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; Esta parte fue modificada a mi manera, siendo que no tenga mucha relación con el video de la multimedia.

Era una gran mañana en el alocado pueblo de Villa Erizo. Todo andaba común y corriente, bueno, al menos en la normalidad que el pueblo ya estaba acostumbrado a vivir.

-¡Bien hecho! -Sonic, el héroe azúl gritaba con euforia celebrando su victoria contra el doctor cara de huevo.

-¡Sonic! -llamaron al mismo tiempo sus compañeros de batalla, bastante enfadados. El azulino trago duro y volteó a verlos con una sonrisita nerviosa.

Amy, Knuckles, Tails y Sticks estaban amarrados todos juntos con una soga y cubiertos de un espeso líquido color negro que olía bastante mal.

El ojiverde se apuro a desatar a sus amigos, teniendo cuidado de no mancharse con la sustancia maloliente. Una vez lo hizo, los demás comenzaron un alegato en contra del mayor.

-¡Es que...!

-Sin excusas Sonic, nos dejaste a la deriva y en vez de ayudarnos fuiste a por Eggman, ¡otra vez!

-¿Otra vez? ¿Cómo que, "otra vez"?

-¿En serio quieres que te lo recordemos? -indagó Amy, acordándose de todas las luchas de esta semana donde Sonic había comenzado a pelear contra el malévolo calvito el solo, exponiéndolos al riesgo o simplemente haciéndolos a un lado.

-¡Ahg! ¡Está bien! ¡Pro...!

-¿"Prometo ya no volver a hacerlo"? -interrumpió el genio del grupo cruzando sus brazos, serio.

-¡Eso has dicho toda la semana! -gritó Sticks con su característica voz chillona- ¿¡Acaso estás siendo controlado mentalmente!?

-No, no. -el erizo sacudió sus manos y suspiro- Lo lamento, chicos, les prometo que no lo volveré a hacer, y esta vez va ser cierto.

Su mirada se centro en el suelo, símbolo de arrepentimiento por parte de su líder.

-Desde que cumplas no habrá problema, colega. -alentó Tails con una sonrisa ladeada, chocando levemente su hombro contra el brazo del cobalto quien hizo una mueca al ver que se había pegado un poco de la baba viscosa.

-¡Tails! ¡Me pegaste esa cosa asquerosa!

-Te lo merecías. -burló y los demás soltaron una carcajada al tiempo que se acercaban a él con intenciones de llenarlo más de la sustancia.

Mientras ellos la pasaban muy bien entre amigos, desde las sombras un erizo de vetas rojas observaba con seriedad la escena.

Horas después del momento especial que hubo en el Team Sonic, todos tomaron su camino a sus hogares para descansar; sin embargo, había una eriza rosada que no lo hizo, y en cambio, tomó su rumbo hasta el oscuro y espeso bosque.

-Llegas tarde. -la de ojos verdes se exaltó al escuchar la gruesa voz del otro erizo. Le busco con la mirada y le encontró arriba de la rama de un árbol con los brazos cruzados y su típica mirada frívola.

-Oh, lo lamento, Shad, me distraje un poco en la cocina. -confesó con una sonrisita nerviosa, al cabo que se rascaba su nuca y apartaba su mirada-Pero, ¡traje galletas! ¡Y tus favoritas!

-¿En serio? -le miró expectante cómo si fuera la mirada de un niño adicto al dulce al cual le ofrecen chocolate. Amy asintió. -Bien, pero no llegues de nuevo tarde. -a ojos de la heroína, el azabache hizo un intento de un puchero que la conmovió bastante.

La ojiverde soltó una pequeña carcajada, sonriendo genuinamente. Shadow tuvo que alejar su vista por aquella acción de la fémina que calentó de sobremanera su frío corazón.

Unos instantes después, ambos erizos se encontraban caminando tranquilos por el bosque, Amy hablando como de costumbre sobre bastantes temas a la vez, mientras que Shadow se limitaba a escucharla con una diminuta sonrisa, admirando el bello y alegre rostro de la chica.

El tiempo de ellos, su preciado momento en el que demostraban su amor, su admiración y su querer de una manera poco tradicional, caminando por entre los inmensos árboles y la naturaleza.

Todo tan bello pero tan secreto... Un secreto que debía de terminar.

-¿¡Sonic!?

𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫 𝅛𝅛𝅛 Shadamy!Boom. [Resubida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora