fragrance

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Danielle era una chica de quince años en primer año de preparatoria, tenía muy buenas amigas y era popular entre los mayores gracias a su fresca belleza, aunque ella no se consideraba una chica popular.

Algo que le parecía curioso a sus conocidos, era la increíble sensibilidad e importancia que danielle le tenía a los olores, estaba tan acostumbrada a fijarse en el aroma de todo. Incluso podía reconocer el olor de una persona a una distancia algo lejana.

No había un olor que no la hiciera sentir extraña, lo que mucho ni siquiera olían ella lo percibía con mayor efecto.

No había un olor que la hiciera sentir bien y atraída, al menos, hasta que percibió el aroma del perfume de aquella chica de nuevo ingreso.

Haerin, era el nombre de aquella chica que tan buen olor tenía, acababa de entrar hace unas semanas y desde el momento en el que pasó por el costado de danielle, la impactó con su dulce y suave fragancia. Era un olor limpio y dulce, cómo un pequeño caramelo que se derrite suavemente en tu boca, con un toque de vainilla y frescura.

Pero eso no era lo único que hacía que danielle se sintiera tan atraída, haerin era una persona hermosa físicamente, tenía una personalidad tímida pero también tenía una mirada fija, igual a la de un gato. Era curiosa, no se relacionaba con muchas personas, le gustaba ver las pequeñas florecitas en el jardín de la escuela y era más suelta estando en salones iluminados y frescos. A danielle le parecía curioso que haerin se viera más feliz en la clase de artes visuales, tenía un gran don para la pintura y el dibujo, quizá esa era su materia favorita.

Siempre llevaba galletas de mantequilla como almuerzo, quizá no era sano que sólo comiera eso. Pero ella realmente parecía disfrutarlas.

Dios, era tan bella, y olía tan bien.

Quería hablarle, en serio quería hablarle y poder escuchar su voz mientras su suave aroma entraba en sus fosas nasales y sus ojos se cautivaban por lo maravillosamente hermosa que era esa chica, enamorandola con cada respiro que daba.

Haerin era tímida, pero muy amable también, se había estado fijando en la chica de hasta atrás en su salón, recordaba que se llamaba danielle. Le parecía linda, y muchas veces la encontró mirándola fijamente, eso le parecía lindo, encontrar sus miradas para luego tímidamente apartarlas a otro lugar, haciendo como si sus ojos nunca se hubieran visto.

Había notado que tenía una sensibilidad muy grande a los olores, y temía que el suyo no le gustara. Quería hablarle a danielle, pero era demasiado tímida como para acercarse y hablarle ¿y si su perfume le desagradaba? no quería que se llevara una mala impresión de ella.

Danielle era muy bonita, preciosa a decir verdad, pero a diferencia de haerin, ella tenía amigos por doquier, no parecía tener miedo a mostrarse como es. En cambio haerin trataba de llamar lo menos posible la atención de las personas, prefería ser una pequeña y silenciosa sombra con la que nadie nunca se topara.

Danielle ama el aroma de haerin, y haerin ama la belleza de danielle.

¿Qué harán para acercarse?

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