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— Vegetta —

— ¿Así que él es tu padre? ¿Desde cuándo? ¡¿Con quién?!

Escuchaba muchas voces a mi alrededor pero no lograba reconocer ninguna. Mi cabeza no paraba de dar vueltas pero poco a poco recuperaba mi consciencia. Abrí mis ojos con mucha dificultad y respire profundamente. Mi cuerpo estaba empapado de sudor y mis manos aún estaban manchadas con sangre. Solté un suspiro exhausto. Todo lo que pasó no fue una pesadilla.

Pero... ¿Qué me pasó? ¿Acaso me desmaye? Nuevamente solté algunas lágrimas sintiéndome completamente culpable. ¿Cómo puedo desmayarme en una situación como esta? Se supone que soy un guerrero experto.

Levante mi vista para levantarme donde estaba pero solo me tope con el rostro de Rubius frente a mi. Me sobresalte por el susto y me alejé de él lo más que pude.

— No voy a volver a repetir esta pregunta... —La voz de Rubius sonó mucho más grave y era aterradora. Él se acercó hasta mí y tomó mi rostro con mucha fuerza a tal punto que eso hizo que mi cuerpo se eleve unos centímetros del suelo. — ¿Desde cuándo eres padre?

Ambos compartimos miradas por unos segundos. Él se veía bastante molesto y al parecer era quien controlaba la temperatura de la cueva ya que ésta aumentaba poco a poco.

— Ahora soy padre. —Él tomó mi cuello y me golpeó contra la pared. — ¡Suéltame! ¿Cuál es tu problema? —Grité con mucha dificultad. Con mis manos intenté hacer que me suelte pero él era más fuerte que yo.

Observé todo mi alrededor completamente desesperado. Buscaba una manera de librarme del agarre de Rubius pero no podía.

No entendía nada. No comprendía porque estaba tan molesto. ¿Se molesto porque lo llame? Ni siquiera tuve el tiempo suficiente para explicarle la situación.

No pude hablarle sobre...

De repente noté algo.

Ignoré por completo el hecho que Rubius tenía su mirada fija en mí y dirigí mi vista detrás de él. No estaba el cuerpo de Leonarda. ¿Dónde estaba mi niña?

¿Él le hizo algo?

— ¡¿Dónde está mi hija?! —Intenté gritar pero mi voz apenas se escuchó.

Me estaba desesperando. Mi respiración nuevamente comenzó a disminuir. A pesar de mis intentos fallidos de liberarme Rubius solo presionaba más y más.

¿Acaso está intentando matarme? Si sigue presionando no creo que aguante más.

Voy a morir, voy a morir... voy a morir... me está matando...

Esto es lamentable. Siempre fui un buen guerrero pero en ese momento me encontraba muy débil, casi ni podía sentir mi cuerpo.

No pude evitar soltar unas lágrimas al pensar en Foolish. ¿Ahora quién lo ayudaría a terminar de construir su dragón? Puede ser que no nos veíamos mucho pero debo admitir que lo amaba. A veces no lo entendía porque hablamos distintos idiomas pero él siempre hacía el esfuerzo de hablar en español para mi. Solo para mí. Verlo junto a Leonarda alegraba mis días

Se que existe la mínima posibilidad que Leonarda reciba su segunda vida pero no es suficiente, ella no será la misma y yo no estaré allí para apoyarla.

Cuando se nos encargó el cuidado de los niños nos hablaron sobre sus vidas. Se supone que tienen dos vidas pero es decisión de la federación en dar o no esa segunda vida dependiendo de la causa de muerte. Pero ya murieron tres niños y a ninguno de ellos se le otorgó esa segunda oportunidad. Usaron la excusa de que los niños murieron por el mal cuidado que le dieron sus padres.

Dos asesinatos accidentales y un abandono. Tilin, Juanaflipa y Trump murieron sin la oportunidad de recibir su segunda vida.

Estoy seguro que si la federación se entera que hice no le darán esa oportunidad a Leo y no puedo permitir que eso paso pero...

No debí llamar a Rubius. ¿Por qué pensé que esto sería una buena idea?

Pensé en usar el deseo para revivir a Leonarda pero parece que solo fue mi perdición. Rubius es un demonio. Le gusta hacer el mal. Estoy seguro que debe estar disfrutando verme así.

A pesar que la primera vez que lo vi sentí un extraño sentimiento debí suponer que no era alguien bueno. Cuando fue nuestro primer encuentro, luego del pacto de sangre, él me pidió hacerle algo malo a un amigo cercano. En ese momento elegí a Roier porque sabía que él notara mi extraño comportamiento. Por suerte Roier fue inteligente, noto como estaba y todo salio bien. No tuve que lastimarlo pero esa fue la última vez que vi al demonio.

Soy un idiota. Debí pensarlo bien. Debí llamar a Foolish, él era mi mejor opción.

Con mis manos tomé las de Rubius e hice mi último esfuerzo para liberarme pero fallé de nuevo. Poco a poco sentía como mi cuerpo se aflojaba y se dejaba llevar. No tenía más fuerza.

Supongo que así termina...

Estuve dispuesto a cerrar mis ojos hasta que a lo lejos se comenzaron a escuchar explosiones.

Aquellas explosiones cada vez se acercaban más y más. Por un momento pensé que era Rubius pero él se veía igual de confundido que yo.

What the fuck is happening here?! —Al instante reconocí esa voz.

[...]

Una pequeña aclaración ;)

Como leyeron, las vidas de los niños/huevos aquí funcionan un poco diferente.

Si existen las dos vidas solo que no es muy seguro. Es decir, es algo que puede pasar o no ya que eso depende de la decisión de la federación.

Por eso Veg llamó a Rubius preocupado porque sabía que la federación no iba a darle esa segunda vida a Leo porque técnicamente fue su culpa.

Y bueno, eso. Espero que se haya entendido :c

Deal || Fooligetta & RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora