber terminado de hablar por teléfono.

Este último lanzó el teléfono celular al vestidor antes de encogerse de hombros.

—Romeo dice que todavía sigue abatido.

El de la silla suspiró pesadamente.

—Sí. No puedo creer que no él no le dijera a Babe sobre su fobia.

—¿Cuál fobia? —preguntó Babe cuando entró a la habitación para confrontarlos.

Los dos gemelos la miraron con timidez.

—No es de buen gusto espiar —dijo el que estaba frente al vestidor con un tono de reprimenda.

Babe no estaba de humor para aguantarlo.

—Y no es de buen gusto hablar sobre las personas, tampoco. Pero puesto que ustedes hablaban sobre mi compañero, me gustaría saber qué quisiste decir.

Los gemelos intercambiaron una mirada de dolor.

—¿Qué piensas, JJ? —AJ era el que había hablado por el celular.

JJ se echó hacia atrás en su sillón reclinable mientras debatió en silencio por unos cuantos segundos.

—Podría ser bueno contarle, supongo. No veo en qué podría afectar.

AJ dejó escapar un fuerte suspiro antes de volver a hablar.

Lo miró.

—Cuando Billy era un cachorro, sus hermanos y él, junto con un grupo de nuestros primos, escaparon de su niñera y se fueron a merodear por su cuenta. Después de unas cuantas horas, se perdieron y una de las mujeres que iba con ellos se asustó de verdad, porque estaba oscureciendo. No quería tratar de buscar su camino de regreso hasta que fuera de mañana, así que Billy aceptó quedarse con ella y mantenerla a salvo. Nuestro hermano Sal le dijo a Billy que regresaría con ayuda y se fue con los demás.

Babe frunció el ceño ante su historia.

—¿Por qué eso lo haría fóbico?

—Porque fue una broma cruel —dijo JJ con amargura—. Tan pronto como Billy se quedo dormido, Tyla se escapó a hurtadillas y todos regresaron sin él. Billy despertó solo y no tenía idea de lo que le había pasado a ella o cómo volver a casa. Estaba aterrorizado.

Babe se horrorizó de lo crueles que habían sido sus hermanos y primos al dejarlo abandonado. Un cachorro solo podía ser capturado por los humanos y puesto en un zoológico o, peor, asesinado por cualquier animal salvaje adulto que se cruzara con él.

—Lo dejaron ahí solo por toda una semana —continuó AJ con la historia—. Cada vez que alguien preguntaba por Billy, ellos decían una mentira sobre dónde estaba. Cuando Donatello descubrió lo que habían hecho, regresó al bosque por él. Encontró a Billy prácticamente muerto de hambre. Se había alimentado de sobras y mantenido lejos de los depredadores sin ayuda. Estaba débil por la exposición a las condiciones climáticas extremas, pero siguió buscando a Tyla, temeroso de que algo le hubiera sucedido a ella.

D) BillyBabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora