Jungkook estaba desesperado, se moría de ganas por ver a Boming una vez más, pero esta vez sabiendo que era su hijo. Caminó de un lado a otro pensando en todo lo que debía decirle, como tenía que comportarse, hubiese deseado regalarle algo lindo pero no tenia conocimiento de que poder comprarle que fuese importante para su uso, pero quería que llevara algo consigo que lo recordara siempre, por eso decidió que le regalaría el colgante que llevaba desde que era un cachorro, sonrió recordando la manera en que lo obtuvo y sus manos comenzaron a sudar frío.
No era tan difícil mantener la idea de una familia, los tres juntos, a Boming no le faltaría de nada, Jungkook deseaba ser un buen padre para él y amarlo con locura, ya que nunca tuvo ese amor de sus padres cuando niños.
— Hola.
Habló Jimin anunciando su presencia, la puerta de la casa estaba entre abierta así que entraron sin ser invitados, Jungkook secaba sus manos húmedas por el sudor contra su pantalón, gesto que hizo reír por lo bajo al omega, Boming lo miraba con una extensa curiosidad que desbordaba la inocencia, ninguno de los involucrados se atrevía a moverse, estaban tan nerviosos que al menos el alfa no sabía cómo actuar, así que Jimin tomó la iniciativa dándole un cariñoso empujoncito a su hijo por la espalda, para que caminara hasta su padre, en todo el camino hablaba y hablaba como papagayo, diciendo que cuando lo viera me daría muchos abrazos y besos en las mejillas, pero ahora mismo no se movía.
— Hola pequeño, ¿Estás bien?
Preguntó Jungkook colocando las rodillas sobre la alfombra, quedando a la misma distancia del niño, el pequeño Boming que mantenía sus manos ocultas detrás de su espalda, solo sabía mover su cuerpo de un lado a otro, sin apartar la vista ni un solo segundo de Jungkook, pero existía una conexión mucho más fuerte, un lazo de sangre que los unía, Boming sonrió mostrando sus pequeños dientes haciéndo reír a Jungkook completamente enamorado, sus dos dientes de adelante eran idénticos a los suyos.
— Boming. ¿No me dijiste que cuando vieras a tú papá le darías un abrazo?
Simuló Jimin un susurro haciendo creer al niño que solo él lo podía escuchar, dicho y echo. Boming calló en los brazos del alfa que ya los tenía bien abiertos esperando su recibimiento, ambos comenzaron a reír como par de niños, porque ahora mismo, Jungkook era un niño más. El alfa sacó el colgante que llevaba encima para ponerlo en el pequeño cuello de Boming, por ahora era tan pequeño que le quedaba enorme, pero se le veía bastante bien.
— ¿Te gusta? — Preguntó Jungkook viendo al niño tocar la perla roja del colgante.
— Es lindo, mi papi tiene uno azul.
Jungkook miró a Jimin y le sonrió, cuando los varones crecen y cumplen 12 años, según el linaje que les sea otorgado por naturaleza, sus padres les compraban un colgante con unas perlas de colores que se relacionaban a dichos linajes, los omegas llevaban colgantes azules agua y los alfas rojo oscuro, pero no todos los llevaban, solamente aquellos que tuviesen la suerte de ser protegidos por sus padres, a pesar de Jungkook ahora mismo tener un sentimiento amargo sobre su padre omega, el fue un niño muy querido, hacia todo lo que estaba en sus manos para protegerlo.
— Te queda bien, pero cuando crezcas vas a tener el tuyo propio. — Dijo Jimin mirándolo a los ojos. — ¿Vamos a por ese helado?
— Sí.
Asintió Boming rápidamente.
— ¿Has hablado con Jin? — Preguntó Jimin de momento. Jungkook soltó un suspiro cargado de tensión.
— Hablemos de eso luego.
Dijo mirando al niño.
