Mina el escuchar aquello, se alivió completamente y suspiró para quedarse sentada en lo que veía al detective salir de allí y hablar con las personas fuera. Mina no veía a ninguna persona, pero sabía que ahí estaban.
Pronto fue dada en juicio, teniendo una condena considerablemente... ¿buena? Esperaba poder rebajarla después, no quería pasar dieciocho años en prisión.
Y pronto a eso, después de su declaración que encajó con la de todos, Jihyo también tuvo su juicio, yendo a que necesitaría más estar en un psiquiátrico, el tiempo que se considere necesario, por sus ataques de pánico, sus grandes problemas de socialización y extrema desconfianza hacia las personas de género masculino.
Y tuvieron buenos resultados ambas, ya que Momo había pagado los mejores abogados para ambas y incluso hubiera pagado una fianza pero no se pudo lograr aquello, aunque Hirai prometió algo, y es que haría que apelarán a una fianza para sacarla de allí.
Ambas fueron por caminos separados, sin poder verse, pero sabiendo bien que se verían después de un tiempo. Sería como darse un tiempo para pensar, y luego volverían, eso acordaron cuando crearon el plan.
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TRES AÑOS DESPUÉS - NUEVE DE MAYO.
LAS AFUERAS DEL PSIQUIÁTRICO DE DAEGU.
Una rubia irritada con sus lentes de sol puestos y sus labios haciendo una mueca, tenía su brazo por afuera de su auto y miraba a su amiga esperando impaciente. Momo realmente fue obligada a llevar a Mina, por la mismísima Mina.
Aquella rubia de ya treinta y un años, estaba balanceándose en sus talones y sus manos jugueteaban de los nervios. Tenía una manzana en su bolsillo, lista para ser un bonito y delicioso regalo.
Hace un año que había salido en libertad condicional por la fianza que los abogados pudieron conseguir, y todo ese año Momo parecía tan irritada, ¿por qué? Por Jihyo, y es que Mina no dejaba de hablar de Jihyo, era un perico. Tzuyu se divertía cada que Mina iba a su casa y jugaba con su sobrina, porque sí, después de un año de que Mina cayera en prisión, a Momo le dio la obsesión con ver a su esposa embarazada y tener un hijo juntas.
Mina las había reprendido tanto, pues ella hubiera querido ver mejor todo aquello y no por visitas de Momo en la prisión.
Pero llegando al otro tema, Mina realmente hablaba mucho si se trataba de Jihyo. Momo cree saber más de Jihyo que la mismísima Park Jihyo.
Momo volvió a suspirar, viendo como una persona salía del psiquiátrico y no era quien buscaban, pero era divertido ver a Mina emocionarse y luego refunfuñar.
Dos años en prisión sin Jihyo y luego un año en libertad sin Jihyo, le afectaban mucho.
Bueno, realmente podía comunicarse con Jihyo por algunos regalos que podía mandarle y algunas cartas, pero Mina no era buena escribiendo cartas, por lo que muchas de esas tenían un contenido de muy adolescente de catorce años aprendiendo a escribir.
— ¡Mina, ¿quieres venir?! ¡Hace mucho sol, te harás negra, maldita pálida! — Momo le gritó sin vergüenza alguna, irritada por los rayos del sol que le daban en la cara. Mina hizo una gesto, muy grosero al pensamiento de Momo, y entonces fue que Momo cerró la ventanilla para hacer de su auto un lugar cómodo. Que Mina se joda, entonces.
En unos minutos, fue que una cabellera pelinegro se ondeaba con el poco viento que ese día soleado les estaba dando, y fue que Mina se emocionó mucho. Jihyo salió mirando hacia los alrededores, como curiosa de su alrededor hasta que vio a aquella rubia que la esperaba estática en el final de los escalones.
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LA LLAMADA DEL VEINTE DE SEPTIEMBRE ✯ MIHYO
FanficEllos estaban absortos en las fiestas y en disfrutar la juventud, tanto que no notaron a Jihyo convirtiéndose en un ser lleno de deseos; deseos sádicos y enfurecidos, con llamas ardientes. El misterio siempre es un: ¿Por qué? ¿Por qué Jihyo acaba de...