Uno

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— Buenos días queridos radioyentes, hoy es un día maravilloso, soleado y cálido, perfecto para pasear en familia o talvez con amigos, pero sin duda acompañado de su emisora favorita "RadioSol", hoy verdaderamente es un día especial cumplimos 12 años siendo la emisora de su preferencia y justo por eso les queremos regalar la rolita más reclamada de esta temporada, de la mano Dean Lewis, "Be Alright"

Las primeras notas de la canción comienzan y junto a ellas mi descanso. Retiro los cascos de mis oídos y salgo desesperada de la cabina, se que mediante la radio puedo sonar serena y tranquila, es mi trabajo y lo amo, nunca lo afectaría con mis emociones o sentimientos, pero justo hoy un día tan feliz para RadioSol mi vida tomo un giro de 360 grados, y mi jefe decidió que no estamos teniendo buenos oyentes y que es momento de reducir el personal. Adivinen quien sobra, pues justamente YO.

— Olle Keira, ¿estás bien?

—Si Mike estoy bien, jodidamente bien— respondo de mala gana al viejo Mike y salgo del departamento tirando la puerta tras de mi—. Estoy espectacular.

Es injusto, esta es como mi casa, este lugar me vió crecer en mi profesión, fue aquí donde único me quisieron cuando me gradué, me recibieron como en ningún otro sitio y ahora me dan la espalda como basura. Talvez estoy siendo injusta, el lugar está en decadencia y hay muchos otros empleados que están aquí mucho antes que yo y lo están sufriendo en triple, pero aún así duele. Debo admitir que esto se veía venir, estoy aquí solo hace tres años, cuando el viejo Mike, María y Barbara estuvieron desde los inicios de la emisora, y como la más joven del equipo soy la candidata perfecta para ser despedida.

—La vida no es solo buenas noticias, no todo es como se escucha en la radio chicos—. Me río de mi propio chiste, creo que para no llorar. No es el lugar ni el momento para derrumbarme, ya habrá tiempo de llorar en casa junto a un gran pote de helado.

Decido no darle más largas al asunto e irme de aquí tan pronto como pueda, pretendía quedarme el resto del día, algo así como una despedida, pero es imposible, cada segundo aquí es como restregarme en la cara que es el último. Cuánto drama, sí, mi vida lo es.

Vuelvo con los chicos y me despido, obviamente todos sabían de mi despido, era bastante obvio desde que Artur, mi jefe, me sitara a primera hora en su oficina. No dudan en darme un abrazo y desearme suerte, todos dicen que soy muy joven y que muchas puertas se abrirán para mí, espero así sea. Luego de eso me piden que los acompañe en la noche, harán algo así como una "fiesta", pero la verdad no tengo ganas, así que me niego. Y ese es mi fin en RadioSol, fue bueno mientras duró .

Manejo a casa, tranquila y en paz... Oh! vamos Keira,.. ¿a quién quieres engañar ?

—AAAAAAAAh.

Mi grito de desahogo se escucha por toda la calle y supongo que varios se preguntarán que le pasa a la loca de la camioneta. Las lágrimas corren por mi cara mientras la radio suena en la emisora que me acaba de echar. Lo mío es otro nivel de masoquismo, en mi defensa no lo puedo evitar, nececito saber que tan bien les va sin mí. Estoy loca, sí eso es seguro. Loca y sin empleo, que más le puedo pedir a la vida.

Mi vista se nubla por las lágrimas y mi pecho se arruga en tristeza, esto es horrible, era el trabajo de mis sueños.

Como persona madura que soy decido estacionarme, no quiero provocar un accidente, aunque no estaría mal. Una bofetada si que no estaría mal Keira.

Luego de estacionar la camioneta al lado de un parque, bajo de ella, necesito aire y distraerme. Los niños corren por todos lados y hay una que otra pareja en los bancos o incluso en el pasto. ¿Qué es esto, villa amor? Cuanta cursilería, odio la cursilería.

Un bufido de enfado sale de mis labios cuando me siento en un banco alejado de la gente. Tengo los brazos cruzados y mi cara ilustra el enfado en todo su esplendor. Bien,  ya pasé la etapa de llanto, ahora estoy en el berrinche. Muy bien, 10 puntos para mí.

Mientras sigo con mi lucha interna, diviso un pequeño cuaderno en el pasto, es color azul, muy sencillo. La curiosidad me consume, así que decido tomarlo para echarle un vistazo. Seguro es un diario que se le quedó a algún adolescente puberto. Antes solía escribir en uno, y sin dudas no lo volvería a hacer, no con mi hermana viviendo conmigo.

Observo detenidamente la primera hoja de lo que supuse era un diario y comienzo la lectura de lo que el autor describió como:

Relatos para Alana

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