Cerca del condominio de Jungkook, había un pequeño puesto de helados, para su suerte aun estaba abierto. Se acercaron a este, habían varios niños acompañados de sus padres y aquello simplemente llenó de orgullo al alfa, tenía un pequeño niño colgado de su cuello, a un omega que caminaba a su lado y eso lo hacía feliz. Compró los helados del mismo sabor para los tres, luego de eso se acercaron a una banca para tomar un lugar, Jimin se quedó a solas con Jungkook porqué Boming quería irse a jugar con los otros niños, así que los dos adultos tendrían un tiempo a solas para poder hablar.
— ¿Entonces?
— ¿Qué?
— Ya sé que evitas el tema Jungkook, pero necesito saberlo.
— La verdad es que fui un animal con mi padre, lo traté muy mal cuando descubrí que era un omega. No entiendo porqué lo ocultaba.
— No lo dejaste explicarlo ¿Cómo quieres entenderlo ahora?
Jungkook se tocó el puente de la nariz con fuerza.
— Estoy preocupado, no sé dónde pudo haber ido.
Ambos quedaron en silencio hasta que Boming llegó corriendo hasta ellos, se subió a las piernas de Jimin, traía una pequeña flor entre sus manitos, estaba bastante estrujada, pero la intensión era lo más importante, el niño la traía con tanto amor e ilusión, deseaba entregársela a su padre intacta.
— Es muy bonita Boming, ¿No hay una para papá? — El pequeño sonrió mirando hacia Jungkook, en su otra mano traía exactamente una igual.
— Gracias.
— ¿Papá Jungkook se puede quedar a vivir con nosotros?
Aquella pregunta tomó desprevenidos a ambos mayores que hasta hace un segundo mantenían una sonrisa en los labios. Jimin no sabía exactamente como responder la pregunta de su hijo, pero el niño se mantenía con los ojos cargados de un brillo especial. Uno jamás visto antes, y no quería que aquello se apagara, estuvo a punto de decir algo cuando Jungkook tomó la iniciativa.
— ¿Te gustaría quedarte esta noche en mi casa?
— ¿También puede quedarse papi?
Jimin se quedó pasmado ante aquello, por alguna casualidad Jungkook los estaba invitando a quedarse en su casa, no era que fuese algo estúpido, pero vivía en un apartamento muy pequeño, no había posibilidad alguna de que los tres estuviesen cómodos ahí, no menospreciada para nada la manera en la que el alfa vivía ya que para su desgracia no había nacido con sus mismas comodidades, pero sería un poco extraño.
— Claro, tú papi es bienvenido si quiere.
— Jungkook, no creo que sea buena idea, tú casa es muy pequeña y somos tres.
— Vamos papi, yo quiero ir ¿Sí?
Boming comenzó a poner ojos de cachorrito triste y aquello siempre removía a Jimin, luego de que lo obligara a decir que sí, se fue a jugar con los otros niños del parque muy feliz y saltarín.
— ¿Porqué dijiste que mi casa es muy pequeña?
— Porqué lo es. ¿Dónde dormiré con Boming si tienes solo una cama?
A Jimin lo agarró por sorpresa sentir una mano de Jungkook tocar sus caderas, lo miró confuso hasta que éste se sintió más relajado para atraerlo más a su cuerpo, descaradamente depositó un suave beso en su mejilla derecha, comenzando a acariciarla con la punta de su nariz en círculos, la piel de Park se erizó rápidamente, intentando no moverse de su lugar, por momentos miraba en dirección a Boming evitando que el niño los viera coquetear de aquella manera, pero Jeon no se la estaba poniendo nada fácil, introdujo su mano libre por dentro de su camisa llegando al final de su espalda y comenzando a acariciar una vez ahí únicamente con dos dedos.
— Me encantaría dejar a Boming durmiendo mientras te follo toda la noche en mi baño.
— Y-yo n-no...
— No tienes que decir nada, sólo debes abrirte de piernas para mí.
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La Mentira Perfecta ♥︎ KM
FanficPark Jimin es un omega dominante de 30 años, dueño de unos de los hoteles más grandes de Seúl y de un secreto. 📆 12-4-2016 Kookmin. Namjin Gráficos por: Yiwah_Zetta Esta historia es de mi autoría, basado en algunas partes del manhwua coreano Kiss...